El avance de la vacunación contra la COVID 19 a un ritmo importante, puso al Gobierno a mirar la potencialidad de crecimiento de una manera menos atada a las restricciones propias de un contexto global complejo. De esta manera, y aún con la “prudencia” -palabra de moda en la Casa Rosada-, observan que, en la previa al proceso eleccionario, el escenario económico puede tener mejoras visibles. En clave política leen, también, que la oposición está cerca de quedar vacía en el argumento del faltante de vacunas, y que si tuviera que salir a combatir en el ring de la economía, quedaría expuesta a explicar uno de los flancos más débiles de la gestión de Mauricio Macri.

Desde el inicio del confinamiento, el presidente Alberto Fernández y sus ministros de mesa chica hablan de los tres ejes: unidad, vacunación y recuperación. Una especie de biblia política para la tormenta del virus y las diferencias internas. “La unidad está garantizada, nadie la discute”, contó a Página I12 un alto funcionario de Balcarce 50, y agregó que la segunda pata de los ejes, la vacunación, “se está consolidando fuerte, incluso con producción local”. La referencia es al potencial de producir millones de dosis mensuales de la Sputnik V que manifestó Marcelo Figueiras, titular del Laboratorio Richmond, la pata local de la vacuna rusa. Y el tercer punto, la mejora económica, empieza a estar, según la visión oficial, más sustentado en diferentes factores.

El primero es que el Gobierno está dispuesto a seguir asistiendo a sectores golpeados por la pandemia y, con la actualización de la Tarjeta Alimentar y la baja en Ganancias, ese dinero extra irá directo al consumo masivo. De hecho, en mayo, si se suman las mejoras en ese presupuesto y en los REPRO, hay récord de desembolso en pandemia. En las últimas horas, hubo otro dato político vinculado a la asistencia a sectores. El ministro de Turismo, Matías Lammens, participó en la reunión de Gabinete Económico y confirmó que el Gobierno refuerza el plan viaje, que da descuentos para vacaciones de verano, y regirá desde diciembre. Creen que ese sector, con mayor vacunación, puede tener buenos números. A tales fines, habrá ayuda adicional para el pago de salarios a empresas del rubro, serán 22 mil pesos por trabajador “para gastos corrientes de capital”. Los aportes serán del Tesoro Nacional.

En este plan se lee también la vuelta atrás con el cuestionado intento de cobrar con retroactividad deudas del monotributo por no actualización de escalas. Cuentan que el presidente habló el fin de semana con el ministro de Economía y le pidió no ponerle más problemas al bolsillo de la gente. De ahí en más, Martín Guzmán habló con la titular de AFIP, Mercedes Marcó Del Pont, y precisó con el titular de Diputados, Sergio Massa, la ley que se aprobará en el Congreso y marca no sólo la anulación de los cobros retroactivos, sino además una modificación progresiva de las escalas. 

Cerca del ministro Guzmán, evalúan que cuando el INDEC dé a conocer la inflación de mayo el miércoles próximo, el número será cercano al 3,6 o 3,7 por ciento, por debajo del 4 de abril. La reducción no es considerable para el bolsillo, pero el Gobierno la observa como parte de una tendencia que tuvo un pico de 4,8 por ciento en marzo. De seguir confirmándose, el salario, aún exigido, llegaría a entrado el segundo semestre con algo de poder de compra. Sobre todo, en los asalariados formales.

En ese mismo escenario, de los dos motores que venían apuntalando la recuperación, uno sigue activo y el otro pierde algo de aceite. La industria confirmó esta semana buenos números, no ya medidos contra un 2020 pandémico y de restricción, sino contra el 2019, último período con cifras sin COVID. En la otra esquina, la construcción mostró números negativos los últimos dos meses en la comparación intermensual. Fuentes de la Cámara Argentina de la Construcción confiaron a este medio que si bien la encuesta última –que cerró el 10 de mayo- refleja una baja de expectativas, los números malos son “producto de las restricciones propias de la pandemia”. Ese mismo análisis sectorial también explica que el dato positivo es la suba en empresas con obra pública adjudicada, el principal factor que empuja a los ladrillos. Aún así, de acá a tres meses, el 20 por ciento de los constructores espera que la actividad aumente, un 47 que siga igual y un 18 que baje.

En este contexto, en la Rosada observan en la economía un escenario de contienda favorable con una oposición que, afirman, se empezó a quedar vacía en el discurso del faltante de vacunas. "Si tienen que pelear en lo económico y no lo hicieron hasta ahora, cuando la economía tenían algunos datos no consolidados, es porque ahí no se sienten cómodos", detalló un funcionario técnico. Creen que está fresca en el electorado la imágen de una crisis económica fuerte en los años de Cambiemos, y un punto más: sigue en agenda la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un crédito de 45 mil millones que tomó Macri y que el propio organismo investiga por irregular. Con un perfil negativo en la consideración pública, incluso de votantes PRO.