El ex fiscal regional Patricio Serjal quedó detenido por tres meses, hasta noviembre, por decisión de la jueza Eleonora Verón, acusado de cohecho agravado, transmisión de datos, peculado y omisión de persecución, según la acusación desplegada ayer por los fiscales Luis Schiappa Pietra, Matías Edery, Gisela Paolicelli y María Eugenia Iribarren, quienes enumeraron las evidencias sobre el acuerdo entre el "empresario" del juego ilegal Leonardo Peiti y el jefe de los fiscales rosarinos, a través del ya imputado Gustavo Ponce Asahad, que también era fiscal y hombre de confianza del jefe y de un empleado del Ministerio Público de la Acusación, Nelson Ugolini. Serjal quedará alojado en 27 de febrero y Circunvalación. Durante la audiencia, Iribarren argumentó la prisión preventiva en el "daño institucional" que significó el accionar de Serjal, mientras los acusadores aseguraron que tras la difusión de las maniobras que realizaron con el fiscal Gustavo Ponce Asahad y el empleado Nelson Ugolini, otros fiscales se acercaron a la Agencia de Criminalidad Organizada para informar sobre distintas irregularidades cometidas por Serjal en el ejercicio de su función, a la que accedió en abril de 2017.

Serjal subrayó una y otra vez que es inocente. ""¿Dónde está el dinero? Mi familia vive con mi sueldo. El de mi esposa es poco. Lo que hemos hecho fue con mi sueldo y lo que ahorramos. Llamamos para rescindir el contrato de alquiler. Mi señora y mis hijas se fueron de sus padres, nos dan alojamiento y me lo van a dar a mí también porque estoy desempleado y me inhabilitaron la cuenta sueldo, donde no había mucho dinero", expresó en su defensa durante la audiencia imputativa. Más aún, aseveró que "nunca" tuvo "cajas de seguridad en el banco". "No tengo cuentas en el exterior, ni participación en sociedades o fideicomisos", añadió. 

Serjal entró a las 14.30 del martes en el Centro de Justicia Penal, acompañado por su abogado Hugo Lima. Ya en contacto con los medios, el defensor habló de una "camita". En la audiencia, Serjal profundizó esa teoría. "El 18 de noviembre el doctor (Jorge) Baclini (fiscal general) me dice que tenía que renunciar por la nueva conducción política. Me dijo: 'Tenés un problema ético con una causa de autos'. Después explotó una campaña mediática. ¿Estaba Peiti o me hicieron una cama de verdad? Esto siguió hasta ahora que me volvió a llamar Baclini. Le dije: 'Jorge, mi teléfono y mi casa están a disposición'", aseguró y dijo: "Me quieren sacar del medio". 

En su defensa, el acusado también rechazó ser parte de una organización criminal. "Como fiscal regional no estaba a cargo de esas causas. No las conocía. Siempre hablé con fiscales y les decía que no me interesaban nombres ni domicilios. No es mi función inmiscuirme en las causas", expresó.

Por último, aseguró no haber mantenido contacto con Nelson Ugolini –colaborador de Ponce Asahad imputado el martes pasado– y agregó: "Nunca pedí ni exigí dinero, ni recibí nada".

La acusación fiscal, en cambio, ponderó la coincidencia de Leonardo Peiti y Serjal en el mismo hotel de la ciudad de Buenos Aires, entre el 13 y el 14 de noviembre del año pasado, para aseverar que la reunión entre el gerenciador de juego clandestino y el jefe de fiscales se hizo, con el objetivo de arreglar la coima que se pagarían por la vía de Ponce Asahad y Ugolini.