Desde la Comarca Andina

Después de cuatro días de intensos trabajos, a los que se sumó una leve lluvia, una multitud de brigadistas pudo avanzar con mayor efectividad sobre el incendio en la zona de El Bolsón y que sigue fuera de control.

Cada verano en la Comarca Andina del Paralelo 42 que comprende diversas localidades del limite interprovincial cordillerano entre Río Negro y Chubut la pregunta no es si habrá una catástrofe de fuego si no dónde sucederá. Esta vez el foco inicial estuvo en el barrio El Mirador perteneciente al ejido de El Bolsón al norte de esta localidad en el faldeo del cerro Piltriquitrón. Las llamas consumieron más de 7600 hectáreas productivas y destruyeron al menos tres viviendas.

"Las lloviznas que se presentaron al mediodía enfriaron el ambiente lo que ayuda a la situación pero para nada se puede hablar de que el fuego esté controlado", explicó a Página/12 el jefe del Área Técnica del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales (SPLIF) de la localidad rionegrina de El Bolsón, Nicolás De Agostini. A esto se suma que el viento está más fresco y menos intenso lo que evita el avance del incendio a grandes velocidades. “A partir del relevamiento de imágenes satelitales pudimos establecer que estamos en una superficie de 7600 hectáreas incluso con sitios que no se quemaron hacia adentro”, precisó.

A lo largo de la semana el vaivén de los vientos fue poniendo en pie de alerta a diferentes vecinos de parajes rurales linderos que debieron preparar sistemas de cortafuegos para anticiparse a la llegada de las llamas. La voracidad del incendio y la imprevisibilidad del tiempo mantuvieron en vilo a toda la población que de a ratos podía divisar lenguas de fuego que al poco tiempo cambiaban de rumbo. Uno de los momentos más tensos se vivió cuando el fuego casi cruza la Ruta 40 en dirección a la Cordillera y a la planta de gas. Además, muchos pobladores están sin agua potable y sin luz hace al menos tres días.

Jano Namor es jefe de Cuartel de Bomberos Voluntarios El Bolsón hace 7 años e integra el cuerpo hace 12. “El domingo a las 18 hs empezamos los trabajos y no paramos a lo largo de estos 4 días. No se duerme ni se descansa”, contó Namor a este diario. “A pesar de los intentos desesperados por conservar las estructuras, se quemaron casas y murieron muchos animales. Las pérdidas son enormes para quienes resultaron afectados”.

La zona quemada es en gran parte seca, con plantaciones de pinos y retamas. “En 2009 se habia quemado todo y ahora se estaba recuperando la vegetación pero la gran cantidad de combustible hizo que el fuego creciera hacia las raíces. Cada sector arde por arriba y por abajo de la tierra por lo que la expansión es enorme”, agregó el combatiente. La zona afectada va desde el acceso norte a El Bolsón, en el faldeo del Cerro Piltriquitrón, y continúa por el este sobre la Ruta Provincial 6 en dirección a la localidad chubutense de El Maitén.

En la jerga este tipo de incendios se conoce como de interfase. Son aquellos que se producen en zonas donde coinciden (por motivos diversos) el bosque y las viviendas. La región tiene un cuarto de la población asentada de forma irregular en zonas que no son del todo habitables y una infraestructura que no se corresponde con el incremento poblacional exponencial que atravesó en los últimos 20 años. Esa combinación, sumada a las malas costumbres y la especulación inmobiliaria, termina en que cada año se pierden miles de hectáreas de bosques con gran cantidad de ejemplares de flora y fauna nativa.

En cuanto a la afectación ambiental, Fernando Arbat, subsecretario de Recursos Forestales de Río Negro explicó que"el daño ambiental es muy importante, muy grave". El fuego afectó a la vegetación nativa como lengas, cipresales, maitenes, ñires y radales, y también a distintas variedades de pino como el oregón, insigne, murrayana y ponderosa, que son plantaciones exóticas que se usan para el fomento de la industria forestal en la zona. "Se consumieron árboles de lenga, que están arriba de los 900 metros y son parte del bosque nativo", precisó Arbat.

“Este fuego fue particular: generalmente de noche se aplaca por la baja de temperatura pero a la madrugada seguía avanzando con una fuerza descomunal. Hoy no podemos decir que está controlado pero por lo menos estamos en momento de hacer cortafuegos. Estamos pudiendo anticipar hacia donde va”, explicó Jano.

“Es un área en la que la disponibilidad de agua para combatir es escasa, el terreno es escarpado y las viviendas están en sitios de poco acceso. Hay caminos en muy mal estado con lo cual no se puede entrar con cualquier vehículo. Hubo mucho combustible vegetal con viento que lo empujó”, agregó De Agostini.

Otra particularidad de este año es la pandemia, que tiene a gran parte del personal resguardado o en aislamiento. De esta forma el trabajo de quienes pueden permanecer activos se redobla. “El personal está agotado pero por ser una comarca podemos contar con el apoyo de cuarteles de Chubut como Lago Puelo y El Hoyo. Además se acercaron Bomberos de Bariloche, Federaciones de Rio Negro y Nacionales que se pusieron a combatir con nosotros codo a codo”, concluyó Namor. El trabajo es de guardia las 24 hs. Con una zonificación del trabajo en seis partes. Se trabaja de 8 a 15 cuando se produce un relevo que permanece hasta las 23.

Cuando el fuego llegue a estar controlado es probable que pierda centralidad. Sin embargo es allí cuando empezará el trabajo más intenso para los combatientes. “Seguiría una etapa que se llama guardia de cenizas que consiste en recorrer todo el incendio de manera de encontrar puntos calientes y consiste en un trabajo muy arduo. Dura más que la etapa de control del incendio e implica una mayor minuiciosidad para que nada reavive el fuego”, concluyó De Agostini.

A esto se suma el relevamiento de daños, la organización de las reparaciones, el aporte de insumos para quienes perdieron todo, forrajes para los animales que se salvaron, la identificación de responsables y causales del incendio.