Soy la primera mujer en ocupar el cargo de Jefa de Agencia Territorial desde que el organismo se unificó”, así se presenta la joven dirigente, candidata a presidenta del Partido Socialista de Catamarca.

Fontao asumió el 18 de marzo de 2020 y dos días después se declaró en el país la cuarentena. “La pandemia nos obligó a repensarnos, innovar y sobre todo desarrollar estrategias de articulación público privado para sostener el empleo”, advierte en el principio de esta entrevista. Si bien respira con cierta tranquilidad y se da tiempo para tomar un mate cuando informa que Catamarca tiene una de las tasas más baja de desempleo del país, con un 6,8%, su conversación recobra energía cuando habla sobre política. En esta entrevista recorre algunas de las problemáticas que ha tenido que enfrentar desde la Agencia, pandemia de por medio, así como despliega su visión ante los últimos hechos relacionados con el lugar que ocupa la mujer en la política de la provincia.

-La pandemia ha obligado al Estado a centrarse en la crisis sanitaria a la vez que ha caído el empleo. ¿Cómo ha incidido este contexto en la precarización laboral?

-La ATP y el IFE fueron fundamentales para la provincia. A mediados del año pasado se detectaron algunas situaciones críticas puntuales de trabajadores que percibían solo el ATP y no el otro 50% que debía aportar el empleador. Una situación que nos empezó a alertar porque para nada era la idea del programa y eso es precarización laboral.

Sin lugar a dudas el IFE tuvo un impacto positivo en Catamarca, nosotros detectamos un amesetamiento de la desocupación respecto al mismo periodo del año anterior y una mejora del empleo registrado a mediado del segundo semestre que correspondía a la incorporación del sector industrial, una mejora en la registración del empleo en este sector que tuvo un fuerte empuje desde la provincia con programas concretos que incentivaron la inversión.

Catamarca en el 2020 logró amesetar el desempleo, con algunas leves mejorías al final del año cayendo algunos puntos. Pero a fines del año pasado con la retirada del IFE se empezó a notar la necesidad de políticas de empleo concretas y en particular en el segmento que es el más afectado que son las mujeres jóvenes.

Las más afectadas son las mujeres jóvenes entre 19 y 29 años que representan el 28% de las desocupadas, es una población muy vulnerable. En Catamarca el desempleo tiene cuerpo de mujer y de mujer joven, triplica la media nacional. Ese sector es muy afectado por la precarización justamente por la sobredemanda que hay de mano de obra y de recursos humanos.

-¿Cuáles son los sectores más afectados de la provincia?

-Nosotros desde diciembre hasta marzo hemos realizado una planificación de fiscalización concretamente al sector agrícola, ganadero, de la construcción, turismo y gastronómico, y en todos estos rubros hemos detectado trabajadores no registrados por encima de la media de lo que comúnmente se registraban. Hay indicadores de algunos rubros, en particular los que tienen que ver con la agricultura en algunos cultivos, que llama la atención respecto a otros periodos, se detectó en el arándano, la papa. Son retrocesos importantes en términos de los derechos de los trabajadores y que en pandemia empezamos como a naturalizar y a justificar, cuando no debería ser, sobre todo con algunas actividades que no han sufrido con dureza ningún tipo de pérdida económica. No hay bajo ningún punto de vista que justificar la precarización, pero si hablamos del sector turístico que sufrió un impacto durísimo, bueno, de alguna forma se pueden entender algunos indicadores, pero si hablamos de rubros que han mejorado sus exportaciones y han mejorado sus ingresos termina siendo poco entendible.

-¿Es más común de lo que se cree que haya precarizaciones extremas como la trata de personas y trabajo esclavo?

