La Reserva Federal de Estados Unidos garantizó el acceso al Banco Central a un programa de liquidez. Se trata del FIMA Repo Facility y permite a las autoridades monetarias del mundo hacerse de divisas afianzando los instrumentos para enfrentar tensiones cambiarias.

En este programa la FED le abre una cuenta custodia al Banco Central para acceder en forma inmediata a la liquidez. La medida es clave para evitar expectativas de devaluación sobre el tipo de cambio comercial y colabora en moderar las especulaciones sobre el dólar financiero.

Stephanie Segal del Center for Strategic and International Studies mencionó que este programa de la Reserva Federal es clave en medio de la crisis sanitaria internacional. “La FED continúa innovando a medida que busca detener las consecuencias financieras de una crisis sanitaria, económica y financiera sin precedentes”, indicó. Aseguró que por ese motivo hizo el lanzamiento a inicios de abril de estos programas para bancos centrales extranjeros.

La propia Reserva Federal dijo en el comunicado del lanzamiento que “el FIMA (sigla que en español significa autoridades monetarias extranjeras e internacionales) ayudará a respaldar el buen funcionamiento de los mercados financieros, incluido el mercado del Tesoro de los Estados Unidos, y así mantendrá el suministro de crédito a hogares y empresas".

Segal argumentó que “la instalación reconoce el papel del dólar como la moneda de reserva global al proporcionar dólares a los bancos centrales que, de otro modo, se verían obligados a vender las tenencias del Tesoro de los Estados Unidos para satisfacer la demanda del dólar”.

La economista indicó que “el servicio de repositorio FIMA permitirá a los bancos centrales extranjeros intercambiar temporalmente sus tenencias de valores del Tesoro de los Estados Unidos por dólares estadounidenses de la Reserva Federal; el banco central extranjero estaría entonces obligado a recomprar los valores al vencimiento”.

Esta no es la única medida que instrumentó la FED este año para garantizar liquidez a nivel global colaborando con otras autoridades monetarias del mundo. Se establecieron además líneas swap con el Banco de la Reserva de Australia, el Banco Central de Brasil, el Banco Nacional de Dinamarca, el Banco de Corea, el Banco de México, Norges Bank (el banco central noruego), el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda, la Autoridad Monetaria de Singapur y el Sveriges Riksbank (el banco central sueco).

Estas líneas se aprobaron por montos relevantes. Los swap proporcionan hasta 60.000 millones de dólares de liquidez a cada uno de los bancos centrales de Australia, Brasil, Corea del Sur, México, Singapur y Suecia, mientras que a las autoridades de Dinamarca, Noruega y Nueva Zelanda le garantiza hasta 30.000 millones de dólares (27.786 millones de euros) cada una. Estos swap son un intercambio de divisas que también generan liquidez inmediata.

La crisis económica y financiera desatada a partir de la pandemia no tiene precedentes. Tampoco lo tienen los planes de estímulo monetario impulsados por los principales bancos centrales del mundo como la Reserva Federal. Esta entidad duplicó en pocas semanas su hoja de balance y tiene en Estados Unidos un programa de recompra de activos ilimitado.