Acercarse al mundo de la religión desde el campo académico no es nada fácil. Si se hace foco en la religiosidad popular, el desafío es doble porque suelen aparecer algunas asociaciones que alimentan el reduccionismo en virtud de la superstición o la ingenuidad. En Vivir la fe (Siglo XXI Editores), el sociólogo y antropólogo Pablo Semán se aproxima a los actores involucrados en la experiencia y analiza factores como la trayectoria familiar, las coyunturas políticas y económicas, los medios masivos o la cultura. El autor convive con pentecostales y católicos en un barrio del Conurbano bonaerense, los acompaña en acontecimientos significativos de su vida y observa su vínculo con lo sagrado para detectar aspectos innovadores en esa cosmovisión que surge del cruce entre religiosidad, generación, política, militancia y consumos culturales.