Desde que entró en vigencia el 24 de enero la ley de acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), las profesionales de la Maternidad de capital son las únicas que están dando respuestas a esta práctica y, una vez más, las pacientes del interior provincial quedan relegadas.

Desde 2019 el Ministerio de Salud de la provincia aprobó la resolución 722 para garantizar las Interrupciones Legales del Embarazo (ILE). El propósito de la resolución era descentralizar el sistema, para que de los 16 municipios que posee la provincia, Andalgalá, Belén, Recreo, Santa María y Tinogasta también pudieran acompañar el trabajo que desde 2017 venía realizando el equipo de Prevención de Riesgos y Daños de la Maternidad Provincial 25 de Mayo con un equipo propio.  Pero hasta el momento esto no se cumple.

Si bien el acceso a la salud fue una dificultad siempre para los y las pacientes de departamentos del interior provincial, la llegada del covid-19 y las restricciones a la circulación, significan otro obstáculo. Desde la Red de Profesionales Por el Derecho a Decidir, Catamarca, aseguraron que se han presentado proyectos al Ministerio para descentralizar y ampliar la cobertura de las prácticas de ILE e IVE en la provincia.

Marina Villagra, Alejandra Rossaroli y Roxana Macedo, profesionales de la Red que integran el equipo de la Maternidad provincial, contaron que en el nosocomio de un total de 23 ginecólogos, son 13 quienes trabajan con las interrupciones de embarazos. En la provincia los ginecólogos no objetores de conciencia representan un 10%.

En este contexto, explicaron que Belén, que comenzó a trabajar hace dos años con estas prácticas, lo hace hasta las 12 semanas y determinando previamente que no existan  factores de riesgo, ya que si existe alguno son derivados a la Maternidad. “Puede ser cualquier médico capacitado en el trabajo de IVE, no hace falta que sea ginecólogo, sólo que sepa y evalúe cuáles son los factores de riesgo. Es por esto que desde la Red venimos planteado que se vean los recursos para poder armar otros equipos”, pero determinar esto sería una decisión política que escapa a las profesionales.

Mientras tanto, trabajan con “médicos amigables” del interior, quienes son los que receptan las consultas y las derivan a la Capital. Sin embargo, existen lugares en donde este recurso no está y muchas mujeres o cuerpos gestantes quedan sin poder acceder a este derecho.

“Siempre el sistema de salud fue insuficiente para dar respuesta. Sucede que más allá de las buenas voluntades, la demanda sigue sobrepasando”, contaron.

En este contexto, contaron que el equipo (que está compuesto por diferentes profesionales, psicólogos, obstetras, trabajadores sociales y ginecólogos) está atendiendo un promedio de 250 interrupciones por año. El trabajo que hacen es integral, tal como marca la Ley y el protocolo de asistencia. Incluso ellas mismas atienden la línea de Whatsapp: 383 459-2638, donde además de dar turnos contienen a quienes envían los mensajes. 

Catamarca es una de las pocas provincias del país que tiene una línea directa propia. Las demás dependen solamente del 0-800 de Salud Sexual y Reproductiva que centraliza y deriva a las diferentes localidades del país, y también funciona en la provincia.

En cuanto al acceso a los medicamentos, las profesionales explicaron que la Nación envía las pastillas de misoprostol (que actualmente tienen un costo por arriba de los 10 mil pesos) para las prácticas, y cuando el envío demora, la misma Maternidad se hace cargo, ya que este medicamento lo viene comprando el nosocomio porque no sólo se utiliza para las interrupciones.

Trabajo

El equipo de Prevención de Riesgos y Daños de la Maternidad es referente en el NOA. Es el primero que se conformó, allá por 2017 con el objetivo de atender los casos de ILE. “Es por esto que para nostras no hubo muchos cambios desde la legalización de IVE. Veníamos bien armadas, con recursos. Si bien hay un aumento leve de la demanda, la forma de trabajo sigue igual, aunque a veces es mucho para los que somos”, contaron.

“El dispositivo que ya lo habíamos armado empieza a ser como algo necesario, no solo para las usuarias sino para los efectores de Salud. En 2018 completamos el equipo. Hacemos consultoría, contención, asesoramiento, talleres. Y desde la sanción de la Ley hemos sido una solución incluso para los mismos profesionales de la salud del sector privado, quienes ya no dicen que no saben, sino que terminan informando a las pacientes que en la Maternidad pueden ayudarlas”, destacaron.

Empatía

Los profesionales que trabajan en este equipo no sólo realizan interrupciones. “Estamos en varios servicios. Acompañamos casos de adopciones, a la madre y a su hijo, en casos de enfermedades y nacimientos también”.

“Trabajamos la salud desde el paradigma del derecho, desde una perspectiva integral y en este contexto tratamos de instalar que la ILE o la IVE son prácticas de salud como cualquier otro tipo de práctica médica”, aclararon.

“Cada mujer que llega es una historia distinta. Para saber esto tenemos que escucharlas y contenerlas. Mil veces terminamos llorando con estas madres”, contaron.

En cuanto a los casos de IVE, explicaron que debieron hacer un "trabajo de hormiga" para poder romper con mitos y prejuicios y lograr que otros agentes de salud, como enfermeras o recepcionistas atiendan en el marco de derechos. “Sabemos que muchas llegaron a la clandestinidad porque los médicos y otras personas no le dieron respuestas claras y específicas”.

“Construir un equipo fue un desafío. Sabemos que nos falta y tenemos algunos defectos y también sabemos que descentralizar es una necesidad para mejorar el acceso. Venimos creciendo y evolucionando, empatizando, siendo sororas y creando conciencia”, concluyeron.