El presidente Alberto Fernández dialogó una hora y media con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en una conversación con fuerte simbolismo político. Un día después de la asunción de Joe Biden en Estados Unidos, un giro importante para la pretensión del Gobierno de renegociar con aval político la deuda con el organismo, el mandatario y la búlgara hicieron guiños que van más allá de los cálculos y plazos para cancelar los 44 mil millones de dólares que tomó la administración de Mauricio Macri: ambos aseguraron que sin crecimiento y orden fiscal del país será complejo cerrar un acuerdo; y pidieron a la vez trabajar en un "escenario de renovado multilateralismo, por una economía más justa e inclusiva".

Sobre este punto, Fernández garantizó que "Argentina avanzará en esa dirección desde su posición en la región, como miembro tanto del FMI como del G20". Estas apelaciones a un contexto global diferente reflejan dos cuestiones: la primera, que ambos creen que el préstamo millonario que tomó Cambiemos no puede tener exigencias superiores a las potencialidades del país; y que se vienen tiempos en los que las alianzas geopolíticas y el apoyo internacional desde diferentes frentes será igual de importante para Argentina que al momento de cerrarse el acuerdo con los bonistas privados.

"Muy buena conversación con el Presidente Alberto Ferrnández", escribió Georgieva en su cuenta de Twitter, a la vez que aseguró que trabajará junto al Gobierno argentino “para mejorar la estabilidad y apoyar un crecimiento fuerte e inclusivo”. Agregó además que "discutimos las perspectivas de crecimiento global y las acciones para combatir la crisis económica y de salud”. Por último, le hizo un guiño al ministro de Economía al afirmar que "también destaqué nuestra gran colaboración con Guzman & equipo para mejorar la estabilidad y apoyar un crecimiento fuerte e inclusivo”. 

Fernández también se expresó en redes sociales con un mensaje más extenso. Explicó que hablaron de "la importancia de la recuperación económica y de un orden fiscal consistente con ese crecimiento como condiciones necesarias para la estabilización". Y que "también coincidimos en que el programa debe tener una visión realista de cómo funciona nuestra economía". 

Esta conversación se enmarca en un proceso de renegociación de la deuda con el FMI que timonean el ministro Guzmán y el representante de Argentina ante el organismo, Sergio Chodos. En la última visita, la misión del organismo admitió que el préstamo a Cambiemos fue de caracter netamente político. Una idea de Donald Trump de garantizar la victoria política de fuerzas de centro derecha en la región. 

Por esta razón, el triunfo del demócrata Biden es para el Gobierno Nacional una puerta abierta a una comprensión mayor de la situación y una clausura de un crédito histórico para cualquier país del mundo y hasta el propio Fondo. Todo en el marco de un replanteamiento de la economía global y la manera en la que se renegocian las deudas de los países en vías de desarrollo que, además de esos asuntos, han sido golpeados por una pandemia que los hizo invertir en recursos económicos para asistir a los ciudadanos, las empresas y reforzar la infraestructura sanitaria. 

Fuentes del gobierno no descartaron a este diario que durante Febrero partan enviados de Guzmán a Washington para avanzar en alternativas de trabajo para el acuerdo. Y agregaron que en las charlas que se vienen dando, incluida la de Fernández y Georgieva, "quedó claro que el acuerdo es en base a un plan económico diseñado por Argentina". 

Pero el Gobierno decidió no ponerse plazos. Lo que podía ser un cierre en marzo o abril, podría demorarse más tiempo e incluso superponerse con el inicio de las negociaciones por el último frente de deuda abierta, el Club de París. Las condiciones que pondría el organismo, en tanto, no irían más allá del trazado de un sendero fiscal sustentable y cumplible a mediano y largo plazo.