El restaurante familiar Ama Gozua, un clásico ubicado a la vera de la Ruta 2 en el kilómetro 274, cerró sus puertas después de más de medio siglo. Desde su inauguración, en 1968, fue una cita obligada para viajeros y turistas, entre los que se cuentan diferentes figuras del espectáculo, del deporte e incluso de la política argentina, que lo apodaron "la parada técnica perfecta".

A pesar de ofrecer delivery y la venta de productos chacinados durante la cuarentena, la empresa familiar anunció su cierre definitivo. Lo comunicaron sus propios dueños a través de las redes sociales, causando sorpresa entre los usuarios, que aprovecharon la publicación para compartir anécdotas y dejaron palabras de cariño a los propietarios del lugar.

Según consigna el diario marplatense La Capital, Ama Gozua, que en idioma vasco significa "mamá dulce", fue un emprendimiento familiar iniciado por Manuel Ercoreca, un vasco que llegó a la Argentina a comienzos del siglo XX.

Su fachada (una construcción antigua similar a la de los viejos almacenes) era también una postal habitual durante el trayecto a la ciudad "Feliz". La especialidad de la casa eran los lomitos de cerdo y el chorizo o morcilla con papas fritas a caballo, aunque también los visitantes podían degustar un choripán o morcipán al paso, embutidos que se elaboraban en el lugar. Otro plato que salía con frecuencia era los ravioles caseros de verdura. ¿De postre? Su famoso flan casero.

No es el único bodegón emblemático que cierra durante la pandemia. Días atrás, Pipo bajó la persiana de su local ubicado en Montevideo 341, en el centro porteño. El restaurant era famoso por sus pastas, las mesas cubiertas por manteles de papel, el vino en pingüino y ser cita obligada de artistas y quienes paseaban por el centro de la ciudad.