“Va a salir todo a la luz, pero creo que la justicia para mi hija va a ser lenta, porque los jueces son todos unos corruptos”. Patricia, la madre de Ursula Bahillo, la joven de 18 años asesinada por el policía Matías Ezequiel Martínez, criticó con dureza a los funcionarios judiciales que nada hicieron en tiempo y forma para evitar lo que era un femicidio anunciado. Cargó, con nombre y apellido, contra el juez de Paz de Rojas, Luciano Callegari, a quien calificó de “inoperante” porque no dispuso ninguna medida concreta frente a las denuncias que hizo Ursula contra el policía que la había amenazado de muerte.

“Acá tienen que cambiar las leyes, tienen que sacar al inoperante de Luciano Callegari”, insistió la mamá de Ursula en declaraciones periodísticas. Patricia dijo que espera que Martínez “siga viviendo para que cumpla su condena” por el femicidio de su hija. “Sé que es largo, no importa que nos lleve uno, dos o tres años, pero le van a dar perpetua, lo puedo asegurar”, afirmó sobre cuál debe ser la condena de Martínez, habida cuenta de las evidencias en su contra y de los antecedentes que tiene por otros casos de violencia de género y por el abuso sexual de una menor de edad.

También dijo que espera cambios en el Poder Judicial. “Tiene que haber una movida bastante importante, porque cuando pedimos auxilio no nos dieron bolilla, nos desestimaron, necesito ver unos cuantos movimientos”, en el sistema judicial vigente para que el de su hija “no sea un caso más” de femicidio.

Ahora se confirmó que el juez de Paz de Rojas recién ordenó el envío del botón antipánico el mismo día en que se produjo el femicidio, tarde para todo.

La orden del juez Callegari fue por correo electrónico dirigido al municipio de Rojas. Este jueves, el intendente local, Claudio Rossi, dijo que toda la comunicad está “consternada” porque “estamos viviendo una tragedia”. Sobre las fallas a la hora de proteger a la joven, señaló que hay “versiones encontrada”, pero aseguró que “los responsables tendrán que dar las explicaciones correspondientes”. Rossi aseguró que en su momento habían pedido que Martínez fuera “retirado de la fuerza” por las denuncias que había en su contra.

La denuncia postrera

Por otro lado y en forma coincidente con los dichos de la mamá de Ursula, se supo que la joven había presentado una nueva denuncia tres días antes de ser asesinada en la ciudad de Rojas. Lo hizo porque su ex pareja, el policía Martínez, la había amenazado de muerte en la calle. Cuando la asesinó, seguía esperando que le dieran un “botón antipánico” que le permitiera dar aviso en caso de encontrarse en peligro.

Una de las últimas amenazas recibidas por la víctima, de parte de Martínez, fueron transmitidas a las autoridades judiciales, sin respuesta inmediata, como era preciso. El femicida le advirtió: “Pará todo (en referencia a las denuncias) porque voy a hacer cagar a tu mamá, no te metas con mi familia porque andan en la pesada”.

La denuncia fue presentada por Ursula el 5 de febrero, ante la policía local, que tampoco hizo nada para evitar un final previsible. La última denuncia fue por un hecho que ocurrió cuando la joven iba a bordo de su moto y Martínez la interceptó en el cruce de las calles 20 de Diciembre y Fernández Bicocca.

El policía iba al volante de un Peugeot. El femicida la increpó porque lo había denunciado con anterioridad. Ella, muy asustada, se alejó lo más rápido que pudo, sin decir una palabra.

En la denuncia de ese nuevo atropello por parte del policía, Úrsula dejó asentado en la comisaría que le tenía miedo a Martínez porque también “la molestaba por mensajes todo el tiempo” y hasta la llamaba “para hostigarla desde distintos números de teléfono y por las redes sociales como Instagram”, bajo distintos nombres.

En esa denuncia, la joven aseguró que “a cualquier hora del día y de la noche” la acosaba, motivo por el cual solicitó el botón antipánico que nunca llegó. Y también, que le diera protección efectiva tanto a ella como a su familia.

A nivel judicial, se supo ahoga que el policía Matías Ezequiel Martínez será indagado este viernes por el fiscal de Junín Sergio Terrón, quien lo acusa por “femicidio agravado por alevosía y ensañamiento”. El imputado por el femicidio de Ursula había sido trasladado el miércoles, desde el Hospital San José de Pergamino, a la comisaría de General Conesa. Enterados los vecinos de esa localidad, realizaron una protesta frente a la sede policial, quemaron neumáticos y las autoridades, para evitar problemas mayores, trasladaron al femicida hacia un lugar sobre el cual se mantiene absoluta reserva.

La ciudad de Rojas sigue conmocionada por lo sucedido y una multitud acompañó, el miércoles por la tarde, el cuerpo de la joven al cementerio local. La joven fue hallada asesinada el lunes pasado, en unos pastizales en un campo ubicado a la altura del paraje Guido Spano, a unos 13 kilómetros de Rojas, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires.