Este martes el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Nacional, Daniel Filmus, acompañado por la presidenta del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), Ana Franchi, visitarán Salta, y entre su agenda está la de recorrer el edificio de LATE ANDES, una empresa mixta, con el 49% de capitales estatales y el 51% de una Pyme familiar que se dedica a la exploración de petróleo y gas en Salta: Geomap.

Dicha empresa viene creciendo con proyección internacional desde casi una década, cuando surgió la posibilidad de comenzar a construir un centro de investigación de suelos y rocas, para determinar su edad y otros factores que facilitan el trabajo de proyectos mineros y petroleros.

Salta/12 entrevistó a su titular y fundador, el geólogo Roberto Hernández, quien contó que esa empresa mixta de base tecnológica, formada con el apoyo del Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR), hoy cuenta con un equipo interdisciplinario de 15 científicos a los que se suman unos diez más distribuidos en todo el país, y más de 80 que realizan estudios y prácticas. Busca la integración del conocimiento del tiempo geológico como herramienta estratégica para las geociencias y la disminución del riesgo exploratorio en la industria de hidrocarburos, minería y geotermia.

Con una inversión que supera los 5 millones de dólares, esta pyme ubicada en la localidad de Vaqueros, a unos 10 kilómetros del centro de la ciudad de Salta, cuenta con equipos de última generación exclusivos en la región. El proyecto se terminó de montar en abril de este año y ya está realizando trabajos para distintas empresas del país y de la región, principalmente en la investigación permanente de los suelos y sus edades geológicas, y sigue proyectando y creando nueva maquinaria como un Magnetómetro Criogénico, Cri.AR, destinado al desarrollo de análisis paleomagnéticos de alta resolución para la toma de mediciones y muestras, y un software de creación propia, de modelado Geológico Estructural, Andino 3, que ya se vende internacionalmente.

Magnetómetro Criogénico

Hernández relató que en el 2013 su inquietud giraba en torno “a los problemas de la industria y la ciencia”, en donde desde hacía por lo menos 30 años “que no se producían datos de tiempo geológico en la Argentina”, y con algunos miembros del CONICET comenzaron a diseñar el proyecto, que en una primera etapa tenía un costo de 2 millones de dólares para medir trazas de apatita y circones “para saber la temperatura de generación de petróleo y formación de sus trampas”, desde donde se puede obtener en buenos volúmenes.

En el mismo proyecto se preveía la compra de un equipo laser y uno de gases de helio y tener integrado todo el sistema de datos “que mejorase el conocimiento en toda la región”. El científico subrayó que en ese momento sucedió algo “muy bueno, el CONICET, sin que lo busquemos, bajó al problema para apoyarnos”.

Me llamó quien estaba a cargo, Roberto Salvarezza (hasta septiembre ministro de Ciencia y Tecnología) y me ofreció avanzar con la estructura organizativa que hoy tenemos, entre una de las 630.000 Pymes que hay en la Argentina y el Estado”, detalló. Y unos meses más tarde, en el 2014, lo volvieron a llamar “para decirme que para ellos era un proyecto potencialmente estratégico, lo que para nosotros fue como un premio, no entendíamos nada de la alegría y el asombro que teníamos”.

Pero además destacó que toda la Secretaría de Ciencia y Técnica “se puso a disposición, con personas a cargo, para desarrollar el proyecto”, que finalmente salió a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y se destinaron como Fondos No Reembolsables “con lo que se compraron casi todos los equipos”. Y a través de la firma de un convenio con la universidad alemana de Heidelberg, se avanzó con el armado “de la parte técnica y metodológica del laboratorio”.

En diciembre del 2015 “vino la debacle”, en pleno desarrollo la estampida del dólar complicó el escenario “pasamos de un proyecto hecho con el dólar a $9 y el 20 de diciembre ya lo teníamos a casi el doble, y el problema es que la agencia te da la plata en pesos y nosotros teníamos que comprar en dólares maquinaria importada en su mayoría”. No obstante ello, la empresa contaba con ese respaldo como para continuar aportando, “y el CONICET, con un proyecto ya firmado, y que estaba previsto que no pondría un peso, con un contrato privado no podía no hacerlo”. Todo eso ayudó para compensar el faltante y seguir adelante.

El geólogo añadió que todo el personal se capacitó en Alemania durante el 2016, “entraron el primero de abril, y el 15 ya estaban capacitándose en Heidelberg”. Mientras que a fines de ese año, los técnicos de aquella academia vinieron a Salta para calibrar todos los equipos con el reactor atómico de Argentina y el de Munich. En el 2017 ya entró en producción a través de su primer contrato con YTEC, un laboratorio como el de LATE ANDES ubicado en La Plata pero de mayores amplitudes que pertenece a YPF y CONICET.

“Fue espectacular la solidaridad del CONICET para apoyar y poner dinero para que esto esté funcionando”, manifestó Hernández, para quien se necesitan actores con esa visión sobre el futuro desarrollo productivo del país. “Estamos hablando del 2014, donde no estaba ni siquiera pensada la Ley de Tecnología del Conocimiento”, indicó.

Hoy LATE ANDES presta servicios a los investigadores del CONICET, con unos 180 ensayos al año, “eso genera autonomía con respecto a los laboratorios del hemisferio norte porque administramos nuestros propios proyectos de investigación sin depender de su tecnología”. “Pero también un vínculo con todos los proyectos de geociencia que aplican esta tecnología en el país”, añadió. Lo mismo sucede con YPF, con quien tienen un contrato para avanzar en el estudio de sus muestras de áreas de exploración, “todas vienen para acá”.

Hernández con una cinetífica del Staff

En la región, tienen contrato con empresas mineras chilenas, bolivianas, brasileras y argentinas para estudiar sus muestras geológicas. Pero el producto emblema es el software fabricado localmente que integra toda esa información del tiempo en la modelización de cómo se formaron los Andes”.

Solo hay tres software por el estilo en el mundo, y el Andino 3, como lo denominaron, ya se utiliza en tres continentes y 250 universidades del mundo, y se lo vende a Colombia, Canadá y Brasil entre otros países.

Hernández explicó que recién hace un tiempo terminó de comprender porqué para Salvarezza era un proyecto estratégico, “porque es un modelo prototipo de combinación privado público que utilizó la ejecutividad y creatividad de la parte privada con el conocimiento y las necesidades del sector público, generando un producto que yo nunca me hubiese imaginado en mi existencia”.

El martes estarán visitando el lugar además del ministro de Ciencia y Técnica, Daniel Filmus, y la presidenta del CONICET, Ana Franchi; el subsecretario de Ciencia y Tecnología de la provincia, Carlos Porcelo; el director de la Agencia Provincial SALTIC, Martín Güemes, y muy probablemente el ministro de Educación, Matías Cánepa.