Marttein llega puntualmente y embarbijado al encuentro acordado en un estudio fotográfico del barrio de Constitución. Haber estado tan en contacto con su obra, muy oscura e intensa, en los últimos días; hace que al ver, a unos pocos metros y a plena luz del día, ese cuerpo flaco, alto, muy bien vestido, sea difícil asociar obra con persona. Incluso cuando en un momento de la entrevista diga que nació en 2001, resultará inquietante lo enfocada y coherente que es su propuesta musical a tan corta edad. Para conocerla, basta dar play en su último streaming montado para el canal de YouTube de Nave Ánima, un colectivo dedicado a la nueva música local. Allí lo podemos ver, intrépido, con una melenita corta con los dos mechones frontales decolorados y que apenas pasa la línea de sus orejas, su característico lente de contacto blanco al estilo pirata (uno sí, otro no), un pulover que deja su vientre al descubierto, mangas largas recorridas por ombligos de metal que dejan ver su piel, pantalón estilo Oxford y zapatos "de algún muerto", como comentará riéndose más tarde cuando empecemos a charlar.

ELECTRICIDAD

En su manera de moverse hay algo de Sandro pero también de Ricky Espinosa, atravesados éstos por la elegancia provinciana de un Ciudadano Toto. Todo es electricidad alrededor del jóven cantautor y experimentador sonoro que se cansó de tocar la guitarra como le enseñaran en el conservatorio. A sus espaldas sobre un mueble de estilo reposan dos parlantes medianos, un mixer, una labtop y unos auriculares que el joven y pelirrojo productor Manuel Cano se pone y se saca, a lo largo de la corta sesión, cuidando que todo suene como corresponde en una performance silente y sutil. Una prolijidad que contrasta con las contorsiones de nuestro entrevistado. Todo es electricidad, decíamos, y cuando se suman dos músicxs invitadxs será en silencio que se integren a la presentación de la cual Marttein es el centro. No hay saludo, ni despedida, ni bienvenida. Pero lo más desconcertante es que ninguna de las cinco canciones interpretadas está aún editada en ninguno de sus tres discos larga duración a la fecha.

ACELERACIÓN

"Cuando armé la lista de temas para ese streaming la decidí en función de cuáles me parecían los temas más representativos de la actualidad del proyecto", me dice. Da la impresión de que para esta generación centennial no hay disco que promocionar, sólo importa el mañana. El futuro es ahora mismo, no hay retrospectiva. Sólo interesa lo que pasa hoy, al menos a nivel agenda porque el show cierra con una versión de la banda Suede, célebre en los años 90s. "Quise rendirles un homenaje porque siento que sus letras son demasiado avanzadas en cuestión de políticas de género incluso para nuestra época." 

Quien suscribe tuvo acceso a dos EPs, aún sin título ni sello confirmados, que este joven artista tiene en proceso y de los que se desprenden la mayoría de las canciones que forman parte del concierto virtual mencionado. La primera canción interpretada, "Su cariño", sale con tono de brujo, algo premonitorio: "Oh chico, hoy vi un poquito de dolor en tu blusa / Sostenías tu cig con manos ansiosas y temblorosas / Él se había ido, aquella mañana se llevó sus cosas / Vos te habías quedado encadenado a la cama / Pensando en sus ojos / Sus adorables ojos", se vocaliza entre el parlamento y el canto. La siguiente, "Dos perrxs", parace hablar de dos amantes en plena actividad amatoria: "Cuando dos perrxs se ponen rabiosxs se tocan las caras, se miran las pieles, se abrazan fuerte hasta la mañana, cocinan pasión para el desayuno", la voz suena robótica pero cercana y amigable sobre una base que invita a cierto tipo de baile. En el siguiente tema, "Ventanas", se suman la cellista Violeta García y el guitarrista Pedro Anal. Al respecto, su autor declara: "Habla mucho del momento actual, son dos pibes que viven uno en frente del otro y se miran por la ventana pero no se pueden tocar, entonces se encuentran en sus sueños." 

La última canción original que suena en el streaming es la mántrica "Querida", cuya letra es tan simple y reiterativa como: "Vamos a fumar tanto, querida, que nuestras manos quedarán entumecidas."

EL PASADO

Influenciado de manera confesa por Federico MouraBowie, Iggy Pop y Suede, Marttein reconoce que el sonido de su nuevo material, aún inédito y estrenado en el show que reseñamos, se distancia del de sus tres primeros discos editados entre 2017 y 2019: "Antro", grabado por completo en la computadora personal que le prestó su madre, y "Guerra", lanzado en 2018 por el sello Alp, integramente instrumental. 

Por último: "Némesis", lanzado el año pasado. "Los veo como una trilogía, como toda una cosa conceptual, es música muy intensa, todo es muy verborrágico." Basta indagar un poco en las letras: "Guacho sos re tóxico / ¿Por qué yo triste y vos feliz?", grita en "Tóxico"; mientras que el protragonista sónico de "Traición", presente en el disco instrumental, es un monstruito enojado que no parece conocer el lenguaje humano hasta que un bombo grave lo desplaza con su fraseo hiper-expresivo. Para comprender de qué hablamos cuando decimos intenso, bastará revisar la letra de "Fiesta ciega": "Celebro, celebro, celebro. Estoy cagando por el cerebro." 

Al comentar que muchos de sus procedimientos a la hora de componer me recuerdan a cierta comedia musical trunca, el entrevistado responde: "Creo que tiene que ver con que mi música en ese primer período intentaba ser muy visual, me gustaba trabajar con sonidos que remitiesen a referentes reales que pudieran hacer pensar en elementos existentes en el mundo circundante, y que en cierta disposición pudiesen generar un clima de suspenso para el oyente", dice. "Siento que hay una novedosa concepción del cuerpo en nuestra escena musical que inauguró Moura con Virus, cierta idea de equilibrio en la cual uno no tiene que ser necesariamente superficial por portar una pose, por cultivar un glamour de feria americana."