A través del relevamiento urbano la municipalidad de Salta busca crear un mapa de la situación para determinar en qué estado se encuentran las calles, veredas y espacios de tránsito en toda la ciudad e ir actualizándolo permanentemente.

Si bien aclararon que llevará tiempo, aseguraron que servirá para tener un “punto cero, un mapeo” y saber desde dónde se parte, así como poder tener un mejor control de las aperturas o roturas que generan las empresas prestadoras de servicios o los particulares, y brindar un abordaje más rápido y eficiente.

Emilia Calmejane, subsecretaria de Defensa del Consumidor, explicó que con el censo se busca identificar el estado actual de la ciudad, relevando baches, aperturas de calles, estado de veredas, postes luminarios y carteles.

Justamente, esa dependencia, a través de su programa de Cuidado de Vía Pública, junto con el Observatorio de la Ciudad, serán los encargados de realizar el registro de situación. La funcionaria expresó que el objetivo es “saber qué cosas faltan en la ciudad para avanzar en gestiones con otras áreas”.

El programa de Cuidado de la Vía Pública fue creado en diciembre del año pasado y unificó tres áreas de inspección de Servicios Públicos como son Fiscalización, Obras Eléctricas y Alumbrado y el subprograma de Suelo, Cartelerías y Ocupación Indebida de Espacio Público.

La subsecretaria también contó que se creó un “registro de aperturas” que realizan las empresas. Para ello, les notificarán que deben informar de todas las intervenciones que se hacen en la vía pública “para tener un control real de las aperturas y sobre todo de los cierres”.

La medida se debe a que muchas prestadoras de servicios ejecutan tareas que no comunican y que no terminan como corresponde. El caso más notorio es el de Aguas del Norte, que hace unas 200 aperturas diarias, “cada apertura significa una pérdida de agua, y como son tantas, ni siquiera con el equipo de inspectores logramos cubrir todo para saber dónde y qué hacen y de esa manera actuar”, dijo Calmejane.

La funcionaria detalló que la empresa tiene cinco días para hacer el cierre, pero que generalmente como no se logra registrar “se desvirtúa el control”. Pero agregó que no es la única, ya que hay también muchas constructoras y particulares “que abren la vía pública o las veredas y no lo solicitan como para poder luego controlar el trabajo, y eso termina en un bache o en una vereda mal hecha que afecta a todos”.

Ayer, el equipo de inspectores del área de Servicios Públicos realizó su primer relevamiento en un cuadrante céntrico de 40 cuadras, eso les permitirá, indicó la funcionaria, saber de antemano el estado de las calles y veredas, así como de la luminaria, señalética, rampas de accesibilidad y cartelería. Esos inspectores están habilitados para realizar notificaciones y multas, “tenemos que volver a tener ese control en la vía pública que se desvirtuó con el tiempo y que ahora hay que reordenarlo”, sostuvo.

Antes de avanzar con cualquier tipo de trabajo, las empresas deberán pedir la autorización y acreditar una póliza de garantía o un seguro, para que en caso de haber realizado mal el cierre, el municipio se pueda hacer cargo recuperando el dinero. También les exigirán un plan de trabajo anual para coordinar acciones.

La idea del municipio es arrancar por la zona céntrica e ir extendiéndose a los barrios, lo que demandará tiempo por la falta de recursos humanos disponibles para dicho cometido, y “porque es un trabajo muy complejo en una ciudad con 385 barrios”. Calmejane también lamentó que deberán arrancar de cero, debido a que el último censo que se hizo fue en 2004 “y no existen registros”, contó.

Agregó que todos los datos se irán cargando en una plataforma que ya está disponible en la página web del municipio “para que estén a disposición de los ciudadanos y para que sean ellos mismos los que puedan realizar un control y las denuncias”. Para ello, puso a disposición la oficina de Defensa al Consumidor municipal, que será la encargada de recibir los reclamos de los vecinos.