Se trataba de una simpática campaña de publicidad entre LaLiga española y la firma Puma, su proveedor oficial de balones, para celebrar el regreso de la temporada de fútbol, pero terminó en un papelón insólito: el ayuntamiento de Madrid tuvo que regresar todo atrás porque hubo peatones que se quejaron de golpes en los pies por patear bolas de hormigón que simulaban ser pelotas de fútbol.  

"PUMA y LaLiga realizarán mañana una acción de guerrilla creativa y transgresora, en la que ha transformado más de 30 unidades de mobiliario urbano dándoles color y vida con los diseños de los balones de este año", decía la comunicación oficial del torneo el pasado jueves, anunciando que antes del fin de semana iban a "tunear" las bolas de hormigón de las calles como pelotas de fútbol.

 

La idea era una acción promovida por el Havas Media Group y se iba a extender durante siete  días para promocionar los dos balones de la temporada 2020/2021: la Accelerate, la pelota oficial del certamen, y la Adrenalina, el balón especial de los clásicos. "De esta forma, las bolas de hormigón o metal de distinto tamaño utilizadas habitualmente para delimitar espacios en las calles se convertirán en el mejor soporte para celebrar con la afición el primer fin de semana de competición", continuaba el comunicado que envió LaLiga a diferentes medios de prensa. 

 

"Tres zonas emblemáticas de Madrid amanecerán mañana cubiertas con los balones oficiales de la temporada 2020/2021; los accesos a la Plaza Mayor desde la Travesía de Bringas (frente al Mercado de San Miguel y la Cava Baja de San Miguel), la Puerta del Sol a la altura de la calle Preciados y la icónica Plaza de Callao", concluía el envío.

Sin embargo, la campaña tuvo un efecto no deseado, y fue la vicealcadesa de Madrid, Begoña Villacís, la que confirmó que estaban retirando las cubiertas de las bolas de hormigón. "Los acabamos de retirar", escribió la funcionaria en su cuenta de Twitter a un usuario que le recriminaba la acción. "Tienes toda la razón", reconoció Villacís. 

 

Así concluyó lo que pretendía ser una ingeniosa y creativa campaña publicitaria y terminó en un papelón histórico, que incluyó al torneo oficial del fútbol español, a uno de sus principales patrocinadores y hasta el Ayuntamiento de Madrid.