Seis años, dos meses y catorce días después de aquella triste derrota por nocaut técnico en el 10º round ante el puertorriqueño Miguel Cotto en el Madison Square Garden de Nueva York y a los 45 años de edad, Sergio “Maravilla” Martínez vuelve a ascender a un cuadrilátero. Lo hará este viernes desde las 19 y con televisación de TNT Sports ante el probador español José Miguel Fandiño en una pelea a 10 asaltos encuadrada en el peso supermediano que tendrá lugar en el malecón de Torrelavega y en el marco de la fiesta de la Virgen Grande de esa pequeña y pintoresca ciudad del norte de España.

Después de los datos duros, las primeras preguntas surgen solas: ¿Para qué regresa Maravilla? ¿Acaso supone que es posible reverdecer viejos laureles? ¿Quiere sólo sentir la adrenalina incomparable de subir otra vez a un ring? ¿O pretende ser de nuevo campeón del mundo como lo fue entre los superwelters y los medianos? En principio, es preciso dejar en claro que Martínez no vuelve por dinero. No está en la bancarrota ni dilapidó lo que ganó en el último tramo de su brillante carrera. Tiene algunas inversiones en España y aunque lejos está de ser un potentado, lleva una vida cómoda pero también austera. Alejada por completo de la frivolidad y el exhibicionismo.

Pero como todo gran astro del deporte, Maravilla tiene su vanidad intacta. Y tiempo libre de sobra. Nada de lo que intentó en estos años en el mundo del espectáculo (escribir guiones para sus monólogos de stand up) terminó de realizarlo. Y como se siente recuperado de las lesiones en las rodillas que padeció en los dos años finales de su campaña, el 29 de abril de 2018 tomó la decisión de regresar al gimnasio y se entrenó duro con la idea de reaparecer. Ahora es el momento de ver hasta dónde puede llegar apuntándole a lo máximo: una chance por el título del mundo de los medianos.


“El ser humano necesita objetivos y el objetivo que he encontrado es volver a boxear. Pelearé en una ciudad hermosa, pero pequeña. Un sitio modesto. No es Las Vegas, ni Nueva York, ni Los Angeles, ni California, ni el Luna Park, ni Vélez. ¡Y me encanta!”, dijo Martínez en declaraciones recientes. Incluso hace unos días en medio de una videoconferencia con el periodista Leonardo Benatar, el presidente de la Asociación Mundial de Boxeo, Gilberto Jesús Mendoza le prometió que si gana sus próximas tres peleas, le conseguirá un combate ante el japonés Ryota Murata, campeón regular de los medianos de la entidad.

Nacido en Gijón hace 36 años y con un record discreto de 15 triunfos (8 antes del límite) y 6 derrotas, Fandiño es un probador que dará la pauta de la actualidad de Martínez. “Como boxeador, siento admiración y una grandísima gratitud hacia él por darme esta oportunidad. No podría decir nada malo. Es un gran campeón. Todo el mundo del boxeo va a estar pendiente de este combate, es una oportunidad inmensa, independientemente del resultado. Hacer un buen papel me cambiaría la vida"dijo Fandiño quien además de boxeador, hace trabajos como jardinero y albañil.


Sería penoso verlo a Maravilla convertido en una sombra de sí mismo. Más de seis años fuera de los rings es demasiado tiempo y habrá que ver que le pasa cuando reciba los primeros golpes fuertes y vaya avanzándolo la fatiga. En su apogeo, fue un boxeador fabuloso, dueño de unas piernas veloces que cuando se le agotaron, lo dejaron expuesto al alcance de los golpes rivales. Aquel Maravilla rápido, cerebral, creativo y contundente que ganó sus tres títulos mundiales en los Estados Unidos, es una imagen de archivo

Si el que vuelve este viernes es el 50 por ciento de aquel que fue considerado el mejor del mundo, la misión habrá sido cumplida. Y podrá seguir recorriendo con dignidad el duro camino del regreso.