La polémica desatada ante la denuncia de robo presentada por Carolina Píparo, luego de que su pareja atropellara a dos motociclistas y los dejara abandonados, trae el eco de dos hechos ocurridos en 2010 y 2011. Se trata de la denuncia de robo realizada a los medios por la modelo Nicole Neumann, en abril de 2010, y la denuncia por asalto y homicidio presentada por una mujer de la localidad de Ayacucho, por la muerte de su bebé, que desató un multitudinario reclamo contra la inseguridad, y ataques a la intendencia. A diferencia del caso de Carolina Píparo, en el que fuentes de la Fiscalía dijeron a este diario que los indicios apuntan a que existió, en los casos de Nicole Neumann y de la mujer de Ayacucho la justicia comprobó fehacientemente que se trataba de falsas denuncias.

En 2010, uno de los más fuertes argumentos utilizados para intentar debilitar al gobierno kirchnerista fue la realización de marchas de reclamos contra la inseguridad. Los medios hegemónicos, los mismos que aggiornaron sus argumentos hoy en día por los de la "inseguridad de la Sputnik V", golpeaban en aquel momento con el argumento del peligro incesante que generaba la delincuencia. El 1 de abril de ese año, una noticia impactó sobre aquella "sensación de inseguridad" y le garantizó repercusión inmediata: la conocida modelo Nicole Neumann había sido víctima del ataque de un grupito de peligrosos adolescentes cuando se dirigía a desfilar a un local en Quilmes. La noticia circuló generosamente entre los titulares, especialmente de los medios más interesados en promover la inseguridad.

Poco después, expresada mucho más tímidamente en los mismos medios, se empezó a informar la noticia de que un empleado del local que había contratado a la modelo desmentía la denuncia. Curiosamente, la desmentida nunca alcanzó la jerarquía de título y espacio que recibió la modelo, que incluso se dijo dispuesta a abandonar el país por la inseguridad. La desmentida apenas si mereció un recuadro de unas pocas líneas. 

Las notas entregaban un profuso material sobre la situación por la que había pasado la victimizada modelo en Quilmes, e incluso llegaban a describir el modo en que el custodio de Nicole Neumann la protegió a tiros, lo que terminó decidiendo la vuelta de la modelo a la CABA. La modelo, por supuesto, fue consultada por infinidad de radios y en cada entrevista se encargó de narrar los hechos. Algunos medios incluso no solo no informaron que Nicole Neumann había hecho una denuncia por asalto, sino que concluyeron directamente que había sido asaltada.

Poco a poco otras versiones empezaron a ganar espacio tímidamente: la del empleado del local que aseguraba que Nicole Neumann "no avisó al local", sugiriendo que simplemente se trataba de un caso de incumplimiento de contrato, y que la idea del robo había surgido como justificativo. La declaración de un jefe policial de Quilmes que aseguró que no existió la denuncia, también ponía en dudas la versión de la modelo.

Casi un año después, en febrero de 2011, el fiscal de Quilmes Andrés Nieva Woodgate no sólo cerró la causa por el supuesto robo a Nicole Neumann, sino que extrajo copia del expediente para que otro fiscal investigara por falso testimonio a la modelo, a su representante, a su custodio y a tres testigos más aportados por Neumann y su entorno.

Meses después, el 27 de julio de 2011, una mujer de la localidad de Ayacucho, denunció que su beba de tres meses había sido asfixiada por unos asaltantes que habían entrado en su casa para robar mientras su marido, un productor rural, se encontraba en el campo y ella había entrado en la ducha. Cuando salió, aseguró que fue sorprendida por los ladrones que la golpearon. Y sostuvo que como no podían hacer callar a la beba que lloraba incesantemente, le taparon la boca con una frazada y la asfixiaron.

Cabe aclarar que a la cabeza del Ejecutivo de Ayacucho se encontraba el intendente Darío David, del Frente para la Victoria. La aclaración viene al caso porque en ese momento, quien tomó la denuncia de la mujer y la enarboló como una pancarta libertaria contra la inseguridad, ante las cámaras de televisión opositoras al gobierno, fue el párroco del lugar, Miguel Angel París. El párroco impulsó una manifestación que generó más inseguridad que la que había vivido la población durante décadas. Se rompieron vidrios, se quemaron autos, intentaron agredir al intendente.

Como en el caso de Nicole Neumann, al día siguiente, la información que detallaba la denuncia comenzó a abrirse en grietas. Primero porque no habían robado nada. Segundo porque no había pruebas de violencia en las puertas y ventanas, ni desorden en la casa. Poco después, la autopsia demostraba que la beba no había sufrido violencia. Finalmente, unos días después, la mujer le reveló a su marido que la denuncia era falsa, que no había ocurrido lo que dijo sino que al volver de la ducha se encontró con su beba muerta y se aterrorizó y la primera explicación que le vino a la mente fue la del asalto. El fiscal de Dolores, Diego Bensi, sostuvo que “no vamos a caer de lleno contra la madre”, “lo que ocurrió con la muerte de la niña fue un accidente doméstico que lejos está de cualquier investigación. Lo reprochable es haber falseado una denuncia, por lo que ahora la mujer deberá atenerse a una investigación penal”. Finalmente fue sobreseída por considerarse que la pena sufrida por la pérdida era suficiente.