Si bien la pandemia de coronavirus no da tregua, antes de que lleguen los primeros calores y las lluvias, muchos municipios de la provincia ya deberían estar pensando cómo enfrentar la próxima campaña contra el dengue, otra de las problemáticas que se instaló desde hace unos 20 años en la región.

Con 7.142 casos confirmados, que la provincia notificó al Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentina (SIISA), el período de vigilancia, que abarcó desde enero a junio por primera vez (se realizaba de octubre a mayo), duplicó al de 2018-2019, que había registrado 2.989 casos de dengue.

A su vez, Salta se ubicó como la tercera provincia con mayor incidencia acumulada cada mil habitantes, detrás de Jujuy y Misiones.

Por lo que este año, a pesar de los inconvenientes producidos por la pandemia para circular y visitar casa por casa generando conciencia, realizar descacharrado y desmalezado, los referentes municipales y el Ejecutivo provincial deberán hacer su mayor esfuerzo para bajar ese triste índice que, así como el hambre, la pobreza y el desempleo, ya es una huella de Salta.

Las complicaciones de la fase 1

Como con el coronavirus, el departamento más afectado por el dengue en el último año fue San Martín, donde se confirmaron 3.635 contagios. Su cabecera, Tartagal, es la tercera ciudad más poblada de la provincia, y allí se acumulan la mayoría de los positivos.

El secretario de Gobierno la Municipallidad tartagalense, Santiago Vargas, reconoció que debido a que el municipio volvió a Fase 1 y está en estricta cuarentena, “se hace mucho más difícil continuar con las tareas constantes de visitar los domicilios y de descacharrado”.

El funcionario explicó que manejan “dos grupos de gente”, uno que trabaja con Control de Vectores “de la Palúdica” (Sanidad de Frontera y Transporte, de la Nación), con 22 personas, y otro de 10 trabajadores que realizan tareas junto a la fundación Mundo Sano.

“El trabajo que deberíamos estar realizando en este momento es el focalizado y no lo estamos pudiendo hacer porque no podemos exponer a la gente a entrar en casas de personas que quizá puedan contagiar o contagiarse de Covid”, dijo.

El trabajo focalizado consta de “un barrido” en donde entran a cada vivienda, visitan patios y detectan posibles criaderos donde ponen veneno, así como en los pozos ciegos, resumideros y letrinas. “Pero eso está paralizado totalmente por la pandemia”.

Vargas contó que tienen previsto trabajar con referentes barriales para “que los vecinos abran las puertas sin miedo”, ya que en el 70% de los hogares visitados se niegan a dejar ingresar a quienes realizan las inspecciones y la desinfección. La visita, para Vargas, es el momento más importante de la campaña, “porque además la fundación pone unas trampas para mosquitos que permiten hacer un censo y saber en qué zonas están focalizados”.

Eso permitió determinar dónde comenzar los descacharrados, ya que los barrios más afectados “con población de mosquitos, son los del sudeste, (Misión) Cherenta, Esperanza, 365”.

El secretario de Gobierno, bioquímico de profesión, rogó que para octubre el departamento pueda salir de esta fase de confinamiento para comenzar con ese recorrido “puerta por puerta, porque si hiciéramos una buena limpieza de patios no tendríamos criaderos”.

Aseguró que las fumigaciones no son efectivas, “porque el veneno que se utiliza es por volteo, lo tiene que agarrar al mosquito volando o en una superficie y le tiene que caer mucho para matarlo”.

Añadió que las fumigaciones aéreas están prohibidas por Salud de la Nación, debido a que “puede generar daño ecológico y afectar animales de sangre caliente”.

Por último, recordó que la gente tiene que tomar conciencia de eliminar todos los elementos que acumulen agua, “porque llegan todos juntos después de las lluvias en marzo a los hospitales, pero ya contagiados”.

Trabajo interinstitucional y capacitación

El departamento Orán, mientras tanto, acumuló 1.421 contagios, y su ciudad cabecera, San Ramón de la Nueva Orán, con alrededor de 85.000 habitantes, es la segunda de Salta. Su intendente, el médico Pablo González, señaló que la fisonomía de la localidad cambió mucho en estos años debido a la caída de la producción y la tecnificación en las zonas agrarias, lo que provocó que “esa gente busque trabajo en la ciudad y se generen grandes bolsones de pobreza periurbanos, con poca infraestructura y malas condiciones de vida”.

Por lo que para el jefe comunal, cambiando esas condiciones, generando empleo y revitalizando la producción en la zona, también se estaría combatiendo, entre otros problemas, al aedes aegyptis, “pero eso no depende sólo del municipio, sino de un trabajo conjunto con Nación y Provincia”.

González reconoció que el dengue los “tuvo a mal traer el verano pasado”, y que es imprescindible comenzar en invierno con la campaña “para ver los frutos de ese trabajo” en la temporada estival siguiente. Explicó que por eso comenzaron con capacitaciones a quienes se encargaban del dengue “y ahora integran un sistema de agentes socio ambientales”.

“A partir de ahora comienza nuestro trabajo de base, tanto de descacharrado como de controles de distintos focos, para que cuando se eleven las temperaturas, ya tengamos una situación más controlada”, manifestó.

También subrayó que avanzaron en generar lazos interinstitucionales “con los supervisores de atención primaria de la salud” del Hospital local “para capacitar a nuestra gente y que ya no sea el trabajo de un simple operario, sino que sean agentes socio ambientales con capacidad y conocimiento del trabajo que realizan”.

Aceptó que la pandemia y el distanciamiento social condiciona las labores cotidianas, pero se mostró confiado en que podrán revertir la situación y bajar los índices de dengue en el municipio que comanda.

La Capital

El secretario de Ambiente de la Municipalidad de Salta, Aroldo Tonini, aseveró que aunque bajó la intensidad del dengue por el frío en la ciudad que registró 187 casos entre enero y junio de este año, desde el ejecutivo “nunca dejamos de desarrollar acciones relacionadas con la lucha contra el dengue”.

Entre ellas destacó el desmalezado y limpieza de espacios públicos, que son “prácticamente 1.000 hectáreas, junto a las más de 200 cooperativas que prestan servicios” con un costo cercano a los $10 millones mensuales “y que involucran a 1.000 personas que limpian plazas, platabandas, espacios verdes y banquinas”.

Sumó la limpieza de canales y mantenimiento de calles, tareas “que impiden que se acumule agua”, así como “eliminar micro basurales que aparecían por toda la ciudad”.

Pero aclaró que próximamente se sumará mayor intensidad complementando otras acciones “para prepararnos para la época de lluvia”. Para eso, el municipio licitó la contratación de una hidro grúa “para levantar chatarra, autos y camionetas viejas en todo el ejido urbano”. Informó que esa contratación significará una inversión de $2 millones para los próximos meses.

Y con respecto al trabajo domiciliario de concientización y descacharrado, Tonini sostuvo que su intención “es volver a armar cuatro cuadrillas, norte sur, este y oeste, con camiones y palas cargadoras para continuar con el descacharrado en todas las zonas de la ciudad”.

Pero subrayó que necesitarán las colaboración de la provincia “para que se sume en esta lucha” y aporte a los agentes sanitarios, “con quienes hemos trabajado en este tiempo haciendo el recorrido puerta a puerta, y concientización”.

Asimismo, el funcionario expresó que estuvieron recolectando experiencia de los barrios en donde se registraron casos por zona, “para hacer descacharrados intensivos durante el año, que vamos a continuar profundizándolo”. Y que se intensificará “mucho más la labor” a fines de octubre, “para tener todo listo antes de las primeras lluvias”.

Para Tonini, la pandemia no será un gran inconveniente para poder realizar la tarea en los barrios, debido a que el municipio pasa con camionetas propaladoras informando qué día y a qué hora se recolectarán todos los elementos que puedan acumular agua, “y el vecino los tiene que sacar a la calle”.

A su vez aseguró que los operarios y agentes que visiten los domicilios estarán equipados con los elementos de seguridad correspondientes “y respetando los protocolos de distanciamiento”.