Las puertas del Monumental no se abrirán para sus hinchas, pero sí para recibir un partido que será tan extraño como histórico, y atravesado de pleno por el signo de la pandemia de coronavirus. Será este miércoles, desde las 21 (TV: ESPN), cuando River reciba a Independiente Santa Fe por la quinta fecha de la Copa Libertadores con un banco de suplentes vacío, un jugador de campo defendiendo su arco y, en el peor de los casos, sin completar ni siquiera 11 futbolistas sobre el terreno de juego.

La negativa de la Conmebol al pedido millonario de habilitar a dos arqueros en la lista de buena fe, luego de que los cuatro que tenía inscriptos se sumaran al brote de 20 jugadores contagiados del club, propició la continuidad del fútbol desvirtuado que River había protagonizado en el Superclásico. Pero esta vez ni siquiera tendrá un arquero "natural" y, tal vez, no llegue a plantar once sobre el verde césped. En las últimas horas del martes, se especulaba con que Enzo Pérez -quien se retiró lesionado del partido ante Boca- fuera quien defendiera el arco de River, caso en el que sí completaría un once completo.

Sacando a Pérez y Pinola, que parecían descartados por sus lesiones (el defensor está marginado desde febrero con una fractura del antebrazo derecho), Gallardo sólo tiene a disposición a diez futbolistas para improvisar la obligada presentación: los defensores Jonatan Maidana, Héctor Martínez, Tomás Lecanda, Fabrizio Angileri, Leandro Peña Biafore y Milton Casco; los mediocampistas Jorge Carrascal y José Paradela; y los delanteros Julián Alvarez y Agustín Fontana. Para defender los tres palos, inicialmente habían sonado fuerte quienes suelen atajar de manera recreativa: Milton Casco y Jonatan Maidana. También trascendió que los guantes le podían tocar al juvenil Tomás Lecanda.

Aunque lo futbolístico esté desvirtuado, el equipo millonario podría clasificarse a octavos de final: si los de Gallardo consiguen un triunfo ante el conjunto de Bogotá y, en Río de Janeiro, no gana Junior ante Fluminense por el otro juego del Grupo D. Y hasta con un empate, en caso de que el equipo brasileño consiga una victoria frente al colombiano.

Desde el lado dirigencial, el presidente de River alzó su voz en la previa. "Nunca pensé que Conmebol podía tomar una determinación de este tipo, realmente estamos sorprendidos. No pedimos un favor, sino lo que nos corresponde porque lo dice el reglamento", definió Rodolfo D'Onofrio en diálogo con ESPN. El dirigente, quien confirmó que la institución le hará contrato al juvenil arquero Díaz tras el Superclásico, aseguró: "Lo extraño que será jugar un partido donde somos uno menos y no tenemos arquero ni suplentes. Vamos a poner la voluntad y la fuerza para jugar con todas estas desventajas".

El complicado presente futbolístico de River se escribe también en otros tiempos verbales. Uno es el pasado: la decisión de Gallardo de no completar la lista de buena fe de 50 jugadores y sólo inscribir a 32, determinación que ahora lo deja al margen de conseguir un once titular y sin suplentes. También está el futuro: para el partido con Fluminense, el martes 25, se espera la recuperación de los contagiados. El tiempo más importante, sin embargo, parece ser que el que le imprime a cada aspecto de la vida humana la pandemia de coronavirus, esa que hace de escenario para una pelota que, a prueba de todo, sigue rodando.