El 12 de mayo es el Día Internacional de las Enfermeras, así, en femenino, porque 3 de cada cuatro personas que hacen ese trabajo son mujeres. O el Día de la Enfermería. La efeméride es también la ocasión para que ATE Rosario realice una caravana y movilización con el lema “una tarea que salva vidas pero no garantiza salarios y condiciones dignas de trabajo”. El recorrido comenzará a las 10 de la mañana por el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, pasará por distintos centros de salud y terminará, al mediodía, con un acto en el Parque Nacional a la Bandera. “Es un homenaje a todas las trabajadoras y todos los trabajadores que han puesto el cuerpo en primera línea y que aún no tienen los derechos que garantiza su tarea, como condiciones dignas de trabajo, condiciones edilicias, descanso, elementos de protección personal y de limpieza, el bono de Nación que aún no se ha pagado, que está previsto por tres meses y esperamos que se pueda seguir implementando al menos hasta el final de la pandemia, y todas las reivindicaciones como la profesionalización de esta impresionante labor que es la enfermería y que no está reconocida como tal”, expresó la secretaria general de ATE Rosario, Lorena Almirón.

“En enfermería no estamos aislados, somos personas, somos madres de familia, somos esposas, nosotras también tenemos que cuidarnos para no llevar o contraer la enfermedad”, señala Griselda Melián, que trabaja en atención primaria de la salud en Villa Gobernador Gálvez. “Quiero decirles a los gobernantes que, por favor, de una vez por todas, seamos reivindicados. Me pregunto si ellos no ven, o no tienen el corazón para ver, todo lo que hace enfermería hoy, que hasta ellos mismos necesitan de un enfermero. Entonces, necesitamos que nos reivindiquen y necesitamos tener un sueldo digno y no sentirnos tan mal con nuestra profesión, a la que amamos”, sigue la enfermera.

El reclamo por las condiciones de trabajo genera la convocatoria que, con cuidados sanitarios, tiene como objetivo “exponer las situaciones que atraviesan las y los profesionales de la enfermería y rendirles su merecido homenaje”. Para ello, habrá desobligación de 8 a 14 en todos los niveles del sector salud, ya sea nacional, provincial y municipal. El Hospital Eva Perón será el inicio, y le seguirán PAMI II, Hospital de Niños Zona Norte, Hospital Carrasco, HECA, Hospital Centenario, PAMI I y Hospital Provincial para llegar, a las 12, al Monumento a la Bandera

“Ser enfermera es tener empatía con el paciente”, dice Claudia Poli, trabajadora del Hospital Geriátrico provincial de Rosario. “Con esta pandemia hemos quedado muy desprotegidos. Nos cambió mucho cuidarnos, al paciente, entre nosotros, buscar nuevas normas de bioseguridad. Las tenemos, pero hacen falta más. Estamos luchando con el peor de los enemigos, tenemos el apoyo de los gremios, que busca siempre darnos más respuesta, protegernos, pero es muy difícil. Por eso, esperamos que las autoridades se pongan un poco de nuestro lado, piensen un poquito más, porque somos esenciales pero en los sueldos no somos esenciales, en el momento de protegernos no somos esenciales, no nos cuidan, no cuidan al compañero y quedamos bastante solos porque no tenemos prácticamente personal en la sala, están cayendo muchos compañeros”, sigue su descripción de las condiciones en las que realizan las tareas.

Por su parte, Andrea Rottoli, enfermera del mismo hospital, ratifica el valor que tiene para ella su trabajo. “Es una profesión que yo amo, que elegí porque me gusta. Se basa en cuidar a quien lo necesita, al paciente de todas las maneras sean físicas, psíquicas o emocionalmente con los conocimientos y la empatía que se necesita para todos los que nos necesiten”, describe. Desde que en marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia de covid-19, las condiciones no hicieron más que empeorar. “La pandemia nos golpeó bastante, porque tuvimos que redoblar el esfuerzo en todos los aspectos y tuvimos que reforzar todo: en los pacientes, en educación no solo con ellos sino en la familia. Hay muy poco personal, porque hay muchas personas de riesgo y no pueden trabajar y cada vez somos menos y el trabajo es más, es una mochila muy pesada que llevamos, tratamos de hacer lo mejor posible, pero es una carga física y psíquica bastante grande y esto es parte de lo que le reclamamos al gobierno, si creen que somos indispensables, que tengan en cuenta todo nuestro esfuerzo”, sigue Rottoli¿.

La situación se repite en diferentes centros de salud. Jorge Bernal trabaja en el Policlínico PAMI II de Rosario. “Ser enfermero es todo, estamos día a día, las 24 horas, atendiendo a los pacientes, realmente es la enfermería la que está presente en la atención a los pacientes”, define este profesional y admite que “esta pandemia fue muy difícil para todo el equipo de salud, modificó muchísimo nuestras formas de trabajar, nos llevó al estrés y a momentos muy difíciles. Estamos trabajando sin parar, sin descansos, lo cual produjo un desgaste que hasta el día de hoy no lo podemos recuperar”.

La pandemia cambió drásticamente las condiciones de trabajo en los centros asistenciales. Claudia Martínez Centro de Salud Talleres de Villa Gobernador Gálvez cuenta que están “expuestos, con miedos, con temores”. “Pero igualmente nunca se dejó de atender al paciente, siempre la prioridad fue el paciente. Y va a seguir siendo, hasta que termine la pandemia”, subrayó.

En el Centro Integrador Comunitario de Atención Primaria de la Salud de Villa Gobernador Gálvez, el enfermero Ernesto Rivero quiso dar un mensaje para la sociedad. “A nosotros no nos valen de nada los aplausos. Porque los aplausos nos lo dan los pacientes, con una sonrisa, cuando los atendemos. Ese es el mayor premio que podemos llegar a tener”, dijo el profesional, quien se quejó porque se los considera como personal indispensable “como un discurso externo pero no interno. Sí necesitamos ser reconocidos en el artículo 25 de la Ley 12.501, porque somos personal de riesgo, realmente. Y con la pandemia queda en evidencia”.