En las próximas semanas deberá definirse qué ocurre con una de las causas más bochornosas que tramita la justicia argentina, la del Memorándum de Entendimiento con Irán. Los dilemas no son sólo teóricos, sino que están planteados en el Tribunal Oral Federal número 8, que tiene el caso: si corresponde nulificar todo el proceso por las gravísimas irregularidades que se cometieron, aunque eso puede llevar a recursos que terminen en la Corte Suprema dentro de una década o si conviene transitar un juicio para terminar de desnudar las groseras maniobras que hubo detrás y así sepultar el caso de forma más definitiva. Es posible que aún en ésta última alternativa haya recursos, pero un fallo después de un juicio no será fácil de torcer. Hay imputados que dicen: "quiero que me absuelvan de estas patrañas, no una nulidad". Otros sostienen: "no hay garantías con la justicia actual, van a seguir con el show mediático --político--judicial, hay que cortar con esta causa vergonzosa lo antes posible, aunque sea con la nulidad".

El resumen de la manipulación parece imposible de digerir: un expediente por un tratado internacional aprobado por las dos cámaras del Congreso; un Memorádum que nunca entró en vigencia; con órdenes de captura que incluyen alertas rojas de Interpol que se siguen manteniendo hasta hoy; el armado de una causa colectora ilegal por traición a la patria principalmente contra Cristina Fernández de Kirchner y Héctor Timerman; la jugarreta de poner al fallecido Claudio Bonadio como juez; la negativa a llamar a declarar al testigo clave, Robert Noble, titular de Interpol, que destrozaría la acusación; los meses que tuvieron que soportar en prisión cuatro imputados; la persecución a Timerman, con una obstrucción alevosa a su tratamiento del cáncer terminal que padecía. Para redondear, cabe recordar que la acusación inicial fue obra de un escrito desordenado y hecho a las apuradas por el fiscal Alberto Nisman, unos días antes de morir, cuando pensaba que estaban a punto de echarlo de la fiscalía.

Todos estos elementos son apenas una enumeración rápida e incompleta de lo ocurrido en los últimos cinco años con el fogoneo del macrismo, los grandes medios y el aparato judicial alineado con Cambiemos.

Ahora

El expediente principal fue elevado a juicio por Bonadio el 5 de marzo de 2018, es decir hace más de dos años. El tribunal a cargo es el número 8, integrado por Gabriela López Iñiguez, José Michilini y Daniel Obligado. En los 26 meses transcurridos parece que todavía no hubo tiempo para realizar las pruebas que pidieron las partes ni para fijar fecha de inicio para las audiencias. Los magistrados argumentan que no tienen personal suficiente, pese a que se lo pidieron a la Corte Suprema.

Como solía hacer en forma habitual, Bonadio se quedó con una parte de la causa para mantener su control sobre el expediente. Una de sus maniobras era evitar la declaración de Noble, que ya dijo públicamente que la acusación de Nisman es falsa. El juez y una querella vinculada a la derecha de la comunidad judía sugirieron que el norteamericano, ex titular del Servicio Secreto de Estados Unidos y secretario general de Interpol durante 14 años, fue parte del complot del Memorándum. Esta jugada, cuyo único objetivo fue y es silenciar a Noble, tuvo el aval del hombre clave de Cambiemos en Comodoro Py, Martín Irúrzun, por lo cual la Cámara Federal respaldó, en diciembre de 2017, antes de la elevación a juicio, que se investigue a Noble.

En forma reciente, el sucesor de Bonadio, Marcelo Martínez de Giorgi, dispuso medidas para determinar el papel de Noble, lo que disparó un pedido de nulidad de toda la causa por parte del abogado de Carlos Zannini, Mariano Fragueiro Frías. Los argumentos del letrado son sencillos:

*Si Noble fue parte del plan, por su cargo, no fue un actor de reparto. De manera que es nula la realización de un juicio sin que esté incluida esa hipótesis. La elevación a juicio es más nula todavía porque la resolución de la Cámara fue anterior a que Bonadio cerrara la investigación y decidiera la elevación.

*Noble, como titular de Interpol, tiene status diplomático y por lo tanto la causa debe ser investigada por la Corte Suprema, que es la única que tiene competencia para juzgar a los representantes de otros países u organizaciones internacionales. Fragueiro entonces considera que todo el expediente es nulo porque debió estar en manos del máximo tribunal.

A esto hay que agregar la hipótesis de que estando imputado en un expediente, Noble no puede declarar como testigo en el juicio, justito el objetivo buscado por la trenza que armo la causa del Memorándum.

El TOF 8 va a pedir una copia del expediente que está en manos de Martínez de Giorgi y se supone que resolverá sobre la nulidad en los próximos tiempos.

Rumores

No es fácil que el TOF 8 declare nulo el proceso, pero tampoco es imposible. Lo más probable es que después de ver el expediente contra Noble le pida opinión a las partes y luego decidirá.

Los rumores en Comodoro Py mencionan que si es cierta la acusación contra Noble, seguro que no fue un personaje secundario. Pero hasta el momento el titular de Interpol no tiene una acusación formal ni fue indagado, por lo que no habría problema en que declare en el juicio. Puede ser que se objete alguna pregunta, pero el tribunal lo resolverá en ese momento.

Y, al mismo tiempo, no parece que lleguen rápido los documentos de Interpol para saber cuál fue el papel de Noble. Eso haría suponer que la situación no se modificaría por ahora, y Noble podría declarar por videoconferencia. Respecto de que la competencia es de la Corte, lo que se menciona es que el máximo tribunal delega esos expedientes en la justicia federal, por lo cual también podría usarse ese argumento para ir adelante con el juicio.

Nulidad

Si se decretara la nulidad, está claro que habrá apelaciones y recursos, seguramente del fiscal Marcelo Colombo y de la querella que está en cabeza de dos familiares de las víctimas, Luis Czyzewski y Mario Averbuch, ambos ligados a la conducción de la DAIA en época de Rubén Beraja y a la vertiente más macrista de la comunidad judía. El abogado que los representa es Tomás Farini Duggan, que según Margarita Stolbizer, fue contratado por la AFIP de Mauricio Macri para arremeter contra el grupo Oil, de Cristóbal López y Fabián De Sousa. Habría que ver qué hace la DAIA, también querellante, pero que hace rato sus principales dirigentes afirman que debe retirarse porque no es el papel de una organización de la comunidad judía litigar contra gobernantes y menos sindicándolos como traidores a la patria.

Ese proceso respecto de una nulidad llevará a intervenir entonces a la Cámara de Casación y hasta a la Corte Suprema, lo que hace presumir una década con el expediente latente y sujeto a los vaivenes de la política.

Algunos de los defensores prefieren el camino de la nulidad. Sostienen que el poder judicial no cambió, que no hay garantías de un juicio limpio, que nuevamente será un show sólo destinado a sacarle fotos a CFK sentada en el banquillo de los acusados y, ya yendo un poco más al fondo, si un proceso es anómalo --como el de la causa del Memorándum-- es una demostración en sí mismo de que los imputados son inocentes.

Intermedios

En una postura más intermedia están los que sostienen que no es necesario hacer el juicio. Afirman que con tomarle testimonio a Noble por videoconferencia es suficiente, ya que se caería la acusación principal. Los jueces viajarían Dubai, donde vive el norteamericano, y las partes estarían presentes y podrían hacer preguntas por el sistema informático.

Si el ex secretario general de Interpol ratifica lo que ha dicho públicamente, en especial a PáginaI12 el 18 de enero de 2015, no hay cómo sostener el expediente, piensan los que respaldan esta posición. Es que Noble afirmó que nunca las autoridades argentinas gestionaron el levantamiento de las capturas con alertas rojas, que una prueba evidente es que esas capturas no se levantaron hasta hoy y que, además, sólo podían ser revocadas por el magistrado que las impuso, Rodolfo Canicoba Corral.

"¿Para qué espectáculo circense de Comodoro Py en un juicio si en dos horas de videoconferencia se cae la acusación?", razona uno de los defensores.

A esto se agrega que no sólo está pendiente el testimonio de Noble, sino también el del responsable judicial de Interpol, Joel Sollier, quien dijo en forma pública y por escrito exactamente lo mismo que Noble. El método para tomarle la declaración sería idéntico: los jueces en Francia, las partes en videoconferencia.

La cosa seguramente no será tan sencilla porque habrá que ver cómo se cierra la causa después de esos dos testimonios: tal vez con el pedido de las defensas, un pedido del fiscal y una decisión de los magistrados en respuesta a alguno de esos pedidos.

Juicio

Finalmente, están los que creen que se debe ir a un juicio en cualquier caso para terminar de hacer visible que la causa Memorándum fue sólo una persecución a opositores y una jugada del macrismo en su alineamiento con las derechas de Estados Unidos e Israel.

Quienes sostienen esta postura creen también que un fallo después de un juicio oral será apelado, habrá recursos, llegará a la Corte, pero tiene más fuerza que una nulidad. Y sobre todo, está el significado para los acusados que aspiran a ser sobreseídos porque el expediente es grotesco y no a que las cosas se caigan por una cuestión procesal.

Desde esa posición, hasta se plantea que lo mejor es que Noble y Sollier declaren en el juicio, debilitando las impugnaciones que se puedan hacer a sus testimonios en el futuro.

La pelota ahora está en poder de López Iñiguez, Michilini y Obligado. Es que los dilemas no se le plantean únicamente a los imputados, defensores, querellantes y el fiscal. El propio tribunal es quien debe resolver. Según algunos voceros de Comodoro Py, si hubiera voluntad, el juicio podría empezar antes de fin de año, pero parece evidente que la demora --dos años desde la elevación a juicio-- demuestra que se trata de una papa caliente para la alianza político--mediática--judicial vinculada con Cambiemos. Saben que, junto al expediente por el dólar futuro, son dos causas armadas que no tienen pies ni cabeza. Basta ver dónde están hoy los acusados en la causa dólar futuro: Miguel Pesce es presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli fue titular de la Anses y Axel Killof es el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, mientras que Cristina Kirchner es vicepresidenta de la Nación.