Como si se tratara de una novela de misterio, este lunes se escribió un nuevo capítulo en la historia de la reapertura de las salas de cine en la ciudad y la provincia de Buenos Aires, cuya actividad está suspendida por completo desde que el Gobierno nacional decretó el inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, hace ya once meses. Tras incontables encuentros y negociaciones, parece que ahora sí se llegó a una instancia de acuerdo entre las autoridades de ambos distritos y las empresas exhibidoras, para que el público pueda volver a las salas de forma segura, respetando las condiciones impuestas por la pandemia. Es que el jueves pasado, los representes de las cadenas de cines que operan en el territorio del AMBA se reunieron con las máximas autoridades sanitarias en vista de consensuar la aprobación definitiva de un protocolo que permita avanzar con la mira puesta en la reanudación de la actividad.

De ambos encuentros participaron Gabriel Feldman, en representación de la cadena Multiplex; Javier Suez, de los complejos Atlas; Manuel López, de la empresa Cinema Devoto; Claudio Méndez, de Cinépolis; Oscar García, de National Amusement International (NAI), responsable en el país de la cadena Showcase; y María Devoto, en representación de FADEC, la Federación de Cines Nacionales e Independientes. Uno de ellos tuvo lugar el jueves por la mañana y se realizó de forma presencial, con Fernán Quirós y Enrique Avogadro, ministros de Salud y Cultura de la ciudad respectivamente. También fueron de la partida la directora de Desarrollo Cultural y Creativo Mora Scillama y el subsecretario de Planificación Sanitaria Daniel Ferrante. El otro ocurrió un poco más tarde y en modalidad virtual, con la participación de Augusto Costa, ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia. Las dos reuniones representaron un paso importante en este camino.

“Las dos reuniones resultaron muy positivas, ya que en ambas recibimos la promesa de trabajar fuertemente para que la reapertura de los cines se produzca antes de que termine el mes de febrero”, afirmó en diálogo con Página/12 Oscar García, director de Cines Showcase y representante de la empresa NAI. “La charla giró acerca de los detalles de los protocolos necesarios para poder avanzar en este tema, algo sobre lo que venimos conversando desde hace meses”, agregó García. La articulación de este paquete de procedimientos de seguridad tiene como base y antecedente al Protocolo para la Reapertura de Salas y Complejos Cinematográficos de la República Argentina, publicado a mediados de enero por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT). Dicho documento, en el que trabajaron en conjunto los exhibidores y las autoridades del Ministerio de Cultura de la Nación, establece con claridad los elementos a tener en cuenta para hacer posible el regreso del cine en el país de forma segura. El mismo fue fundamental en la implementación del reinicio de la actividad provincias como Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Chubut, La Pampa, Tierra del Fuego y Santiago del Estero.

Según comentó García, existen tres puntos específicos del protocolo sobre los que las autoridades mantienen todavía ciertas dudas. Uno de ellos tiene que ver con el aforo, es decir el límite máximo de ocupación permitida para las salas. En este caso, los cines cuentan con el aval de sus parientes, las salas de teatro, que reabrieron sus puertas ya hace más de un mes con un porcentaje de ocupación del 30% y que hace menos de una semana se amplió al 50%. Otro asunto es el del distanciamiento entre espectadores, establecido en un metro y medio o dos butacas de distancia hacia los lados y una fila de separación hacia adelante y atrás.

Pero la principal preocupación de las autoridades tiene que ver con la circulación de los espectadores antes y después de cada proyección. “Ese es el tema que las autoridades tienen menos claro y quieren ver de qué manera vamos a organizar el ingreso y el egreso de la gente entre funciones”, comentó García. “En ese sentido el cine es una actividad un poco distinta al teatro, porque ahí tenés una única función y en cambio en los complejos de cines no solo tenemos varias salas, sino que en cada una se programan varias funciones diarias”, continuó el empresario. Para él, la clave en ese punto es la reducción de la cantidad de funciones, pasando de cinco por día (o seis, cuando se suman las trasnoche los fines de semana), a solo tres: una matinée y dos nocturnas. Ese lapso mayor entre funciones le permitiría a las empresas no solo evitar que los espectadores de una se crucen con los de la siguiente, sino también aplicar los nuevos estándares de limpieza y desinfección de los espacios.

Es por eso que antes de aprobar la reapertura, los ministros porteños resolvieron coordinar una serie de visitas a distintos complejos, para comprobar en el lugar de qué forma las cadenas de cines van a manejar esas variables, evitando que se produzcan amontonamientos a la entrada o a la salida de cada función. “Pero eso es algo que los exhibidores venimos planeando y trabajando desde el mismo día que cerramos, hace once meses, y ya lo tenemos absolutamente resuelto”, afirmó García. Y para ello, puso como ejemplo el complejo que la empresa Showcase tiene en la ciudad de Córdoba, que reabrió sus puertas hace tres semanas y que “hasta ahora ha funcionado sin ningún inconveniente”.

García reconoció que buena parte de ese éxito tiene que ver con la conciencia de los espectadores. “Por suerte el público ha sido muy respetuoso y consciente con todos los procedimientos que establecimos y eso es importante”, dijo. “Pero además tenemos a todo nuestro personal controlando que estas medidas y protocolos se respeten. Por eso es fundamental destacar la importancia de la apertura de una actividad controlada, versus el descontrol de las actividades clandestinas”, enfatizó. “Nuestra actividad ha sufrido mucho estos once meses de cierre y no queremos tener problemas que nos obliguen a dar marcha atrás y volver a cerrar. Así que somos los primeros interesados en que todos estos protocolos se cumplan de manera rigurosa”, concluyó García. Solo resta que las autoridades de ambas jurisdicciones terminen de trabajar sobre el protocolo y soliciten la exención correspondiente a la jefatura de gabinete, para hacer que las lámparas de los proyectores vuelvan a encenderse.