Arquímedes fue uno de los matemáticos más grandes de la antigüedad y, en general, de toda la historia.​​ Usó el método exhaustivo para calcular el área bajo el arco de una parábola con el sumatorio de una serie infinita, y dio una aproximación extremadamente precisa del número pi.

La cifra π (Pi), considerada como una de las constantes más importantes dentro de las diferentes ciencias matemáticas y físicas, ha recibido infinidad de estudios. Se cree que ya por el año 2000 antes de Cristo los babilonios se aproximaron a la idea de que la circunferencia de un círculo mide en torno a tres veces más que el diámetro.

La elección del símbolo π para referirse a este guarismo proviene de la palabra griega "περιφέρεια" (periferia) y "περίμετρον" (perímetro), pero no fue usada por primera vez hasta el 1700 por el matemático galés William Jones al usarlo para la navegación de sus barcos. Años más tarde el también matemático Leonhard Euler popularizó el término gracias a su obra “Introducción al cálculo infinitesimal”.

El físico estadounidense Larry Shawn decidió en 1988 conmemorar este día por el valor de Pi, ya que coincide con la misma fecha en formato americano (3/14) y con la expresión en inglés “pie” (pastel), con pronunciación similar a Pi. De ahí que muchos aficionados celebren este día comiendo pasteles.

El uso de este número irracional asociado a las esferas sirve para calcular el área de un círculo, su perímetro o el volumen de un cilindro. Por eso puede ser aplicado a la fabricación de neumáticos, galletas, relojes, vasos, botellas e infinidad de objetos.

Dentro de la trigonometría o la topografía, además de la estadística, se puede disponer de este número en multitud de fórmulas y cálculos matemáticos para diferentes averiguaciones. También es habitual su utilización en astronomía por parte de la Nasa. Sirve para calcular la cantidad de hidrógeno que es necesaria en las misiones o extensiones de territorio de los diferentes planetas.

El punto arquimédico en la experiencia analítica es lo que llamamos síntoma. En ella, haciéndolo hablar (al síntoma) sabremos porque se constituyó el síntoma, y así habrá efectos de saber en el despliegue de la cura misma. Aunque, por momentos, ese decir parezca decir lo mismo, sabemos que esa repetición encierra una diferencia.

Distinto es cuando tropezamos, en la misma experiencia, con un saber que encierra hacer lo mismo con una acción que es igual a sí misma, que se itera y que empuja.

En una frase muy hermosa Jacques Lacan, nos dice “las casualidades nos empujan a diestra y siniestra, y con ellas construimos nuestro destino, porque somos nosotros quienes lo trenzamos como tal”

Por medio de la escucha y lectura exhaustiva el analizante, en la experiencia con el analista, irá mutando su síntoma problema a su síntoma solución, eso que se va presentificando disyunto al deseo y a su fantasma; así en esa práctica de discurso que va tocando el cuerpo y deflacionando eso sintomático va ubicando sus responsabilidades subjetivas, para hacer de eso un partenaire, un saber hacer una vida mejor.

 

* Practicante del Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana.