Gritaba Felipe II a fines del siglo XVI: “De oca a oca, y tiro porque me toca”. No hablaba del animalito anser anser, conocido como oca o ganso, sino del juego que le había llegado desde Florencia. Hoy en la Argentina, la OCA es un juego del poder que mezcla nombres como Héctor Colella, Nicolás Caputo, Mauricio Macri, Patricio Farcuh, Cristian Ritondo, Hugo Moyano y Gustavo Elías. Los que no son conocidos de manera popular, como el propio Macri, son bien conocidos en los círculos empresarios de la obra pública, la logística y el transporte. OCA despierta intrigas. Genera misterios. Hasta puede producir un disparo de Itaka.

De todos los protagonistas, en las últimas semanas se recortó la silueta de un personaje con la pose de los empresarios que antes de los 40 llegaron a formar parte de la élite más poderosa. Tiene 38, es Patricio Farcuh y preside, justamente, el directorio de OCA. 

“OCA es la empresa de logística más importante de América latina”, suele describir. “Es el empleador privado número tres de la Argentina, con 16 mil empleados directos, y el contribuyente número nueve de la Administración Federal de Ingresos Públicos.” 

Farcuh tiene una interpretación de los hechos. Es el presidente de OCA pero no puede ejercer. En su relato, una serie de amenazas hace que esté impedido incluso de entrar a su oficina. Una de las armas de disuasión se llama Bebote, el grandote de la barra brava de Independiente que merodea las veredas de OCA.  

Macri tiene otra interpretación. “Todos deben pagar impuestos”, dijo en 2016. Cuando llegó el momento de los ejemplos, dio solo dos. Uno fue Cristóbal López, el dueño de las tragamonedas. Otro ejemplo fue OCA. 

Posada

Patricio Farcuh.

En el juego de la OCA, cuando tocan algunas casillas hay que esperar una vuelta entera para seguir jugando. En la posada se pierden dos turnos. Bien. Reflexionando con tranquilidad desde la casilla 19 el mundo se ve distinto. Surgen otros enfoques. 

En noviembre de 2016 el Banco Central dictó una normativa según la que los retails o correos pueden ser sucursales comerciales de bancos con facilidad. No deben pasar por el engorroso mecanismo de adaptación de otras entidades. 

Si esto se cumpliera estrictamente y ningún obstáculo se interpusiera en el camino, OCA podría ser mañana mismo el séptimo banco de la Argentina. Nada de empezar de abajo en el sistema financiero. Directo entre los grandes. 

Este diario preguntó al ex directivo de un banco público si es fácil para una empresa comprar un banco y comenzar a operar en el mercado financiero. 

“Lleva años”, fue la respuesta. “Con suerte”, completó con una sonrisa irónica. “No es una patente que se adquiere un día y permite empezar el día siguiente.”

¿Cuánto vale una empresa de logística ya instalada si además puede transformarse en banco?

¿Cuánto cambia su cotización?

Preguntas que insumirían cientos turnos de OCA en espera, porque los mercados son volátiles y ese tipo de valuaciones no se puede hacer de un día para otro. 

Interesados

Mauricio Macri.

Lo sabe muy bien el banco de inversiones BTG Pascual, que en 2016 se acercó a la compañía de transportes para interesarse por la suerte de OCA. BTG es un gigante con sede en San Pablo y despliegue en todo el mundo. Su escala es portentosa. Compró incluso el BSI, el Banco della Svizzera Italiana, el banco de la Suiza Italiana fundado en 1873 en Lugano. El BSI se hizo conocido en la Argentina cuando en diciembre último PáginaI12 publicó que Mauricio Macri tenía, o tiene, una cuenta en la sucursal Nueva York. En cuando al BTG, los brasileños lo conocen porque uno de sus ejecutivos está preso por la investigación de las coimas de Odebrecht y Petrobrás. 

Un empresario del sector aseguró a este diario que también mostró interés Daniel Llermanos, un ex juez y abogado con fuerte presencia en el área de transportes. Llermanos tiene relación fluida con Hugo Moyano, el jefe de los camioneros que hoy juega en distintos escenarios. Opera en el escenario sindical, naturalmente, pero también en el diversificado escenario del poder en general, por ejemplo a través de la Asociación del Fútbol Argentino, o en el de los negocios de medios y televisación a través del acuerdo de la AFA con Fox-Turner. En el campo logístico, siempre. Y por supuesto en el ámbito de los transportes, su área desde que el sindicato, conducido hoy por su hijo Pablo, creció en los últimos 20 años gracias primero a la destrucción de ferrocarril por parte de Carlos Menem y luego gracias al aumento del PBI y las exportaciones de soja.  

