En medio del bullicio por el fallecimiento de un ídolo deportivo no debe quedar oculta por la pasión y el dolor la muerte de una valiente luchadora social.

En efecto, en Suiza donde permaneció exiliada desde 1979, se apagó la vida de Sara Solars de Osatinsky. Esta mujer militante de las FAR, organización insurgente, padeció torturas en las sórdidas mazmorras de la ESMA. En ese centro clandestino de detención ayudó en los partos a muchas militantes.

El testimonio de Sara fue fundamental para denunciar ante el mundo la infame práctica de la apropiación de bebés hijas e hijos de mujeres y hombres en cautiverio por el terrorismo de Estado.

Muchas veces hemos dicho que la dictadura finalizó formalmente el 10 de diciembre de 1983 pero el proceso continúa aún.

La dictadura del capital y la represión estatal no han cesado. El acecho a comunidades que defienden sus territorios recuperados no terminó. Tampoco las luchas.

Que quede grabada en la memoria colectiva la lucha incesante de Sara Solars de Osatinsky, compañera de vida del revolucionario Marcos Osatinsky aniquilado por un grupo de tareas paramilitar.

Las luchas contra la prepotencia capitalista siguen a pesar de la pasividad cómplice de burócratas y tecnócratas.

Sara Solars de Osatinsky tu digna resistencia no fue en vano.

 

Carlos A. Solero