Fuentes oficiales calificaron el encuentro de esta tarde, del que participaron los jefes de gabinete de Nación, Provincia y Ciudad, Santiago Cafiero, Carlos Bianco y Felipe Miguel, y los ministros de Salud de esos distritos, Carla Vizzotti, Fernán Quirós y el viceministro bonaerense Nicolás Kreplack, como "una reunión de evaluación e intercambio de información para analizar distintos escenarios sanitarios y epidemiológicos para tomar medidas por el aumento rápido y sostenido de casos, afectando lo menos posible la recuperación de la economía y el cuidado de la salud de los argentinos".

Los ministros de salud de todas las provincias, por su parte, en su reunión del COFESA (Consejo Federal de Salud), coincidieron en que la segunda ola es un hecho y que hay que tomar medidas en base a la experiencia acumulada en la gestión de la pandemia durante el año pasado.

Mientras tanto, hasta el 9 de abril seguirá vigente la actual normativa en función de los indicadores de riesgo por cada jurisdicción de todo el país.

En materia de contagios de coronavirus, el tiempo es más que oro y el Gobierno sabe que se impone la toma de nuevas medidas de cara a la segunda ola de covid que amenaza con saturar el sistema de Salud antes de que esté vacunada la población de riesgo en la Argentina. 

Este domingo, el gobernador bonaerense se refirió a la conversación que mantuvo con el Jefe de Estado, quien se recupera de un cuadro leve de coronavirus. “Quedamos en que coordinaríamos con Rodríguez Larreta los pasos a seguir para detener el alarmante incremento de los contagios en la región del AMBA”, indicó a través de las redes sociales.

Además, Kicillof compartió en sus redes un gráfico que muestra la evolución comparativa de los contagios en la Ciudad de Buenos Aires, en la provincia de Buenos Aires, en el resto del país y en la Argentina en general. Allí se indica que la Ciudad de Buenos Aires registra la mayor cantidad de contagios cada 100.000 habitantes, un valor muy por encima del que muestran otras provincias del país, incluida Buenos Aires. Este lunes una reunión con los integrantes del equipo de expertos que lo asesora sobre la situación epidemiológica por la pandemia de coronavirus, informaron fuentes oficiales.

El sábado, Alberto Fernández se comunicó con Larreta. Charlaron por alrededor de 15 minutos a través de la aplicación FaceTime, luego de la suspensión del encuentro personal que tenían previsto debido al diagnóstico positivo en covid-19 que recibió el Presidente, y evaluaron la situación epidemiológica.

El mandatario porteño planteó la necesidad de analizar el criterio de distribución de las vacunas para fortalecer la estrategia de vacunación nacional que prioriza la inmunización de trabajadores de la salud y mayores de 60 años, y ambos coincidieron en la importancia del avance de la campaña de vacunación.

Las diferencias

El problema es que mientras el jefe de Gobierno porteño aparece como un defensor a ultranza de no cerrar un ápice la economía, pero es consciente del alarmante número de casos que registra el distrito que gobierna.  

El objetivo de la administración porteña es manejar con discreción el alerta en los hospitales de la Ciudad, decretada el viernes pasado, mientras se niega a poner en marcha nuevas restricciones a la circulación y a las actividades. 

“Llegó el momento, tenemos que preparar el sistema”, le dijo a PáginaI12 una alta fuente del gobierno porteño. En un instructivo denominado Refuncionalización de los servicios prestados en hospitales públicos, la administración de Horacio Rodríguez Larreta suspendió desde el 2 de abril "todos los turnos para estudios de laboratorio. Sólo se hará la extracción y el procesamiento de muestras de pacientes covid”; “se suspenderán los turnos de operaciones, salvo oncológicas y cardiovasculares”; “en la internación, se reducen las camas de cirugías programadas y se ampliarán progresivamente las destinadas a pacientes Covid”, "las unidades coronarias se adecuarán a la situación epidemiológica", es decir que se prepararán para recibir pacientes de coronavirus.

La provincia de Buenos Aires, sin embargo, no acuerda con esta política y aunque no lo pueda decir abiertamente, se inclina por volver a implementar una serie de restricciones fuertes por un tiempo limitado para después ir viendo cómo avanza el incremento de casos.