El primer punto del Dogma Fingido, ése que guía cada proyecto del dramaturgo rosarino Leonel Giacometto, establece: "Lo que se producirá no será una obra, sino un acontecimiento". A lo largo de los 15 puntos que conforman la guía por él creada, Giacometto define una mirada ya no sólo sobre el hecho performático, sino sobre la creación misma, confiando en la improvisación como método. Con ese esquema de trabajo, el autor y director le dio forma a Desmonte, proyecto seleccionado en la convocatoria Teatro Nacional Argentino Produce en el País, del Cervantes, que asumió la producción de un proyecto que hoy iniciará un intenso ciclo de funciones en el Instituto de Artes Escénicas (Entre Ríos 840), donde subirá a escena los viernes y sábados a las 22.30, y domingos a las 20.30, hasta el 25 de junio inclusive. "Después la idea es poder realizar algún tipo de gira dentro de los circuitos organizados y gestados por el Teatro Cervantes y, por supuesto, aprovechar esta oportunidad de tener un espectáculo con casi treinta funciones en menos de dos meses y trabajar esa energía en favor de una continuidad", distinguió Giacometto en diálogo con Rosario/12.

-‑¿Cómo fue el proceso de creación de Desmonte? ¿Cuánto tenías delineado para la obra y en cuánto influyó el trabajo con Juan Manuel Medina y Alexis Muiños (considerando, por supuesto, el valor que das al ensayo como hecho artístico en sí mismo)?

-‑Totalmente para y de los actores es Desmonte. Pero específicamente de Alexis y Juan Manuel. Como en los otros espectaculos que dirigí, particularmente en estos espectáculos me interesa mucho la idea de que esta obra, este acontecimiento teatral, sea único en cuanto y por cuanto está gestado desde un cuerpo único, el cuerpo de "ese actor". Dramaturgia "con" los actores y no dramaturgia de los actores.

‑-El Cervantes sostiene una política federal en relación a la llegada de sus obras a distintos puntos del país. Sin embargo, esta propuesta de Teatro Nacional Argentino Produce en el País parece apuntar a una auténtica federalización del quehacer teatral. ¿Qué visión tenés al respecto?

-‑Nos presentamos a una convocatoria que, en 2016, lanzó la nueva gestión del Teatro Cervantes, con Alejandro Tantanián a la cabeza. La convocatoria decía que tenía como idea relevar propuestas que surjan en los diversos puntos del país, estimularlas y producirlas. El TNC no se considera un irradiador de saberes teatrales desde un imaginario centro a una imaginaria periferia; sino más bien un nodo en una compleja red de prácticas teatrales potenciales y reales, un dínamo con la fuerza suficiente para estimular y hacer circular saberes y prácticas de un punto a otro del territorio. De esta manera el TNC quiere trascender los límites del edificio central para estimular proyectos escénicos fuera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con el fin de ampliar la calidad de la oferta y atraer nuevos públicos. Todo hecho teatral es parte de un contexto social y cultural. Privilegiar aquellas experiencias que hagan visible y comprensible ese contexto es uno de los objetivos centrales de esta nueva gestión.

En marzo de 2016, Giacometto y su equipo (María Guadalupe Bayúgar en vestuario y asistencia, Andrés Cracogna en concepto espacial y escenográfico, Dora Milea y Federico Tomé en la producción ejecutiva) comenzaron a trabajar en un proyecto que, en noviembre pasado, se confirmó que tendría producción integral del Cervantes. "Fueron, entonces, tres meses de producción y logística entre Rosario y Buenos Aires como pocas veces sucede en nuestra ciudad, con un espectáculo totalmente rosarino, pero producido por un teatro nacional --distingue el autor y director‑‑. Nunca pensamos Desmonte como una obra para determinado 'encuadre' subsidiable, sino más bien como un espacio donde poder experimentar las posibilidades de un encuentro entre pares para la gestión de un espectáculo visceral y honesto. La convocatoria del Cervantes nos sedujo por ese riesgo puesto en marcha".

‑-Desmonte se anuncia como una obra fragmentada, situación que siempre invita a que cada espectador pueda tener una mirada distintiva, que en cierta forma pueda construir su propia obra.

-‑Desmonte surgió de un encuentro y un reencuentro. Con Alexis Muiños trabajamos hace diez años en Fingido, el primero de los acontecimientos teatrales que dirigí bajo esta forma de trabajo con los actores, la dramaturgia y la escena. Fue el mismo Alexis el que sumó a Juan Manuel Medina, quien debuta en la escena local. Cada actor hace dos personajes: Alexis es Tulio y es un Cheto rubio. Juan Manuel, un Trapito y un Cheto morocho. Aunque al principio los disparadores (orales) fueron muchos (incluída una revisión de la vida de Robledo Puch), trabajamos en base a los procedimientos de trabajo que vengo desarrollando en otros espectáculos (Fingido, Real, Latente, Desenmascaramiento, Lo que se pierde, Fuga) donde la prioridad, desde el arranque, es el ensayo como campo de exprimentación y de cruce entre las improvisaciones y los ensayos que devenirán en pos del espectáculo. Algunas partes se escribieron durante el proceso. Otras partes no. El recorrido de los acontecimientos siempre es el mismo, pero algunas palabras y dichos pueden variar. Está hecho para eso, variar es una meta forma de la actuación dentro de la actuación, de lo que cada actor con su director ensaya cuando ensaya. De ahí viene la energía de Desmonte, de ahí surge. Dos actores varones con el único límite posible el espacio de desarrollo de su propia ficción, improvisada, desde ellos mismos en cada encuentro/ensayo. Esto no es fácil. Desmonte son dos cuerpos. Dos hombres. Dos actores. Cuatro personajes. Cuatro hombres antes y después de un viaje a Europa en el mientras tanto de dos clases sociales. Quizás tres. Y toda la vehemencia. Y todos los valores de proyección sobre los elementos materiales y espaciales. Todos los entornos, los contornos, los atajos y las distancias entre la actuación, el otro, y uno mismo. Todo lo del otro, y todas las formas preconcebidas. Todos los presupuestos. Todos los rechazos. Toda pequeñez, toda invasión mutua, toda injuria. Todo lo otro, todo lo contrario, todo lo accidental, todo el sexo, todas las malicias recíprocas, todo lo que a fin de cuentas, y todo lo que aun no llega.