La noticia pasó como una más, pero no es una más. San Lorenzo acordó pagarles a diez ex jugadores una deuda cercana a los 200 millones de pesos con una modalidad que casi no tiene antecedentes. Lo hará con derechos internacionales de TV y de futuras ventas de otros profesionales como ellos. En la vorágine informativa que siempre alimenta el fútbol, los medios deportivos procesan poco y destilan superficialidad. Se tiran datos sin preguntar por qué pasan ciertas cosas. ¿Por qué un club grande se ve empujado a saldar sus compromisos salariales con ex empleados con los ingresos de la Copa Libertadores o de pases de otros futbolistas como ellos? 

El acuerdo mediante escritura pública “casi no tiene antecedentes en la Argentina”, le dice a Página/12 el abogado de Agremiados, Juan Angel Confalonieri. Incluso está avalado por la AFA y la Conmebol, que le abonará a la institución de Boedo magros o tentadores ingresos según como le vaya en la próxima edición del torneo sudamericano más importante. El equipo que ahora conduce Diego Dabove ingresará en el repechaje. Lo favoreció que Defensa y Justicia le ganara la final de la Copa Sudamericana a Lanús.

Las partes involucradas, dirigentes y futbolistas, definieron el acuerdo como “muy bueno”. Lo elogió Sergio Marchi, el secretario general del sindicato y lo explicó más en detalle el letrado: “No es usual lo que pasó. Se firmó el 1° de febrero y si bien hubo una quita en la suma original adeudada, son casi dos millones de dólares”. La cifra global reclamada ascendía a 300 millones de pesos. Se bajó un tercio. Un par de los diez jugadores que acordaron la paga de esta forma se habían ido de San Lorenzo entre 2018 y 2019. Hace casi dos años y medio. Marcos Angeleri abandonó el club en junio de 2018. Ariel Rojas en septiembre de 2019. El resto son Adam Bareiro, Rubén Botta, Jonathan Herrera –el último en irse a fines de 2020-, Gonzalo Castellani, Gerónimo Poblete, Gonzalo Rodríguez, Alejandro Molina y Rodrigo Tapia.

San Lorenzo no hubiera podido contratar refuerzos sin el acuerdo económico. El sistema de inhibiciones vigente -que toma más fuerza en cada apertura del mercado de pases- se lo impedía. Pudo presentar el libre deuda en la AFA porque adelantó una parte del dinero convenido. Los diez futbolistas que ingresaron en este compromiso de pago apelaron al gremio aunque hay otros que lo hicieron pero siguen en conflicto. El caso más complicado es el de Ignacio Piatti. Le rescindieron su contrato vigente y mandó una carta documento en la que invocó el decreto presidencial que suspende los despidos en el país. Es posible que todo termine en un juicio. Otros dos jugadores que tampoco están más en el plantel, Fernando Belluschi, de último paso por Lanús, y Ezequiel Ávila, en el Osasuna de España, arreglaron las deudas con el club de manera privada.

El convenio homologado por el cual San Lorenzo cedió sus derechos económicos de TV y de transferencias futuras fue firmado por el secretario general Miguel Mastrosimone y el protesorero Carlos Rosales aunque en las conversaciones con Agremiados también participó el presidente Marcelo Tinelli. “Nosotros sabíamos que los derechos del club estaban en condiciones de cederse y los dirigentes querían darle una solución al problema”, agregó Confalonieri.

Los 200 millones de pesos contenidos en este arreglo son apenas una parte de las cuantiosas deudas que mantienen la mayoría de los clubes con sus jugadores. Independiente es otro caso, aunque sus acreedores todavía se mantienen en el plantel, a diferencia de San Lorenzo. River es mencionado en forma reiterada por los compromisos impagos con sus futbolistas, aunque parece un caso tabú para el periodismo o maneja sus problemas de otro modo. Las dificultades enormes que planteó la extensa pandemia no hicieron que esta temporada fuera mucho peor que otras. Aunque las instituciones se vieron privadas de ingresos extra como la venta de entradas, mantuvieron los derechos de TV, los sponsors o las cuotas sociales y abonos que en un porcentaje considerable los socios siguieron pagando. Lo reconocieron dirigentes de Boca, River y Lanús, entre otros clubes.

El fútbol argentino siempre tiene una vida más, aunque su economía coqueteé siempre con la cesación de pagos.

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