No se recuerda cuándo empezó, no se sabe bien cuándo va a terminar y se van a jugar partidos en medio de una pandemia que tiene sus centros neurálgicos en varios países de la región, con cuatro naciones entre las diez que registran la mayor cantidad de contagios en el mundo: 4.300.000 en Brasil, más de 700.000 en Colombia y Perú y más de 500.000 en la Argentina. Así de loca es esta edición de la Copa Libertadores de América que se reanudará este martes y que tendrá como protagonistas a cinco equipos argentinos a partir del jueves, en continuado.

Hace una eternidad que se había puesto en marcha la Copa. Entre el 4 y el 27 de febrero se jugaron partidos de la etapa clasificatoria y entre el 3 y el 12 de marzo se disputaron encuentrtos de la primera y la segunda fecha de la fase de clasificación. El 12 de marzo jugaron Gremio e Internacional en Porto Alegre y Racing y Alianza Lima en Avellaneda y ahí se paró la pelota. El espacio en blanco es de 217 días y debió ser mucho mayor si se hubieran contemplado las cuestiones sanitarias por encima de las económicas.

En Brasil el fútbol volvio a fines de junio, cuando el país registraba unas 40 mil muertes, cifra que creció un 200 por ciento. Pero en ese interín San Pablo jugó nada menos que 11 partidos entre el torneo paulista y el Brasileirao contra ninguno de River porque como se sabe, el fútbol argentino, no arrancó. También están en situación desventajosa de preparación Boca, Racing, Defensa y Justicia y Tigre, los otros cuadros argentinos que intervienen en la Loca Libertadores de América. Tal vez el más perjudicado de todos sea Boca que tuvo una veintena de casos positivos en su plantel. 

Entre los despropósitos hay que sumar que la Conmebol no le puso fecha exacta a la finalización del campeonato, pero se sabe que será en los últimos días de enero. Casi un año después del inicio. Y lo que tampoco se sabe es qué va a pasar con el Mundial de clubes que se jugará en Qatar en principio en diciembre. Hasta ahora no estará el campeón de la Libertadores en ese certamen. 

Muy loco todo en esta parte del mundo que sorprende día a día. Se puede argumentar que la culpa de todo esto la tiene el maldito virus, pero no se puede olvidar que sin pandemia mediante hace dos años, la final de la Copa Libertadores de América se jugó en la capital de un país europeo.