El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta no consiguió tratar el proyecto de ley con el que buscaba regular el trabajo de los repartidores de plataformas digitales. El oficialismo intentó imponer sobre tablas un proyecto propio, sin acuerdo en comisión, que fue rechazado por los bloques opositores y recibió críticas de parte de los gremios que agrupan a los trabajadores del sector, que atraviesan un pico de demanda por la pandemia. 

La sobreexposición de los trabajadores de plataformas como como Rappi, Glovo, PedidosYa y Uber Eats en medio de la pandemia forzó a la gestión de Larreta a legislar sobre este sector de los trabajadores, que llevan años sin una cobertura legal , pero desde la oposición calificaron la iniciativa del oficialismo como "una ley que atenta contra los derechos de los trabajadores".  

La iniciativa fue presentada el jueves 11 de junio por el bloque de Vamos Juntos y, entre otros puntos, obligaba a las operadoras digitales y a los repartidores y mensajeros a tener domicilio en el distrito, prohibía el sistema de incentivo y castigo a los trabajadores e incorporaba un sitio de quejas para los clientes. 

Por otra lado, la iniciativa disponía, aunque no obligaba, que fueran los operadores de las plataformas digitales “quienes faciliten los medios para que mensajeros y repartidores obtengan los cascos homologados y la indumentaria adecuada”.

"Estamos de acuerdo con que hace falta regular las plataformas de delivery para que cumplan requisitos de habilitación y garanticen mecanismos de defensa al consumidor. Pero no vamos a acompañar una ley que atente contra los derechos de los trabajadores y lamentablemente el proyecto del oficialismo porteño no hace más que legitimar precisamente el fraude laboral con que operan hoy las apps", sentenció la legisladora del Frente de Todos Lucía Cámpora al exponer la posición de su bloque. 

"El proyecto está hecho a medida de las plataformas, relajando requisitos e imponiendo cargas sobre los repartidores", agregó Cámpora. "Cambiemos busca regular la actividad de les trabajadores de las aplicaciones a espaldas de los que cada día se movilizan reclamando por su deplorables condiciones de labor. Jamás apoyaremos eso", había anticipado la legisladora por el FIT, Myriam Bregman. 

El único reclamo de los trabajadores que contemplaba la iniciativa oficial era la obligación de las empresas a contratar los seguros para los repartidores que están en las calles. El problema es que el expediente comenzó a ser analizado el viernes pasado en la Comisión de Tránsito y Transporte y ayer fue incorporado por el oficialismo en el temario de la sesión como "tabla", es decir, sin debate ni participación de los propios trabajadores. 

Los repartidores de plataformas digitales realizaron dos paros durante los 90 días de aislamiento social preventivo y obligatorio y se movilizaron hasta el Ministerio de Trabajo nacional para abrir una mesa de diálogo que atendiera la falta de regulación de la actividad. 

Durante los días de cuarentena se denunciaron cuatro accidentes fatales entre los repartidores, que le costaron la vida, entre otros a Miguel Ángel Machuca y Franco Almada, atropellados en Avellaneda y Bernal. 

En la actualidad, en la Ciudad de Buenos Aires existe una ley que regula la actividad de los deliverys, pero no contempla la modalidad bajo la cual trabajan las plataformas digitales, mediante las cuales, los usuarios pueden realizar los pedidos a través del teléfono celular, contactar los locales de gastronomía o enviar correspondencia.

Para ello, el proyecto del oficialismo porteño, que lleva las firmas de la legisladora Cristina García de Aurteneche y de Marcelo Guouman, proponía la creación de un registro en el cual se deberían inscribir tanto las operadoras digitales como los repartidores y mensajeros.

La propuesta que deberá esperar para ser debatida en el recinto definía a tres actores fundamentales en esta cadena laboral: a las plataformas digitales, en las cuales "terceros ofertan y demandan” el delivery, los propios repartidores y mensajeros habilitados para ejecutar la tarea, y a los prestadores del servicio, que son, en su mayoría, los locales de mensajería.