-Tanto la OIT como el Ministerio vienen generando mesas de trabajo porque se alerta en la comunidad internacional un incremento de los casos de trata con fines de explotación laboral y también de trabajo infantil, justamente porque el Estado concentra toda la atención en las medidas de salud y por ahí hay una cuestión natural de ciertos sectores de desentenderse. Han empezado a llegar algunas denuncias en particular del sector del olivo, hemos recibido una intervención del equipo central por una denuncia vinculada a trabajadores en situaciones con indicios de explotación laboral que desencadenó inspecciones e intervenciones de la Justicia ante situaciones realmente alarmantes. Es un retroceso importante para ese cultivo que tenía saldada ya hace mucho tiempo cuestiones como de higiene y seguridad para sus trabajadores y también en términos salariales. Hay que entender que las cuestiones de higiene y seguridad también forman parte de la explotación laboral, y es uno de los indicios para suponer explotación y por ende son competencia del Ministerio de trabajo las actuaciones en el marco de las inspecciones artículo 2 resolución 430/2018.

-¿Por qué es tan difícil de erradicar estas prácticas?

-Las dificultades en estos casos tienen que ver con la falta de articulación entre los organismos que tienen que intervenir. Es central la pronta ejecución de la medida de allanamiento, es clave porque desde que se activó esa denuncia hasta el día de la segunda inspección la foto fue otra, hubo cambios. La nómina de trabajadores no es la misma, hay situaciones que pueden haberse reparado.

-¿Además de las inspecciones, se están llevando adelante políticas de empleo y de derechos laborales?

-La agencia territorial en el 2020 desarrolló programas y acciones para mejorar empleabilidad de jóvenes, mujeres, poblaciones vulnerables, desde un abordaje inclusivo con perspectiva de género. Tal es el caso de los casi 16 mil jóvenes incorporados al Programa Jóvenes con más y mejor trabajo, el financiamiento de centenares de emprendimientos de mujeres en el Programa de empleo independiente, y el apoyo a cooperativas que sostienen en muchos casos también a mujeres que tienen como único ingreso el aporte de la misma.

Avanzamos con solidez en la conformación de una mesa abierta junto a instituciones, sindicatos, académicos, organizaciones para avanzar en el cumplimiento de las recomendaciones del Convenio 190, recientemente ratificado por Argentina, para erradicar la violencia y acoso laboral. Hoy no existe oficina que atienda estas situaciones de forma concreta.

En el mismo sentido ya en diciembre conformamos espacios de intercambio interministerial para trabajar en la erradicación del trabajo infantil, hoy con indicios de niños y niñas en situación de trabajo. UNICEF identificó que en pandemia el 16% de los niños niñas y adolescentes se encontraron realizando una actividad laboral. Este esquema no es ajeno a la provincia y debemos abordarlo.

-El gobierno nacional aprobó hace poco el cupo trans, ¿se está implementando en la provincia?

-Logramos cumplir el cupo trans y estamos orgullosas, porque es una reparación histórica. Con esta incorporación sumada a los enlaces de género de la Agencia estamos desarrollando un plan de acción para la provincia que comienza a visibilizarse próximamente con la puesta en marcha del programa de formación profesional de competencias básicas junto a instituciones sin fines de lucro que luchan contra las violencias y donde la soberanía económica se vuelve clave, empoderando a las mujeres y sus familias.

La mirada inclusiva trazada desde los programas de empleo generó un escenario de apertura en programas que si bien ya existían tenían poca difusión como el Promover Igualdad.

-Se sabe que el mundo del empleo prevalece la asimetría entre varones y mujeres, ¿cómo ves el tema en la provincia?

-Las ofertas de trabajo terminan siendo excluyentes. Una de las industrias que mejores índices de registración tuvo fue la industria textil, y es la industria que menos mujeres incorporó. Entonces hay una microbatalla que tenemos que dar para ir generando condiciones de igualdad. El Ministerio trabaja tres líneas: economía del cuidado, economía circular y economía del conocimiento, y en las tres es muy difícil la permanencia de las mujeres, porque todavía están fuertemente vinculadas a las tareas de cuidado. Eso genera desventaja en todos los ámbitos. Estas tres líneas es el desafío tripartito de reconocer la tarea del cuidado como una actividad productiva, apostar a lo sustentable para el desarrollo de las economías y romper los estereotipos incorporando a la industria del conocimiento mujeres y disidencias.

-En estos momentos hay varias mujeres ocupando cargos importantes en la provincia.

