A 16 días de que Guadalupe Lucero fuera vista por última vez, este miércoles los rastrillajes continuaron en el barrio 544 Viviendas de la zona sur de la ciudad de San Luis, donde la niña de 5 años desapareció el 14 de junio. Además, la búsqueda se expandió hacia la localidad de Nogolí, 50 kilómetros al norte de la capital. Mientras las investigaciones siguen sin arrojar pistas concretas, Christian Rachid, fiscal federal de San Luis, emitió un dictamen en el que consideró que la causa que al día de hoy está caratulada como "búsqueda de paradero" no debe pasar a la Justicia federal, como había pedido el padre de Guadalupe. 

Los rastrillajes y excavaciones continuaron en la denominada "zona cero", el barrio 544 Viviendas, lugar del que Guadalupe desapareció cuando jugaba en la calle con otros chicos. Según informó en conferencia de prensa el inspector Lucas Chacón, vocero policial de la investigación, en esa zona se allanaron tres viviendas mientras se espera "el resultado de peritajes telefónicos, de computadoras portátiles, y de restos de cabellos que se secuestraron". Además, las búsquedas se expandieron hacia Nogolí, donde la Policía recorrió las calles del pueblo y rastrilló la zona del dique y sus adyacencias. 

Ante la prensa, Chacón aclaró que el sumario policial que instruye la División Homicidios está caratulado como “búsqueda de paradero”, figura que no amerita la intervención de la Justicia federal. En el mismo sentido se expresó Rachid, que elevó un dictamen en el que no consideró "propicio un cambio de fuero”, porque entre la prueba recolectada “no prevalece ninguna” que amerite intervención federal. 

El martes, en una nueva movilización realizada en el centro de la capital provincial, Héctor Zavala, abogado del padre de Guadalupe, Eric Lucero, había confirmado la presentación de una solicitud formal para que la causa pase al fuero federal bajo la figura de "secuestro extorsivo", luego de que Lucero recibiera mensajes en los que le pedían dinero a cambio de su hija.