El gobierno buscará alcanzar el objetivo de asegurar el abastecimiento interno de maíz para la industria y la estabilidad de precios de sus derivados a través del compromiso de  un monitoreo y seguimiento constante de las distintas variables, compartido con el sector privado. Este monitoreo "sustituirá el límite de 30 mil toneladas diarias de exportación" que el gobierno había dispuesto en el fin de semana como modo de flexibilización de la suspensión de ventas externas inicialmente resuelta hasta el 1° de marzo. Por el sector privado, se comprometieron en la tarea los diferentes integrantes de la cadena agroindustrial, incluso la entidad cooperativa Coninagro, que es parte de la Mesa de Enlace. En cambio, siguen ajenas a toda negociación las tres entidades que, hasta el martes, mantenían en pie la medida de fuerza del cese de comercialización: Sociedad Rural, Federación Agraria y la que, en los hechos, conduce políticamente a las dos anteriores: Confederaciones Rurales Argentinas. 

Un sector de ruralistas vinculado a la conducción de esta última, los denominados "Autoconvocados", protagonizaron en los dos primeros días de lockout hechos de violencia en las rutas y frente a un centro de acopio de cooperativistas en la localidad cordobesa de Bell Ville, al tiempo que reclamaban la prolongación de la medida de fuerza en rechazo a cualquier tipo de intervención del gobierno en el negocio de la producción de materias primas y alimentos. En las próximas horas, la Mesa de Enlace deberá resolver qué camino seguir ante el nuevo acuerdo entre la Mesa Intersectorial del Maíz y el gobierno, que dejó sin efecto tanto la suspensión como la imposición de límites a los volúmenes de registro de ventas al exterior de maíz.   

El encuentro de este martes en el Ministerio de Agricultura, encabezado por el ministro Luis Basterra, es la consolidación del entendimiento alcanzado la semana pasada con la mesa intersectorial del maíz que conformó el Consejo Agroindustrial Argentino, CAA, convertido a esta altura en el principal interlocutor del gobierno en la materia. El espacio ya se presenta como un ámbito de diálogo permanente, y de hecho las conversaciones continuarán este miércoles y jueves para seguir ahondando en la agenda iniciada este martes. 

El acuerdo busca darle previsibilidad a los sectores que utilizan el maíz como insumo. Roberto Domenech por los procesadores avícolas y Dardo Chiesa en nombre de la Mesa de Carnes, fueron protagonistas del encuentro. La cámara de exportadores y de industriales aceiteros, a través de Gustavo Idígoras, juegan también un rol central por los volúmenes de maíz que manejan. Además, junto a las cooperativas --por Coninagro estuvo presente uno de sus principales directivos, Elbio Laucirica--, los exportadores controlan el mayor volumen de acopio del país.

"Para el gobierno es prioritario desacoplar los precios internos de la dinámica de los precios internacionales", señaló Basterra, una vez más, durante el encuentro. José Martins, presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y referente del CAA, señaló el compromiso de todo el sector para "encontrar las herramientas que permitan desacoplar el buen momento que estamos atravesando en términos de precios internacionales, que es positivo porque es generación de divisas, pero somos conscientes que esto impacta en los precios internos". 

Hubo un intercambio intenso de propuestas, algunas quedaron por escrito, otras forman parte de los compromisos que serán parte del monitoreo permanente que se busca implementar. En principio, se desactiva el límite de 30 mil toneladas diarias para el registro de exportaciones de maíz, que se sustituye por un "monitoreo del saldo exportable para llegar al empalme de cosechas sin tensiones". Esto es, llegar al ingreso de la oferta de la nueva cosecha (a partir de marzo) sin que el agotamiento de la actual desabastezca las necesidades de la industria. De acuerdo a lo conversado, exportadores y gobierno habrían consensuado que el registro de exportaciones de la "vieja cosecha" no supere los dos millones de toneladas antes de que entre la nueva. En caso contrario, no habría que descartar que vuelva la suspensión de exportaciones.

El otro punto sensible es evitar el traslado a precios internos del salto en las cotizaciones internacionales del maíz. La fórmula propuesta para el desacople contempla la constitución de un fideicomiso, cuyos fondos solventarían la compensación para que la industria no traslade a precios internos la suba de la materia prima, en particular para productos que estén dentro del listado de Precios Cuidados. La constitución del fondo del fideicomiso debería contar con el aporte de todos los sectores intervinientes, aunque ayer se observó que no hay plena convicción del sector privado sobre la eficacia de este sistema. Son algunas de las cuestiones pendientes sobre las que continuará el debate este miércoles, Lo único que está plenamente decidido, que éste y no otro será el ámbito para encontrar las respuestas.