La Cámara de Diputados trabajará sobre un proyecto de ley para declarar Área Marina Protegida al Agujero Azul, una zona ubicada en la plataforma del Mar Argentino pero fuera de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) que alberga ecosistemas únicos, con biodiversidad icónica como la ballena franca austral, y en donde se encuentran los restos del submarino ARA San Juan con sus tripulantes. Página/12 participó en una expedición en esa zona en 2019 junto con Greenpeace (link nota expedición: https://www.pagina12.com.ar/232172-una-travesia-con-greenpeace-hacia-agujero-azul-del-atlantico) –que celebró la presentación del proyecto–, en la que se registró cómo la pesca furtiva está destruyendo el ecosistema marino. El proyecto apunta a la “conservación de la biodiversidad y la protección de la estructura y funcionamiento de los ecosistemas” e implica un gran avance en la soberanía nacional en el océano: de aprobarse la ley, será el primer área marina protegida en la Plataforma Continental Argentina por fuera de la ZEE.

“Es un proyecto muy ambicioso, un avance importante dentro del proyecto Pampa Azul –iniciativa lanzada en 2015 a través de la ley 27.167, mediante la cual se creó el Programa Nacional de Investigación e Innovación Productiva en Espacios Marítimos Argentinos (PROMAR)– que busca aumentar la cantidad de áreas marinas a proteger”, afirmó en diálogo con Página/12 la diputada del Interbloque Federal Graciela Camaño, quien fue la impulsora del proyecto junto con los diputados del Frente de Todos Maximo Kirchner y Leonardo Grosso.

“Esta iniciativa busca fortalecer la política del estado argentino hacia el mar, con particular énfasis en ampliar la protección sobre los nuevos límites de nuestra Plataforma Continental y la soberanía nacional sobre el mar”, dijo Grosso a este diario. En ese sentido, los diputados señalaron que la Cancillería argentina ve con buenos ojos el proyecto, que será tratado en las comisiones de Relaciones Exteriores y de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente. De no ser incluido en el temario para las sesiones extraordinarias, el proyecto se trataría en marzo.

La zona del Agujero Azul, según indica el texto del proyecto, “tiene una extensión aproximada de 164.000 km2 que se define al norte por el paralelo 42º 32´´S, al sur por el paralelo 47º 30´´S, al este por el límite de ZEE y al oeste por la isobata de 5000 metros”. Se encuentra fuera de las 200 millas, pero dentro de las 350 millas que la ONU reconoció como territorio sumergido de Argentina en 2017, luego de un histórico reclamo que se inició en 1997 con la conformación y el trabajo de investigación de la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (Copla), integrada por el Ministerio de Defensa, el Servicio de Hidrografía Naval y Conicet.

Al tratarse de una zona de poca profundidad –es decir, menor a los 200 metros–, pero fuera de la ZEE, el Agujero Azul es un foco de pesca furtiva. En la expedición de la que participó Página/12 el año pasado, se pudo registrar la presencia de buques surcoreanos, chinos y españoles que practicaban la pesca de arrastre –un método ilegal que consiste en soltar redes hechas con cadenas que arrasan todo el fondo marino–, entre otros métodos, y se verificó mediante una filmación que el fondo marino estaba destruido (https://www.pagina12.com.ar/233197-la-situacion-del-fondo-marino-es-como-la-del-amazonas-incend).

“Este proyecto es un importante primer paso para avanzar en la protección del Mar Argentino. Sin duda es muy positivo, ya que los ecosistemas del Agujero Azul han sido devastados por las flotas internacionales que se instalan en la zona cada año para pescar de manera intensiva utilizando las técnicas más destructivas. Este proyecto prohibiría este arte de pesca, permitiendo a los ecosistemas recuperarse después de años de abusos”, indicó a este diario Luisina Vueso, coordinadora de la campaña por la protección del Mar Argentino de Greenpeace. “El Agujero Azul es un área muy importante del Mar Argentino, un corredor biológico y zona de alimentación de los principales mamíferos de nuestro mar. Su protección es fundamental, celebramos la iniciativa y esperamos que sea promulgada para que estos ecosistemas vulnerables puedan restablecerse”, añadió.

En los fundamentos del proyecto, el texto aclara que la ley “impulsará la política de Estado hacia el mar, contribuyendo al uso sustentable de los bienes naturales y al fortalecimiento de la soberanía nacional sobre nuestros espacios marinos”. En este sentido, Grosso afirmó que “estamos legislando sobre un sector que lleva décadas de alta presión pesquera no declarada y no reglamentada, impactando de forma directa sobre las especies bentónicas vulnerables”, y que la ley “permitiría prevenir la explotación pesquera por parte de flotas internacionales”. Para Camaño, en suma, la norma servirá para fortalecer el reclamo de las Islas Malvinas, al reconocer la soberanía en un área fuera de la ZEE: “lo que hace es ir sumando antecedentes, no renunciando a la soberanía de las islas”, sostuvo la diputada. Tanto ella como Grosso hicieron hincapié, además, en la importancia simbólica de proteger el lugar en el que se encuentra el submarino ARA San Juan, para que así “descanse en custodia de nuestra soberanía su heroica tripulación”.

Desde la perspectiva de Greenpeace, el proyecto es un avance importante para “aumentar la ambición de protección del mar Argentino”, afirmó Vueso. “Es necesario efectivizar las áreas marinas protegidas identificadas en el Sistema Nacional de Áreas marinas Protegidas (incluyendo el Agujero Azul dentro de la ZEE), avanzando en la protección de al menos un 30 por ciento del Mar Argentino para el año 2030, poniendo el foco en la representatividad ecosistémica y la interconectividad, contemplando los principales corredores biológicos”, añadió.

En la actualidad, la principal preocupación de la organización ambientalista en el Mar Argentino es la exploración sísmica que, según pudieron determinar mediante un relevamiento satelital, abarca distintas zonas desde Buenos Aires hasta Tierra del Fuego (ver aparte). “Es imperioso frenar la expansión de la industria petrolera en nuestro Mar. La exploración sísmica y la explotación petrolera offshore son una seria amenaza para la biodiversidad del Mar Argentino, destruye los ecosistemas marinos y tiene gravísimos impactos en su fauna. Es inadmisible que se avance con estos proyectos frente a la crisis climática que afrontamos”, concluyó Vueso.