Un agónico gol de Lionel Messi, quien ya había señalado el empate parcial para su equipo, le dio al Barcelona un espectacular triunfo 3-2 sobre el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, resultado que pone al rojo vivo la lucha por el título de la liga española. En la particular puja que mantiene con Cristiano Ronaldo –último Balón de Oro– por el podio entre máximas estrellas del planeta, el rosarino se robó todo el protagonismo a partir de su incomparable talento, y dejó en silencio el templo merengue. En un clásico por demás emotivo, cuyo juego fue vibrante sobre todo en el cuarto de hora final, el capitán del seleccionado argentino se vistió de héroe y con un tanto en la última jugada del encuentro –el número 500 con la camiseta blaugrana– dio a los catalanes un triunfo que los coloca como líderes provisionales de la clasificación con 75 unidades, aunque con un encuentro más en su haber. “Será un gol recordadísimo no sólo en la historia de Leo Messi sino del barcelonismo”, señaló luego del encuentro el técnico Luis Enrique, quien añadió que el astro argentino “es decisivo, incluso cenando en su casa”. Mientras Javier Mascherano estuvo en el banco de suplentes del vencedor y no ingresó al campo de juego, el símbolo de la Selección se transformó en el máximo anotador del clásico español con 23 goles, y por si fuera poco es el actual goleador del certamen con 31.

Barcelona llegaba a la casa blanca muy golpeado tras su eliminación en la Champions League ante la Juventus de Italia. Todo lo contrario sucedía con el conjunto dirigido por el francés Zinedine Zidane, que tras eliminar a Bayern Munich y pasar a semifinales, venía lanzado y cargado de confianza.

Y entonces otra vez apareció Messi. Hacía tres clásicos que no anotaba y ayer alcanzó nada menos que 500 goles para su equipo. Ganador de cinco Balones de Oro, con cuatro Champions League y ocho Ligas españolas en su haber, entre otros títulos, Messi se convirtió en una pieza fundamental de los éxitos azulgrana ya desde su primer gol, el 1° de mayo de 2005 ante el Albacete, hace casi 12 temporadas. El astro argentino volvió a ser decisivo en el clásico y dejó al Barcelona líder de la liga a falta de cinco jornadas para el final, aunque el Real Madrid tiene un partido menos. 

“Marcar el gol 500 aquí y que te sirva para ganar, será una efeméride muy bonita de recordar”, señaló el técnico ganador. Por su parte, el central Gerard Piqué aseguró que “sólo una generación” como la que integra junto a sus compañeros, podía lograr que el Real Madrid perdiera por primera vez en su historia un partido en su cancha en tiempo suplementario. El zaguero culé –que mantiene una guerra dialéctica con el madridista Sergio Ramos, expulsado por una durísima entrada a Messi– se deshizo en elogios para Messi, autor de dos de los tres goles azulgranas. “Ha sido descomunal. Viene aquí y demuestra que es el mejor del mundo”, sentenció.

El partido comenzó favorable al local, que se puso en ventaja con un gol del brasileño Casemiro; aunque cinco minutos más tarde el astro rosarino igualó tras una buena acción individual en la que dejó en el camino a dos oponentes, y definió de manera precisa. 

En el complemento, el croata Rakitic dio vuelta el tanteador, aunque a cinco del epílogo y pese a la inferioridad numérica, el colombiano James Rodríguez igualaba de nuevo para Real Madrid, empujando la pelota tras un centro desde la izquierda del brasileño Marcelo.

Ya en tiempo de descuento, cuando parecía que Barcelona se comenzaba a despedir de la Liga, Jordi Alba lanzó un centro al área, apareció Messi en todo su esplendor y enmudeció a la parcialidad merengue, que observó cómo su verdugo celebraba sacándose la camiseta y se la mostraba a todo el estadio Santiago Bernabéu. El silbato final desató la locura el mismo día en que toda Cataluña celebraba a Sant Jordi, patrono de la región.

Otros resultados de la jornada: Real Sociedad 1-La Coruña 0; Celta 0-Betis 1; Las Palmas 1-Alavés 1. Hoy completan la fecha 33ª Eibar-Athletic Bilbao.