Las ollas sobre leñas, con la comida mojándose por la lluvia, por un techo que protege poco. Esa es la “cocina” con la que cuenta la escuela primaria N° 4820 de la Misión Wichí de Rivadavia Banda Sur, en el departamento Rivadavia

El cacique Demetrio Campos filmó un video para mostrar la condición de la cocina y reclamar una solución. A la escuela asisten los chicos y chicas de la comunidad, en total son 226, según se pudo conocer. 

Los chicos tienen “comedor escolar” y almuerzan en las aulas o en la galería. Sin embargo, Campos dijo a Salta/12 que hay momentos en que los chicos deben comer a la intemperie y le preocupa que esto ocurra incluso cuando empiece el frío. Y para el caso de la comida en las aulas, les preocupa más todavía ante la continuidad de la pandemia que requiere la cohabitación en los lugares más ventilados posibles.

Los reclamos para contar con una cocina en mínimas condiciones ya se hicieron al Ministerio de Educación de la provincia durante la gestión de Juan Manuel Urtubey, y se continuaron en la actual gobernación, a cargo de Gustavo Sáenz. Pero no hubo respuestas. Las quejas también se elevaron al intendente de Rivadavia, Leopoldo Cuenca, quien le habría contestado que el reclamo debería ser dirigido a la cartera educativa, a cargo de Matías Cánepa.

Campos recordó que la comunidad luchó por el anexo (ahora escuela) que se proyectó hace unos años para que vayan los chicos de la comunidad wichí. Eso aconteció cerca del año 2000, cuando entendieron que la confrontación entre habitantes del Pueblo Wichí y criollos era insalvable incluso entre los más chicos. La otra escuela primaria, ubicada a 8 cuadras de la de la Misión Wichí, es la N° 4382, Coronel Diego Lucero.

Historia de dos escuelas

Campos, quien tiene 40 años, recordó que mientras iba a la escuela primaria sufría el maltrato y la discriminación por ser originario. “No podíamos hablar en wichí”, contó a Salta/12. Sin embargo, destacó que también “había muy buenos docentes” que son los que quedan en el recuerdo: “Me acuerdo de Cristina Flores, que dejó una marca en mi vida. Ella tenía un buen trato, me abrazaba y me enseñaba”.

La falta de arraigo en la escuela y la explotación laboral de los integrantes de las comunidades originarias era otro punto que acrecentaba la deserción. “Sucedía que los alumnos dejaban la escuela porque los padres se iban a la poroteada”, contó el cacique al hacer memoria. Ello implicaba que se iba toda la familia a trabajar a los campos. Y así, recordó que “en mis tiempos éramos 7 nada más”, los chicos de la comunidad que continuaron en la escuela que compartían con niños criollos.

Desde el 2000 se inició formalmente el proyecto de un anexo para que fueran solo niños y niñas de la comunidad indígena y al haber docentes propios, y gestiones interculturales de quienes quedaron a cargo del establecimiento, la comunidad aceptó a la institución. En la escuela hay cuatro aulas, dos turnos, pero no logran contar con una cocina adecuada para el servicio de comedor destinado al establecimiento.

A Campos le preocupa que en algún momento los chicos y chicas deban comer a la intemperie cuando “son de escasos recursos y algunos ni calzado tienen”.

El nombre de un militar del roquismo

A la división entre criollos e indígenas que suele darse en los pueblos donde conviven ambas poblaciones, la historia del nombre de la escuela primaria original le agregó un condimento más. 

Según Campos, el nombre de la escuela Coronel Diego Lucero haría referencia a un militar que acompañó a Julio Roca durante la denominada Campaña del Desierto, que en realidad el revisionismo histórico permitió redefinir como un genocidio indígena

La directora de la escuela, Juana Grandón, pudo echar un poco de claridad a esta historia. Según relató, Lucero fue efectivamente uno de los primeros militares que se asentaron en Rivadavia cuando el cauce del Bermejo permitía navegar desde el Río de la Plata, pasando por el Paraná, hasta el norte del país. De hecho había un Puerto Rivadavia, afirmó. 

Grandón explicó que la actuación de Roca en el sur, se denominó en el norte Conquista del Chaco, territorio habitado por pueblos originarios. Entendió que quienes pudieron haber nombrado la escuela fueron los primeros directivos, dado que el establecimiento fue fundado en 1911. Con el correr de los años, el cauce del Bermejo se desvió y quedó en lo que ahora se conoce como Río Teuquito, sin conexión con el Río de la Plata.

Para Campos es todo un dato que el nombre que lleva la escuela se cruce con el de un cacique wichí histórico de la zona, David Blanco (según su nombre occidentalizado) o Mawu Pelajh, que significa Zorro Blanco. Pues en el pueblo, la escuela se ubica sobre la calle David Blanco: "Dirección: Cacique Aborigen David Blanco s/n Rivadavia B/s", reza la información del Ministerio de Salud de Salta sobre el domicilio edificio escolar.