Desde Roma.El primer ministro italiano Mario Draghi recibió este miércoles la confianza del Senado, consiguiendo 262 votos a favor de su gobierno cuando se requería una mayoría mínima de 152 votos. 40 senadores, buena parte de ellos del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), votaron NO pese a que el Movimiento forma parte del gobierno. Sin embargo, la batalla de Draghi para poder empezar a ejercer sus funciones no ha terminado. El jueves deberá presentarse en la Cámara de Diputados y recién después de obtener su aprobación, podrá comenzar a trabajar.

El voto favorable se consiguió en parte gracias al grupo que decidieron crear en el Parlamento el Partido Democrático (PD), Libres e Iguales (LEU) y el M5S, después que varios parlamentarios del Movimiento amenazaron con votar en contra por diferencias con Draghi y con el otro miembro del gobierno, la Liga de Matteo Salvini.

El discurso de Draghi, de casi una hora, fue la introducción a esta jornada determinante, no sólo para Draghi y su equipo sino para el futuro de Italia. Entre los puntos del programa de gobierno que presentó estuvieron la reorganización de la sanidad, del plan de vacunaciones y de la educación, la reforma del sistema impositivo, la justicia y la administración pública, lograr la igualdad de géneros, aumentar las inversiones en ecología y abordar el tema migrantes con visión europea, estimular el turismo y controlar cuidadosamente, como ya se está haciendo, la posible “contaminación de la economía legal” con infiltraciones mafiosas.

Draghi habló de un “gobierno del país” con “espíritu republicano”, donde los partidos renuncian a muchas cosas por el bien de todos. "Como ciudadanos italianos tenemos la “responsabilidad de lanzar una nueva reconstrucción”, como aquella que se logró después de la Segunda Guerra Mundial, dijo.

El gobierno de Draghi cuenta con la participación de casi todos los partidos políticos italianos, que a su vez tienen ministros a distintos niveles. Los ministros pertenecen al PD, a LEU, a Italia Viva, todos de centro izquierda, pero también a la derechista Liga y a Forza Italia de Silvio Berlusconi, considerado de centroderecha. También tiene ministros el M5S, que se define a sí mismo “ni de izquierda ni de derecha”, y pese a las divisiones provocadas en los últimos días entre sus militantes. El único partido que expresamente ha negado su apoyo al gobierno es el ultra derechista Fratelli d’Italia liderado por Georgia Meloni.

En su discurso, el primer ministro no sólo presentó lo que será el programa de gobierno, sino que recordó con afecto a todos los que han perdido seres queridos en la tragedia de la pandemia, al personal hospitalario y todos los que se han sacrificado por salvar a la gente. Y lo concluyó dirigiéndose a los senadores que lo escuchaban pero tácitamente también a los ciudadanos en desacuerdo con este gobierno: “Hoy la unidad no es una opción. La unidad es un deber. Un deber guiado por lo que ciertamente nos une a todos: el amor por Italia”.

Al comenzar había subrayado que “el principal deber que tenemos todos, y yo en primer lugar como primer ministro, es el de combatir la pandemia con todos los medios, proteger las vidas de nuestros ciudadanos. Es una trinchera donde combatimos todos juntos. Porque el virus es enemigo de todos”.

Antes de presentar las prioridades de su gobierno, Draghi dijo que la difusión del virus ha implicado gravísimas consecuencias no sólo a nivel sanitario sino también “a nivel económico y social, sobre todo a nivel de la ocupación de los jóvenes y las mujeres, un fenómeno que se agravará todavía más cuando se levanten la normas que hoy impiden los despidos”. La pobreza también ha aumentado, agregó.

El programa de gobierno comprende primero que nada, algunas “prioridades”, como mejorar y hacer más veloz el plan de vacunaciones, reforzando y rediseñando también el sistema sanitario local, creando consultorios y centros de asistencia locales para dejar libres a los hospitales de los enfermos que no sean graves. Otro tema prioritario es la escuela, es decir hacer cambios en los horarios escolares y en los programas que permiten a los jóvenes recuperar todo lo perdido en estos meses de pandemia cuando se hizo principalmente educación a distancia. Pero muchos jóvenes de familias en dificultad, no pudieron tener acceso por falta de computadoras o de Internet. Draghi también propuso invertir en la formación de los docentes “para coordinar la oferta educativa con la demanda de las nuevas generaciones”, reservando particular atención a los institutos técnicos especialmente relacionados con el área digital y ambiental. “La globalización, la transformación digital y la transición ecológica están cambiando desde hace años el mercado del trabajo y pidiendo que se adecúe la formación universitaria. También es necesario invertir en la investigación”, escribió.

“Cuando saldremos de la pandemia, ¿qué mundo encontraremos? Algunos piensan que la tragedia que hemos vivido por más de 12 meses es lo mismo que una larga interrupción de la corriente. Antes o después la luz volverá, dicen algunos. La ciencia, e incluso el sentido común, sugieren que podría no ser así”, continuó el primer ministro, añadiendo que “el calentamiento terrestre tiene efectos directos sobre nuestra vida y nuestra salud” y citando al papa Francisco que ha dicho que “las tragedias naturales son la respuesta de la tierra a nuestros malos tratos”. El “cambio climático como la pandemia, ha penalizado algunos sectores productivos” lo que hace necesario medidas para desarrollar otros sectores que puedan compensar esos males, subrayó.

El primer ministro mencionó además como otra de las batallas por dar la “igualdad de género”, destacando que el relanzamiento de Italia no puede dejar de lado a las mujeres. “La brecha de género en las tasas de ocupación en Italia es una de las más altas de Europa”, dijo. Desde la segunda Guerra, “la situación ha mejorado pero Italia presenta hoy uno de las peores brechas salariales entre géneros de Europa”, indicó Draghi destacando que su gobierno se ocupará de este tema apuntando al equilibrio salarial entre sexos y a un sistema de asistencia que permita a las mujeres dedicarse a su trabajo, superando la elección de “familia o trabajo”.

En cuanto a los inmigrantes, que han sido duramente perseguidos y rechazados por la derecha de Salvini, dijo que negociarán con Europa “un nuevo Pacto sobre las migraciones y los refugiados” para que haya “un mayor equilibro entre la responsabilidad de los países de primer ingreso (Italia, Grecia, España y Malta principalmente) y la solidaridad efectiva de los demás países. Pero también la elaboración de una política europea para devolver a sus países a todos aquellos que no tienen derecho a la protección internacional.

Es necesario aclarar que Europa hasta ahora acepta a personas que escapan de persecuciones políticas o religiosas, de guerras y conflictos, pero no a los inmigrantes económicos, es decir que simplemente escapan del hambre o la pobreza, muchos de los cuales llegan desesperados en barcazas que a veces se hunden en el Mediterráneo, después de haber pagado en prostitución u otras formas a los traficantes de seres humanos de distintos países de África.

Draghi prometió además que en las próximas semanas se reforzará la parte estratégica del programa, especialmente referida a la producción de energía de fuentes renovables, la contaminación del aire y de las aguas, el ferrocarril veloz, las redes de distribución de energía para los autos eléctricos, la producción y distribución de hidrógeno y la digitalización, entre otros.