El Programa Conectate Seguro, Centro de Protección de Datos Personales de la Defensoría del Pueblo de CABA, lanzó un relevamiento acerca de “cómo se sentían aprendiendo de manera online en estos días de cuarentena” con chicos/as entre 9 y 15 años que concurren a escuelas de gestión pública y privada de la ciudad.

En general, explica Flavia Tsipkis, maestranda en Psicología de la Educación y responsable “nos han contado que les ha costado adaptarse pero que se han ido acostumbrando, que las plataformas están cargadas, que la conectividad se complica, que les cuesta organizarse solos y reconocen ello como un aprendizaje, mientras esperan que la implementación de los recursos pueda ir mejorando a medida que pasan los días. Se los escucha en una actitud de espera activa, comprendiendo que en este tiempo la relación de aprendizaje implica un compromiso tanto de ellos como de sus docentes. Esperan, comprenden, dan tiempo. Pero también cuentan que se sienten raros, que extrañan al profe, al docente que esté ahí, que les digan al toque, que les respondan cuando no saben qué hacer, extrañan el lápiz, la hoja y el pizarrón.

A partir de esos intercambios rescata “la plasticidad y el potencial de los chicos/as para reinventar las situaciones”. También que dan cuenta de las “cuestiones que se pusieron en “jaque” como ser el registro de lo habitual y el de la continuidad, trastocados en tanto que hacen a la organización de la vida”.