Hay varias maneras de ver Festival de la canción de Eurovisión. Una de ellas es algo cruel e implica entenderla como una remake libre de Patinando a la gloria (2007), en la cual Will Ferrell interpretaba al patinador ¿profesional? Chazz Michael Michaels. Y, por lo tanto, como una reentré tardía de aquello que alguna vez se dio en llamar Nueva Comedia Americana. Otra forma, un poco más amable, de apreciar (de disfrutar) el largometraje de David “Los rompebodas” Dobkin es reconocer de entrada y sin remilgos que la cronología de la comedia cinematográfica es una larga cadena de conexiones –de personajes prototípicos y situaciones típicas, de gags reconvertidos, ampliados y comentados– que se retroalimenta a sí misma y que, muchas veces, se muerde la cola. Sea como fuere, Eurovisión –coescrita por el propio Ferrell y parte de un proyecto personal de larga data– aparece en medio de la pandemia mundial como un grato recordatorio de que es posible hacer humor con los elementos más disparatados e incluso ridículos.

El prólogo presenta a los protagonistas durante una noche de 1974. El lugar es un pueblito de Islandia y en la tele el célebre concurso Eurovisión presenta a los ganadores de la noche: un cuarteto de origen sueco llamado al súper estrellato, ABBA. Para los niños Lars Erickssong y Sigrit Ericksdottir será un mojón ineludible en su vida, el origen de una obsesión y, tal vez, de un trauma. Corte a la actualidad. Lars (Ferrell) y Sigrit (Rachel McAdams) son adultos y han pasado gran parte de su vida intentando sin éxito que Fire Saga, el dúo de música pop que integran, logre salir del ámbito del pequeño pub donde tocan en vivo los fines de semana. Es evidente que se quieren, aunque no necesariamente por fuera de los límites de lo platónico; tal vez sean primos, como muchos en ese lugar con tan pocos habitantes. Una secuencia temprana que adopta las formas del videoclip sienta las bases de lo que vendrá: imitar y llevar al absurdo las constantes kitsch del universo Eurovisión, en parte homenaje y en parte mofa, sin que una cosa desequilibre a la otra.

No vale la pena detallar el explosivo mecanismo por el cual Fire Saga aterriza como finalista islandés en el concurso, superando a contrincantes talentosos y, sin dudas, más a tono con los usos y costumbres musicales, visuales y coreográficos. A poco de llegar a la sede en el Reino Unido, las desavenencias entre los protagonistas comienzan a hacerse evidentes, influenciadas en parte por un notable personaje secundario, el ruso Alexander Lemtov (Dan Stevens), un artista que, contra toda intuición –y a pesar de ser el autor de una cumbre del kitsch homoerótico como “León del amor”–, no puede ser gay porque “la Madre Rusia jamás lo permitiría”. La primera noche en el extranjero le da lugar a una de las escenas inolvidables de la película, un medley de temas improvisado en una fiesta, momento de felicidad cinematográfica sin fisuras. No será la única de esas instancia: el disparate aparecerá bajo la recurrente figura de los elfos o en el choque de Lars con su padre, un rudo pescador encarnado a la perfección por Pierce Brosnan.

Es cierto que, con dos horas de metraje, a Eurovisión “le sobran” varios minutos, pero ello es compensado con creces por una ingente cantidad de gags precisamente calibrados y la construcción de personajes que, más allá de su aspecto caricaturesco, terminan adquiriendo una humanidad inobjetable. En ese sentido, Lars es una nueva encarnación de la persona cinematográfica que Ferrell viene construyendo desde hace más de dos décadas. Un soñador empedernido cuyas zonas oscuras lo llevan muchas veces por mal camino, pero cuyo corazón es tan grande que ni siquiera la suma de las limitaciones exteriores y las propias es capaz de detener su crecimiento personal. Del ridículo siempre se vuelve. 

FESTIVAL DE LA CANCIÓN DE EUROVISIÓN – LA HISTORIA DE FIRE SAGA

7 puntos

Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga; EE.UU., 2020

Dirección: David Dobkin.

Guion: Will Ferrell y Andrew Steele

Duración: 123 minutos.

Intérpretes: Will Ferrell, Rachel McAdams, Dan Stevens, Mikael Persbrandt, Pierce Brosnan.

Estreno en Netflix.