Se espera por estas horas que el Gobierno tome una decisión con respecto a la realización de la Copa América 2021 con Argentina como sede única luego de que Colombia se bajara de la organización por falta de garantías a raíz del conflicto político y social que atraviesa ese país, o incluso con Chile como reemplazante, según se ha barajado en las últimas horas. 

El aumento de la ola de contagios en la Argentina, el regreso a medidas más estrictas de aislamiento social, preventivo y obligatorio, permitían suponer que la realización de la Copa América en el país corría un peligro por demás lógico de suspensión. Sin embargo, luego de las reuniones del presidente de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez, primero con el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, y luego con el presidente de la Nación, Alberto Fernández, se dejó abierta la puerta para su realización.  

Para morigerar el impacto que la posible realización de la Copa América podría tener en la Argentina en este contexto de pandemia, el Gobierno le exigió a la Conmebol varias condiciones sanitarias y de logística para aprobar la realización. La propia Conmebol expresó a través de un comunicado que la Argentina le ofrecía la logística necesaria para que el torneo se pudiera desarrollar dentro de los plazos fijados, entre el 13 y el 30 de junio próximos.

En esas reuniones entre la dirigencia del fútbol y los funcionarios públicos, la Conmebol solicitó al Gobierno la habilitación de nuevas sedes para la competencia: el estadio de Estudiantes en La Plata, el de Vélez Sarsfield y el Bicentenario de San Juan, para absorber los partidos programados inicialmente para Colombia. 

Tras la reunión en la Quinta de Olivos, se informó que el Gobierno le solicitó a la Conmebol que diseñara "estrictos protocolos sanitarios" de prevención contra el coronavirus y los presentara para la consideración de las autoridades sanitarias nacionales, con la ministra de Salud, Carla Vizzotti a la cabeza. 

Vizzotti dijo este domingo que la organización de la Copa América en Argentina "no está definida en un ciento por ciento" y que las autoridades transitan "el último tramo de análisis" de los procedimientos y protocolos presentados por la Conmebol, y adelantó que la decisión final se tomará en estos días.

La explosión de casos de coronavirus en el fútbol argentino de la que hemos sido testigos en las últimas semanas, con el caso de River Plate a la cabeza, es un indicador que no se puede soslayar. Tanto como el movimiento que implica la realización de una competencia de selecciones nacionales de esta envergadura, más allá de que las delegaciones de los distintos países se mantengan en sus respectiva burbujas y salgan de las concentraciones solo para la disputa de los partidos.  

También se analiza si puede sumar a último momento a Chile para ocupar el lugar de Colombia y así reducir un poco más los riesgos. En este contexto poco favorable y volátil, cabe hacerse algunas preguntas bien sencillas antes de tomar la decisión: ¿Es realmente necesario que este torneo se desarrolle en este contexto? ¿La Copa América no puede esperar? ¿Son los intereses económicos del fútbol tan fuertes como para primar sobre la salud pública? 

Entre los protagonistas del torneo, la voz del goleador uruguayo Luis Suárez fue por estas horas de las más sensatas. No bien arribó a Uruguay luego de obtener el campeonato español en la última fecha de LaLiga, apuntó: "Estamos en una situación difícil a nivel mundial, pero más Argentina en los últimos meses. Es de los países más complicados". Y agregó: "Llama un poco la atención que se juegue la Copa América, es la realidad. Habría que darle prioridad a la salud del ser humano antes que a un torneo".

Es cierta la preocupación de Suárez y compartida por muchos en la Argentina. Tan cierta como que el duro esfuerzo que venimos haciendo los argentinos en materia de prevención y control sobre la pandemia, con todas las pérdidas que la situación ha provocado, no debería echarse por la borda por las presiones de la Conmebol ni de ninguna otra organización relacionada con el negocio de fútbol. La Copa América puede esperar, como todos lo hacemos en estos tiempos, ni más ni menos.