El posmacrimo está en marcha. Con reuniones semanales, los distintos sectores del ala dialoguista de Juntos por el Cambio comienzan a trabajar en el armado de un espacio competitivo de cara a las elecciones de 2023. Sostienen que para llegar a las presidenciales con chances concretas deben consolidar un referente en los comicios de medio término que se llevarán a cabo el año próximo. En ese contexto, ven a Mauricio Macri como un obstáculo. 

Bajo ese objetivo Martín Lousteau, Gustavo Posse, Emilio Monzó, Nicolás Massot y Rogelio Frigerio conformaron una mesa de trabajo que busca generar una alternativa y un discurso moderado de cara a la sociedad, sin pensar en el devenir de las peleas internas.

Esa mesa, cuenta con una pata legislativa, una docena de diputados que trabajan en torno a Sebastián García de Luca, y con vasos comunicantes que la unen con los candidatos naturales para suceder a Macri: Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal. Más allá del peso especifico de cada dirigente, el que funge como embajador del sector por fuera de la mesa chica es Emilio Monzó.

Los referentes del ala dialoguista coinciden en que la coyuntura derivada de la pandemia puede favorecer a la oposición en las elecciones de medio término. “Cada día que pasa perjudica al oficialismo, cada día que pasa favorece a la oposición”, razonan. Sin embargo, la causa por espionaje ilegal que pone en jaque a buena parte de la cúpula macrista puede modificar ese cálculo político, porque vuelve a poner a Macri en la nomina de los posibles candidatos. 

En lo que se denominó “el ala política” del gobierno de Cambiemos la explosión de la causa por el espionaje ilegal y las denuncias sobre los aprietes de la mesa judicial no causaron sorpresa. Lejos de naturalizar el hecho, pero con la experiencia de haber formado parte del gobierno de Cambiemos, señalan que lo que comienza a aparecer en las investigaciones no hace más que visibilizar la manera de hacer política que tiene el sector más cercano a Macri. En el pasado reciente de las disputas internas del macrismo aparecen dos sucesos que tiene el sello de los servicios de inteligencia, y cuyas víctimas fueron aquellos que se animaron a discutir la candidatura de Macri a la reelección. Entre enero y mayo de 2019, cuando sonaba con fuerza la posibilidad de que Vidal fuera candidata a presidenta, hubo dos hechos que sirvieron para acallar el operativo clamor. En enero, la policía detuvo, en el marco de una causa por venta y distribución de drogas, a un hombre cercano Emilio Monzó, que había sido chofer de la Cámara de Diputados. Un par de meses más tarde, en mayo, una denuncia por acoso sexual contra Manuel Mosca, por ese entonces presidente de la Cámara de Diputados en la provincia de Buenos Aires, lo obligó a pedir licencia y a bajar el perfil. Pocos días después la candidatura de Vidal quedó en la historia. Ambas investigaciones siguieron su curso, pero no aparecieron más en los medios. Esa manera “de hacer política”, según el ala dialoguista, genera una rechazo que cercena cualquier posibilidad de unidad a futuro.

Ante ese escenario lo que más preocupa a la mesa de Frigerio, Monzó y compañía, es la posibilidad que las complicaciones en la justicia lleven a Mauricio Macri a reclamar la candidatura como diputado por la Ciudad, para las elecciones del año próximo. Esa posibilidad es definida como un techo no sólo para las posibilidades de ganar las elecciones de medio termino sino también como un severo obstáculo para conformar una fuerza competitiva de cara al proceso electoral del 2023. “Macri es un techo para Horacio y para María Eugenia”, coinciden.

La apuesta del ala dialoguista es dejar atrás a Macri y generar volumen político en torno a los “presidenciables del sector”. En esa nomina incluyen a Larreta, Vidal, Lousteau y Cornejo.

Desde la derrota electoral de octubre de 2019, el planteo respecto a al figura de Larreta tiene que ver con la necesidad de un cambio de actitud. Larreta estaba preparado para ser el heredero de Macri, pero esa idea naufragó junto con la reelección de Macri. Por eso, el reclamo para el jefe de Gobierno tiene que ver con dejar atrás la actitud pasiva del heredero e ir en busca de la conquista del liderazgo del espacio. En tanto, Vidal tiene en principio la ventaja de estar más alejada de Macri. En cualquier caso, para la mesa del ala dialoguista, ambos necesitan el volumen político que les puede dar un armado que contenga a Lousteau, Cornejo, Rogelio Frigerio y el intendente de Rosario, Pablo Javkin , entre otros. "Si vamos a mirar para adelante en la pelea no pueden estar ni Cristina ni Macri", afirman.

Dentro del armado del posmacrismo hay dirigentes que dialogan en forma permanente tanto con el presidente Alberto Fernández, como con Larreta. Incluso, en el principio de la cuarentena apostaron fuerte a esa alianza transitoria. Algo que los dejó de entusiasmar con el paso del tiempo y con la imposibilidad de fortalecer ese vínculo. Algo que ya no creen posible debido a que ninguno de los dos dirigentes pudo legitimarse más allá de Macri y CFK.

El motor del trabajo diario para el posmacrismo tiene que ver con la certeza de que la oposición tiene chances de ganar las elecciones del 2021 si no está Macri en la boleta. “Macri es una figura fuerte, como Cristina, que te trasciende el distrito, y te pesa en todo el territorio. Por ejemplo, Corrientes elige gobernador el año que viene, Macri ahí mide 15 puntos. El Gobernador no lo quiere ni ver”, explicaron los dirigentes.

El ala dialoguista se ve dando la pelea dentro de Juntos por el Cambio, pero con Macri afuera de la cancha. “Si Macri juega, me quedo en mi casa”, avisó uno de los principales referentes de la mesa dialoguista. El espacio aspira a tener independencia, generar volumen político hacia afuera para dar la pelea adentro. En ese marco, el hombre de Monzó en la Cámara de Diputados, Sebastián García de Luca, sigue peleando para que Juntos por el Cambio le habilite la conformación de un sub- bloque. Bajo esa misma lógica, esta semana, Emilio Monzó le dio el visto bueno a sus concejales de la primera sección para que rompan los bloques de Cambiemos en sus distritos sin abandonar el frente.