En mayo del año pasado empezó a haber rumores de que Lorrie Moore vendría a la Argentina y la escritora Majo Moirón (Buenos Aires, 1985, autora de Los lugares equivocados y Lobo rojo) levantó sus antenas: fanática de la autora norteamericana, se puso a preparar el documental que ahora se estrena en el Filba. Cómo hablar con Lorrie Moore es el recorrido de ella (de quien se escucha la voz detrás de cámara) junto a Santiago Llach, quien fue elegido para entrevistarla en Buenos Aires y la reverencia al punto de tener su foto en la biblioteca como en un altar.

“El primer cuento que leí de Lorrie es “Cómo convertirse en escritora”; lo escribió cuando tenía 23 años como final de graduación de su universidad. Está en segunda persona y tuvo un impacto impresionante en mí: explica que escribir tiene obstáculos, que es un camino enroscado, lleno de momentos de soledad y de fracaso. A mí esa lectura me ayudó mucho a escribir y me sentí muy identificada. A partir de ahí me hice muy fan” cuenta mientras ajusta los últimos detalles del corto, que va a estrenarse online el 20 de octubre. Moirón trabaja en cine y publicidad hace años además de escribir y se calzó la cámara al hombro para seguir a Moore a todas partes cuando estuvo en Buenos Aires en septiembre de 2019.

¿De qué se trata la pequeña pieza? Al principio se la puede ver a la escritora leyendo pasajes propios, después su llegada, la expectativa por conocerla, los nervios del escritor y su entrenamiento de meses para hablar bien en inglés. “Es la historia de amor que se despliega cuando leemos un libro” dice Moirón, y cuenta que tuvo que vencer su timidez para hablarle y seguirla a todas partes. “Le pregunté a ella qué es eso que sucede cuando leemos algo que nos ilumina, y esa es un poco la pregunta de la peli, qué nos pasa cuando la leemos a Lorrie pero también cuando nos encontramos con un libro que nos hace felices. No tengo dudas, mucho más ahora en la soledad del aislamiento, que un buen libro es una voz que te sostiene, que te acompaña, con la que podés generar una intimidad muy grande. Y a la vez es una voz nada más, no hay nada físico”. En ese abismo entre lo físico y lo abstracto es que el documental avanza y florecen las pinceladas de humor, que intentan humanizar la idea de fanatismo.

Es particularmente emocionante cuando la hija de Llach, Benita, se acerca a la escritora después de autografiar decenas de libros y le dice que gracias a ella (y a esa historia tan conmovedora sobre dos amigas adolescentes que reeditó Eterna Cadencia con traducción de Inés Garland, ¿Quién se hará cargo del hospital de ranas?) volvió a leer ficciones de nuevo, después de mucho tiempo de leer ensayos. El documental irradia la ternura, la sensualidad y la gratitud entre la escritora y el público argentino, las colas para verla, el teatro Cervantes en silencio absoluto. 

Moore (Nueva York, 1957, ganadora del premio O. Henry) no podía creer que en Argentina tuviera tantos lectores y fanáticos. “Lo más importante para mí fue escucharla, tener el privilegio de escuchar esa voz de la que ella habla y que yo la tenía en mi cabeza”. Moirón la siguió hasta el final: el material era muchísimo pero decidió hacer un corto porque no tuvo ayuda económica, es totalmente independiente. El último día, cuando Moore se estaba yendo a Chile, la directora sacó un pasaje para entrar a Migraciones y filmarla en la despedida. La policía la quiso echar del aeropuerto, finalmente la sacaron, “pero fue muy lindo porque la vi en una escena bastante íntima. En ella vi a sus personajes, siempre personas vulnerables, un poco torpes. Ella me vio y se rió, ¿qué hacés acá?, me dijo, no lo podía creer".

Esta semana, The New Yorker publicó un cuento de Lorrie Moore que puede leerse en la web de la revista de crítica literaria.

Cómo hablar con Lorrie Moore se verá online el 20 de octubre a las 23 horas en la página web del Filba. Es gratuito.