Israel levantó este domingo la obligación de usar tapabocas en lugares públicos, en un nuevo alivio de las restricciones por coronavirus luego de una exitosa campaña de vacunación y una prolongada cuarentena. Los barbijos, sin embargo, seguirán siendo obligatorios en espacios cerrados o en grandes aglomeraciones de personas. El gobierno anunció además que el país volverá a recibir turistas vacunados contra el coronavirus a partir de mayo. Israel ya cuenta con más del 60 por ciento de su población vacunada y registra una reducción del 97 por ciento de la curva de contagios desde enero pasado

El uso de tapabocas no desaparecerá por completo en Israel: todavía son obligatorios en espacios interiores, y el ministerio de Salud recomienda usarlos también en grandes reuniones o zonas concurridas en exteriores. Ante ello, y quizás también por una costumbre ya adquirida, muchos paseaban el domingo por Jerusalén con la mascarilla que les cubría la boca y la nariz, o colocada en el mentón para ponérsela rápidamente si debían entrar a un comercio o subirse a un colectivo.

"Salí de casa sin el barbijo puesto, pero al cabo de poco me lo volví a poner porque me sentía raro, como si estuviera desnudo", explicó Tuval Wolf, un joven israelí que caminaba por una calle peatonal de la Ciudad Santa con nariz y boca tapadas. Para otros como Yoav Menuhin, estudiante de 23 años, salir al aire libre y "respirar sin el filtro de la mascarilla" fue "liberador" e incluso "emocionante", todo un símbolo que ilustra cómo el país continúa con éxito su vuelta a una cierta normalidad.

Sin embargo, Menuhin consideró que la población debe ser "cautelosa" y no olvidarse de usar el tapaboca en interiores, ya que "aún no está claro si las vacunas inmunizan" ante nuevas variantes del virus que podrían cambiar la situación y aumentar la morbilidad. Israel diagnosticó el viernes pasado siete casos de la cepa del virus detectada inicialmente en India, de la que aún se tiene poco conocimiento. Las autoridades investigan ahora si la mutación es resistente o no a la vacuna, y el grado de contagio que podría suponer. 

Ante ese escenario, la cartera de Salud llamó a cumplir las nuevas normas con rigor y a mantener la higiene y el distanciamiento social para evitar infecciones. "El gran reto es llevar la mascarilla en el bolsillo y ponérsela cada vez que llegas a un lugar cerrado o concurrido", dijo el coordinador nacional de la pandemia, Nachman Ash, quien alertó que el país aún no alcanzó la inmunización colectiva pese a sus evidentes progresos.

Israel ya vacunó a más de 5,3 millones de personas con al menos una dosis de la vacuna y a casi cinco millones con ambas, lo que supone más de la mitad de su población de unos nueve millones de habitantes. La vacunación, una de las más rápidas del mundo, hizo caer en gran medida los contagios, fallecidos y pacientes en estado crítico. Aún así, Ash advirtió que se necesita llegar "al 75 por ciento de población inoculada y/o recuperada" para alcanzar la anhelada inmunización de rebaño.