De aceptar el amor como fuerza primordial que mueve al universo. De eso habla Sebastián Volco intentando contraatacar a la Covid. Y también, de nutrirse del arte como “el mayor alimento para el alma”. Actuará en consecuencia entonces este sábado a las 21 cuando estrene Living Inside, su flamante disco de solo piano. La cosa será en vivo desde su estudio de Francia, donde vive desde hace siete años. Y el nexo on line con la Argentina será el sitio de Hasta Trilce, sala en la que se presentó cuando vino por última vez al país, en febrero. “Fue muy especial volver a la Argentina para dar un único concierto, después de tanto tiempo viviendo en Francia”, evoca Volco. “El show que hice esa vez fue algo nuevo, una revisión de todos los trabajos que estuve desarrollando durante años en Europa, y la verdad es que fui muy bien recibido. Tanto que al toque surgieron planes para volver en septiembre, hacer una gira y tocar en lugares más grandes, cosa que obviamente tuvimos que suspender”. Pero quién le quita lo tocado, claro: además de sorprender a propios y extraños con una singularísima música a cargo de The Volco Experience (él, más Pat Coria, Mariano Malamud y Fernando Samalea), el ex Fantasmagoría y Orquesta Metafísica aprovechó el verano porteño precisamente para grabar las tomas del disco a estrenar en su nuevo viaje –virtual esta vez—al país.

“Lo grabé en las afueras de Buenos Aires, inspirado por todo lo que había vivido durante el concierto de febrero, y también por esa sensación que presentíamos en el aire, de que el asunto de la covid19 no pasaría livianamente”, detalla acerca de un trabajo austero, mántrico, imbuido de un lenguaje musical impresionista. Un wing estético al que, si se le suma el carácter intrínseco del intérprete, deriva inevitablemente en un tono existencial, reflexivo. En el "estilo Volco", propiamente dicho. “El estilo Volco es algo innato en mi”, se ríe. “Creo que se puede encontrar una voz, un hilo conductor en mis primeros trabajos instrumentales, mis discos de rock en la Orquesta Metafísica, y en lo que hago ahora, porque la búsqueda en mi pasa por estar en un estado de aprendizaje constante”.

--Con ciertos puntos de llegada, se intuye. O una tendencia a ello. Al menos así se entendió cuando, durante tu última visita, hablaste de unificar todos tus universos musicales y performáticos.

--Ya con la Orquesta Metafísica la idea era esa: un grupo con un estilo propio, con composiciones originales que fusionaran mis conocimientos de música clásica, rock, tango y algo de música electrónica, en shows que involucraran otras disciplinas como pintura, danza, filosofía, periodismo… aprendí mucho en estos años trabajando con el dúo Volco & Gignoli, o con los muchachos de Gotan Project en shows y grabaciones por toda Europa, y estoy con el objetivo de fusionar ritmos y sonidos electrónicos muy populares acá en Europa con cosas más clásicas, rockeras y de raíz folclórica argentina.

Una iniciativa que Volco va mostrando de a poco. Civilización demonio, su disco anterior, absorbió en rigor parte de ese todo. “Fue pensado como un disco de rock argentino sinfónico, conceptual, oscuro, desilusionado, enojado y entendible por hispanoparlantes y argentinos en particular… es como un saludo a mis primeros trabajos de canciones y aventuras en el imaginario del rock nacional”, explica. “En Living inside, en cambio, no hay ego. Me desprendo de Pomelo”, se ríe. “Digamos que está más enfocado en la música y se aleja de toda esa fantasía de los discos de rock/pop. Es una música en la que yo no importo, y la idea pasa a cumplir una función para el que lo escucha o lo pone de fondo mientras hace algo con su vida. Es mucho más universal, en síntesis. Y es loco, además, porque si bien soy fundamentalmente pianista, es la primera vez que hago un trabajo de piano acústico solo”.

--¿Por qué estadio de cuarentena andan por París?

--No sé… acá son las “vacaciones de verano” y los rumores dicen que no está todo cerrado porque no pueden frenar a la gente en este momento del año, pero que en septiembre vuelve una segunda ola. Las generaciones más jóvenes, los adolescentes, andan en general sin barbijo y se saludan con dos besos en la mejilla… los más grandes andan con una mayor sensación de paranoia y cuidado. La estupidez, hipocresía o mala praxis la veo parecida al resto del mundo: bares y restaurantes abiertos, gente muy cerca una de la otra, aunque en casi todos los lugares está prohibido tocar. La otra semana teníamos un show con Volco & Gignoli en Montreuil, pero a último minuto se suspendió porque cayeron los inspectores y no les pareció muy seguro que tocáramos. Todo está muy confuso y poco claro sobre dónde está el verdadero peligro.

--El ex presidente Macri se escapó hacia allí, hace poco, y dijo que “se respiraba libertad”.  ¿Qué opinión te merece eso?

--No sé en qué punto alguien puede sentirse identificado con comentarios sobre la realidad emitidos por el ex presidente…