El propio Macri habló del tema. Consultado por periodistas sobre qué deben hacer las empresas, respondió escueto: “Pagar impuestos”. Y al momento de hacer nombres explicó que deben pagar impuestos todos, se trate de Cristóbal López o de OCA. Cristóbal López es el dueño de las tragamonedas. OCA es OCA.  

¿Por qué Macri se interesó en OCA? Respuesta número uno: es el Presidente y cualquier problema en uno de los principales empleadores privados de la Argentina repercute en la economía. Respuesta número dos: OCA se dedica a la logística como el Correo Argentino y, después del escándalo del Correo, el Presidente no quiere sufrir un desgaste mayor a causa de los problemas en el área. Respuesta número tres: como empresario, Macri se dedicó justamente a expandir las prestaciones logísticas de Socma, Sociedades Macri, tanto en la Argentina, y especialmente en la Capital Federal, como en Brasil. Nada de lo que se mueve le es ajeno.

Mostró interés por OCA también el empresario Gustavo Elías. Transportador de sustancias peligrosas desde hace 15 años, Elías creció y últimamente comenzó a expandirse hacia otras áreas. Incluso compró el año pasado el holding de medios La Nueva Provincia, del grupo Massot. Se trata del mismo grupo que durante la dictadura articuló acciones con el esquema represivo de la Armada en Bahía Blanca. Y el mismo que en el menemismo tuvo, y debió resignar, un secretario de Defensa que justificó la tortura. La renuncia fue por la justificación. Menem tenía fuerza suficiente para imponer el indulto a los jefes militares condenados en 1985 pero la justificación del tormento ya no tenía espacio en la sociedad de la democracia flamante.

“Rajá, flaco”

Nicolás Caputo.

Farcuh asegura que el 15 de febrero recibió otro tipo de visita. Esa vez no hubo temario sino acción, y no hubo identidad sino reserva. El empresario vive en el country Campos de Roca, sobre el kilómetro 65 de la ruta 2. “A la noche, mientras estaba tirado en mi cama tranquilo mirando televisión, vi que alguien se movía afuera”, reza su relato. “Disparó. Después me di cuenta de que era una escopeta calibre 16. Una Itaka. El vidrio de mi cuarto está blindado y el disparo no pudo atravesarlo. Pocos días después dos autos se acercaron al edificio donde vive mi ex mujer con mis hijos y gente que bajó de los autos sacudió el portón.”

Según su relato, el 7 de septiembre de 2016 a las 14.30 salió de su oficina en medio de manifestantes que protestaban por cargas sociales impagas y escuchó un tiro, que no estaba dirigido a él. Pocos días después, el 18, en La Rioja y Moreno, se produjeron disparos desde una moto. Dice Farcuh que un policía le dijo: “Rajá, flaco, que te matan”. Es la sede de OCA. Salió rápido de la zona.  

“Yo responsabilizo por mi seguridad y la de mis hijos al Presidente Mauricio Macri, a la ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich y al ministro de Seguridad de la provincia Cristian Ritondo”, dice el presidente del directorio de OCA.  

En La Rioja al 300 hay camionetas de Gendarmería. Están desde el miércoles pasado, cuando el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi dio instrucciones al director de la fuerza, el comandante general Gerardo Otero, de custodiar el lugar porque Farcuh quería entrar. Falta que Farcuh concrete su visita. Que se sienta animado institucionalmente, por un lado, o sea sin miedo, y que por otro lado terminen de transparentarse los juegos que hoy son enigmáticos. 

Preguntas, historias

Héctor Colella.

¿Por qué Macri cuando deja trascender sus opiniones sobre OCA habla de Moyano y no de Farcuh? ¿Es porque el controlante de OCA es Moyano y Farcuh una circunstancia? ¿Porque, en cambio, Farcuh es el dueño de hecho y de derecho y debe pasar a ser una circunstancia? ¿Porque ese objetivo es común a Moyano y a Macri tanto como la nueva AFA del Chiqui Tapia y un horizonte de poder y negocios en el fútbol con diez años por delante? 

Sin dar respuestas tajantes, y sin necesidad de creerle a nadie hasta que cada uno ponga las cartas sobre la mesa, todo sería más fácil con una dosis de transparencia mínima. 

Si el Gobierno quisiera dejar las cosas en claro podría, por caso, asegurar la presencia de Farcuh y luego exigirle los pagos fiscales correspondientes. Eso si una deuda con la AFIP fuera el problema principal. La versión de Farcuh es que nunca se atrasó en el pago de las retenciones hasta que de facto perdió el control directo. La versión del Gobierno es que OCA era un polvorín y que Moyano fungía como el tipo indicado para evitar el estallido.

