La incorporación de nuevos emojis volvió a despertar polémicas y la ira de muches cavernícolas que se niegan a ver de manera positiva e inclusiva los cambios que traen los nuevos abordajes de un tema tan interesante como el embarazo. Los emojis en cuestión son los que representan a un hombre embarazado y a una persona embarazada sin marcas de género y buscan contemplar a otras identidades. 

El anuncio en medios de estos símbolos sirvió para llenar minutos de pantalla y expresar el famoso y ya cansador asunto: que todo tiene un límite, que eso "no es lo natural". "¡Nos estamos yendo a la mierda" fue, entre otras frases desafortunadas, el mensaje emitido por algunos comunicadorxs y vitoreado por sus compañerxs. Reacciones así dejan al descubierto que, a pesar de los avances hacia una mayor inclusión y a la gran ampliación de derechos de los últimos años, estamos muy lejos de comprender, respetar y aceptar a las identidades trans y no binarias y, en definitiva, a las familias diversas como la que yo he construido. 

En otra columna hablé del tema, no solo porque me parece interesante a mí, sino porque además considero importante que, como sociedad que avanza hacia un futuro más diverso e igualitario, nos hagamos estas preguntas. ¿Solo las mujeres pueden tener hijxs? ¡No! Puede tener un hijx cualquier persona gestante, como por ejemplo, los hombres trans, las personas no binarias e incluso, quienes son intersexuales.

No se preocupen que estoy preparada para lo que viene: cada vez que salen a la luz este tipo de cuestiones, no faltan lxs conservadores o, como yo los llamo, "los guardianes de la biología y la naturaleza" que piensan que todo esto es una atrocidad y se aferran al argumento de que en la naturaleza solo existen machos y hembras para postular al sexo biológico como algo binario y absoluto. Durante mucho tiempo las disidencias nos hemos aferrado entonces a la noción de género, que sí admite un espectro por tratarse de una construcción cultural, y hemos aceptado que el plano del sexo biológico se moviera exclusivamente entre dos opciones. Incluso muchxs hemos sido educados bajo la idea de que la intersexualidad, por la baja frecuencia en la que se da, es algo "no natural". Bueno, ¡tampoco es tan es así, gente! Hace unos años, Anne Fausto Sterling, bióloga y especialista en estudios de género postuló cinco sexos como consecuencia de variaciones que provocan intermedios entre penes y vaginas. Su trabajo ha sido muy debatido y es cierto que sobre esta hipótesis todavía no hay un consenso en toda la comunidad, pero lo que no se discute es que existe una gama de intersexualidad amplia entre los seres humanos (hay hipótesis que sugieren que esta se da con mayor frecuencia de la que creemos en la población mundial). 

La biología en el mundo animal tampoco se presenta siempre en el modo tan estanco como creemos. Mi nueva amiga Daniela Garanzini, bióloga y comunicadora de ciencia, plantea esta cuestión retomando un ejemplo de Joan Rougharden sobre lo que sucede en los arrecifes de coral y lo que hubiera pasado con el papá de Nemo (ya conocerán la historia, bastante triste para les niñes): Marlin queda solo con Nemo porque a la mamá se la come otro pez. ¿Qué hubiera pasado en la vida real? Probablemente, el pez macho hubiera tenido una transformación en sus gónadas y se hubiera convertido en hembra y después se hubiera apareado con Nemo para dejar huevos. 

Se nos ha enseñado que cualquier variación de la biología sexual humana que salga de la binariedad está mal porque no existe en la naturaleza, que es una abominación. Como dice Daniela: "en la naturaleza todo existe en relación con una otra cosa; la naturaleza es queer". Bueno, si algo ocurre en la naturaleza, es claro que puede ser "natural", por lo que creo que tenemos que empezar a usar de un modo más apropiado el término y asimilar que pueda haber otro tipo de personas con características diferentes, con un comportamiento diferente o con una identidad diferente, incluso con un patrón genético sexual diferente. Por más que los ejemplos no constituyan una la mayoría (los peces payaso son hermafroditas secuenciales, mientras otras especies de peces no, pero ningún biólogo negaría esa realidad), estos existen y deben ser contemplados. 

Esto no solo es una cuestión de emojis: estamos hablando de seres humanos que tienen derecho a sentirse representadxs y la mejor manera es incluir y visibilizar para no quedar dibujadxs.