La familia de José Luis sabe que el tercer viernes de cada mes él tiene una cita impostergable, un plan que no puede cambiar por nada del mundo. Desde hace diez años, se encuentra esa noche con sus amigos a jugar al póker y desenchufarse del ajetreo cotidiano. Lo que su familia no sabe, porque es parte del acuerdo con sus pares, es que esos viernes José Luis se queda a un costado y la que aparece en escena es Mirna, su lado cross, su lado B. 

El tercer viernes de cada mes es el momento sagrado en el que se reúne cara a cara La Banda del Golden Cross. No, no es un grupo de fans de La Banda del Golden Rocket, la comedia de principios de los 90 con Adrián Suar, Diego Torres y Fabián Vena: es un grupo de hombres que practica crossdressing y desarrolla una serie de actividades sociales y performáticas. A veces pueden jugar al póker, sí, pero lo que más les interesa es poder explorar su lado femenino sin la mirada intrusiva y juzgadora del afuera. Se montan juntas, se dan consejos y construyen comunidad entre remeras de Whitney Houston, portarretratos de Susana Giménez y canciones de Natalia Oreiro.

La historia de Cross, la miniserie de ocho capítulos breves creada y dirigida por Martín Vatenberg que se estrenó ayer en Flow, abre cuando un accidente en el décimo aniversario del grupo rompe las fronteras que separan ambos mundos, el del afuera-masculino y el del privado-femenino. Luna, la cross que su familia conoce como Héctor, se desploma sobre el escenario mientras está montada y ese imprevisto obliga a todos los personajes a tomar una serie de decisiones que no vamos a spoilear.

La génesis del proyecto también surgió gracias a un imprevisto, aunque menos trágico. En 2014, Vatenberg y Lucas Bianchini, co-guionista y actor en la serie, estaban haciendo una obra completamente montadas: eran Dora y Mónica, dos personajes que simulan ser parte del showbiz porteño en el off de la avenida Corrientes. Una noche, cuando la función había terminado y las luces se estaban apagando, Martín fue abordado por un hombre de traje que le pedía la cuenta de Facebook de su personaje. Sorprendido y sin entender de lo que le estaba hablando (¿por qué tendría una cuenta de su personaje femenino?), creyó que el tipo se lo había querido levantar hasta que unos días después, cuando recibió una solicitud de amistad a su cuenta personal y se pusieron a charlar, supo que se trataba de otra cosa. Este hombre practicaba crossdressing y estaba interesado en saber si Martín también era parte de esa comunidad. Se juntaron a tomar un café y le contó la historia de la Banda del Golden Cross, de lo que significa tener un lado A y un lado B, y de la importancia que se le asigna en este universo a la escisión de las dos identidades. Terminó de tomar ese café y Vatenberg sabía que tenía que ponerse a escribir una historia de ficción sobre este grupo y esta práctica.

“Cuando me acerqué a la Banda del Golden Cross y a las historias de las distintas chicas, me di cuenta de que había una diversidad gigante en ese grupo que las nucleaba: había heteros, gay, bi crossbianas (cross que se sienten atraídas por otras cross) y distintas procedencias sociales y hasta geográficas. Me pareció que había terreno para construir una historia potente”, le dice el director y co-guionista a SOY. “Si bien lo que nuclea a los personajes es la práctica de crossdressing, en el fondo lo que se pone sobre la mesa tiene que ver con la clandestinidad y lo prohibido, con aquellas cosas que hacemos y que elegimos ocultar al mismo tiempo que nos definen. muchas veces ese ocultamiento puede llevar a cosas complicadas, que generan consecuencias. Lo que buscamos con la serie es discutir sobre la visibilidad, algo que la mayoría de las cross evita pero me parece una discusión que vale la pena tener”, completa Vatenberg. Este es su debut como director y en los últimos años participó de los equipos autorales de ficciones como Cien días para enamorarse y Pequeña Victoria, ambas en Telefe y con una importante cuota de contenidos queer.

Cross ganó el Concurso de Producción de Serie Cortas del INCAA y fue producida con el apoyo de UN3 y la Universidad del Cine. Unos días antes de su estreno en Argentina, recibió el Premio del Público del festival Cinemajove de Valencia y, mientras se prepara para competir en otros festivales internacionales, aporta un grano de arena a la diversidad queer de la pantalla argentina.

Cross ya está disponible on demand en Cablevisión Flow.