La Federación Rusa le exigió al gobierno de Gran Bretaña a investigar la inmersión en aguas territoriales del Mar Negro de un destructor de bandera inglesa, sobre el cual una flota rusa de barcos y aviones lanzaron disparos de advertencia. El Kremlin citó al embajador británico en Moscú para que explique el incidente. 

El planteo diplomático sobre lo que el gobierno de Vladimir Putin calificó como una “grosera violación” de las normas internacionales es el capítulo posterior al incidente ocurrido en las últimas horas, cuando el destructor británico HMS Defender fue sorprendido en aguas del sur de Crimea, un territorio anexado por Moscú en 2014.

Por su parte, Londres negó el hecho. A través de la Royal Navy sostuvo que el HMS Defender se encuentra en la región para maniobras de la OTAN y "se separó temporalmente del grupo de trabajo para efectuar sus propias misiones en el Mar Negro".

Sin embargo, cuando la Defensa rusa se percató de esta acción, alegó una transgresión en aguas territoriales de Rusia, lanzó advertencias y envió a un avión Su-24 y barcos que hicieron disparos de advertencia.

"El destructor recibió un aviso” pero “no reaccionó", lo que provocó que un "barco de patrulla fronteriza" y un avión Su-24M hicieran "disparos de advertencia", afirmó el ministerio de Defensa ruso.

Luego de este hecho, el barco británico abandonó entonces las aguas rusas poniendo fin al incidente, que duró alrededor de veinte minutos hacia el mediodía del hoy.

Desde un principio la marina británica aseguró que "no se realizó ningún disparo de advertencia contra el 'HMS Defender'", que se encontraba "en aguas territoriales ucranianas", según un tuit del ministerio británico de Defensa.

Horas después, el Kremlin instó a Londres a investigar el incidente. "Las acciones peligrosas del destructor del Reino Unido han sido valoradas por el Ministerio de Defensa de Rusia como una grosera violación de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar de 1982", señaló en un comunicado la entidad castrense.

Además, el departamento que dirige Serguéi Shoigú exigió una "investigación exhaustiva de las acciones de la tripulación del destructor Defender para evitar incidentes semejantes en el futuro".

El planteo diplomático informó que el destructor británico "violó la frontera estatal de Rusia" e ingresó a una profundidad de tres kilómetros en aguas territoriales rusas. "La tripulación no reaccionó a las evidentes señales de alerta correspondientes a las leyes navales, debido a lo cual el navío guardacostas se vio obligado a efectuar disparos de advertencia", añadió.

El Ministerio de Defensa del Reino Unido volvió a negar que la Armada rusa hubiese hecho disparos. Según la entidad castrense británica, la Armada Rusa llevaba a cabo ejercicios navales, y eso fue lo que comunicó a la Marina de Reino Unido.