Si Moyano quisiera esquivar toda confusión podría alentar a que ningún miembro de Independiente que no esté vinculado con el sindicato de camioneros, barrabravas incluidos, se acerque a las oficinas de OCA. Lo mismo correría para cualquier amigo más moyanista que Moyano que quiera hacer profesión de lealtad más allá de lo necesario. 

Si el sindicato y Pablo Moyano quisieran hacer un reclamo gremial, podrían transmitirlo de manera transparente.

Si el Gobierno piensa que Farcuh miente, puede acentuar su colaboración con la Justicia nacional a través del Ministerio de Seguridad que comanda Patricia Bullrich y con la provincial mediante su homólogo provincial Cristian Ritondo.

De lo contrario, el Gobierno y el líder sindical seguirán cargando con la sospecha de que hay okupas tolerados justo en una compañía que arrastra una historia oscura de pases de mano desde hace 20 años. 

En enero de 1997 fue asesinado el fotógrafo José Luis Cabezas. 

En diciembre de ese año Héctor Colella vendió OCA a The Exxel Group, un fondo de inversiones piloteado por Juan Navarro. Colella era la cara aparente del todavía vivo y poderoso Alfredo “Papimafi” Yabrán.

Un funcionario del gobierno actual conoce bien la historia. Se trata de Mario Quintana, ejecutivo del Exxel al momento de la operación del 97.

A comienzos de 2003 Exxel perdió dos empresas, Fargo y OCA, que pasaron a un fondo fiduciario controlado por los bancos a los que Exxel adeudaba más de 350 millones de dólares. La deuda de OCA había llegado a 205 millones de dólares. Estaba en concurso de acreedores.

En 2004 el fondo Advent se hizo cargo de la deuda manejada por los bancos Citi y Deutsche y pasó a controlar OCA. 

Advent designó como cabeza de la empresa a un ejecutivo cuyo nombre sigue en el candelero: Jorge Irigoin, el mismo a quien el presidente Macri designó en Correo Argentino. Irigoin ya había trabajado en Correo Argentino cuando era una sociedad anónima del Grupo Macri. También fue ejecutivo de Siemens, contraparte de la empresa tecnológica Itron, de los Macri y presidió la empresa de satélites de comunicaciones Nahuelsat.

Advent es una razón social familiar para los Macri. La empresa que directamente encabezaba Mauricio, Sideco, tenía el 44 por ciento de un fondo llamado Galicia Advent Socma Private Equity Fund. Uno de los directivos de la asociación entre el Banco Galicia, Advent International y SOCMA fue nada menos que Daniel Chaín, funcionario de Macri en la ciudad de Buenos Aires y hasta enero último secretario de Obras Públicas de la Nación.

El 21 de febrero último, en una audiencia de la Comisión de Comunicaciones con el ministro del ramo Oscar Aguad, el diputado del Frente para la Victoria Rodolfo Tailhade aseguró que el fondo había sido creado “para llevarse la plata del Correo a paraísos fiscales” entre 2000 y 2003. La alusión es al Correo todavía privado, no al estatal y colonizado por Sardella.   

En 2009 Advent transfirió OCA  a Alfredo Romero, hasta ese momento gerente general de la firma. Para ese entonces OCA empleaba a cinco mil personas. Era la primera competidora de Correo Argentino, que estaba en medio del escándalo que terminó con la salida de Raffaele Sardella, otro hombre de confianza de Mauricio y Franco Macri que Eduardo Di Cola, presidente del Correo estatizado, dejó como director general. 

En 2013 fue el turno de Farcuh. En ese entonces, según él mismo refiere, “tenía una relación muy cercana con Nicolás Caputo”. Duró hasta marzo de este año la buena onda. También duró hasta marzo la fluidez de comunicaciones con Irigoin, tal cual queda testificado en un mail de tono cariñoso al que tuvo acceso PáginaI12 y donde Irigoin aparece haciendo gestiones con alguien a quien llama Héctor C. Quizás sea Héctor Colella, la cara de Papimafi. También pregunta a Farcuh si ya se comunicó con Pablo. Podría tratarse de Pablo Colella, director de la competidora Ocasa. 

“Desde hace más de un año nadie me contesta el teléfono”, se lamenta Farcuh. “Ni Aguad, ni Frigerio, ni Dujovne, ni Peña, ni Quintana.” 

Parece la casilla 42, El Laberinto. No se puede seguir avanzando. 

Jugadores y espectadores harían bien en recordar que hay dos teorías sobre el nacimiento del juego de la oca. O nació durante el asedio griego a Troya, o en la Florencia de los Médici, en el siglo XVI. Cuando Felipe II gritaba de noche jugando a la oca, era la cabeza del imperio donde nunca se ponía el sol.

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