-Hay un incremento de mujeres en espacios de poder claves, hay muchas ministras en la provincia. Pero bueno, no es solamente cuántas hayas, sino ver si tenemos o no perspectiva de género, porque podemos ser genitalmente mujeres, pero culturalmente machistas o permanecer en una estructura todavía muy marcada del patriarcado que nos impida generar condiciones de igualdad para las otras mujeres. Hay que tener un cuidado especial de creer que estamos ganando una batalla porque hay más mujeres en lugares claves, eso no se traslada después a situaciones concretas de poder real. Seguimos siendo todavía cuestionadas. Hay mucho prejuicio de esto “que nos ponen en lugares claves para que otros nos manejen”, hay una tela de juicio y cierto prejuicio de que nos siguen discutiendo e interpelando nuestras capacidades de análisis y de ejecución en la gestión pública. Sigue habiendo ese fantasma: “es mujer pero la maneja fulano de tal”.

-Recientemente hubo dos casos en la política local que resaltan un poco lo que decís, la condena al voto a favor del aborto legal de Lucía Corpacci y la sanción a un grupo de mujeres radicales por cuestionar la candidatura de Roberto Gómez, imputado hoy por abuso sexual.

-Tenemos que hablar de sistema patriarcal, porque no es ni siquiera una cuestión ideológica y de color político, está arraigado en todas las estructuras, en los poderes: el ejecutivo, legislativo y judicial, en las organizaciones sociales, en el trabajo. Se ve muy claro, por ejemplo, en los números que tienen los concejos deliberantes, la cantidad de concejalas respecto a concejales, aun teniendo cupo de paridad, cómo está costando al sistema reconocer a la mujer.

En particular con estos dos casos puntuales, se ve que terminan siendo las banderas del feminismo y de los derechos de las mujeres algo discursivo cuando en la praxis queda en evidencia que todavía estamos comenzando a dar la pelea. Lucía fue condenada por los medios de comunicación y la sociedad por su voto, y descalificada de una forma nunca antes vista. Y, sin embargo, un legislador varón con su misma posición no tuvo ninguna de las repercusiones que tuvo el voto de Lucía. Digamos, su condición de mujer prevaleció de forma sideral con la saña. Y por ahí se vio que nos cuesta reaccionar, los partidos políticos y las organizaciones sociales no tuvieron reacción, eso también nos pone en situación de desprotección porque no sabés si reclamar y te ponés en el lugar de la contundencia de su voto, que no es una cuestión menor, o si quedás expuesta.

Las compañeras radicales lo mismo, denunciaron hace poquito la candidatura de Gómez y terminó ahora siendo imputado, era el elemento que faltaba para que su denuncia cobre fuerza. Es una cuestión de tiempo otra vez, la importancia de la celeridad para que tengamos un respaldo cuando lo necesitamos, de una Justicia con perspectiva de género, porque en estos casos quedamos como las brujas, las locas, algunos planteos ridículos como “ahora para sacarnos del partido nos van a denunciar por acoso y por violencia”, reacciones que no tienen nada que ver con los planteos que hicieron las mujeres radicales ni con cualquier otro espacio que esté reclamando protección para las mujeres.

-¿Podría decirse que el feminismo está logrando una transversalidad en la práctica de la política, más allá del color partidario?

-Lo que se genera es alentador entre nosotras, las mujeres de los distintos partidos políticos sororamente entendemos que es nuestro momento, que está bueno el acompañamiento, porque también este sistema nos ha enseñado a competir entre nosotras. Se está dimensionando por la cantidad de feminismos y espacios que hay en Catamarca, desde el movimiento de Ni Una Menos a la fecha, Las Eulalias comunicadoras feministas, el fútbol femenino; eso implica un cambio de paradigma que también termina contagiando a la política, en particular este año que hay elecciones es un año donde los partidos políticos están mirando cuáles van a ser sus candidatos y candidatas. El Senado renueva banca, es una oportunidad para los movimientos, las mujeres, los partidos políticos, tratar de cambiar una realidad que tiene esa cámara que es 100% integrada por varones. Creo que el desafío de los partidos y las mujeres va a ser poder tener representantes en el Senado, poder mejorar también la participación de las mujeres en los concejos deliberantes.

Hay una nueva sujeta política que nace desde el feminismo y que trasciende los partidos políticos y las organizaciones, y lo emocionante es la agenda común.