La industria, tanto en mediciones privadas como públicas, es el sector que por lejos viene con un rendimiento sostenido desde casi la mitad del año pasado. En la Unión Industrial Argentina (UIA), admitieron ante la consulta de Página I12 que el año terminará, al menos, con una mejora del 8 por ciento, uno de los mejores años de los últimos tiempos. En paralelo, alertan que el faltante de insumos preocupa en el corto plazo, pero aclaran detalles que van sobre un mito muy difundido: desde la entidad que preside Daniel Funes de Rioja consignan que, además del problema histórico del faltante de dólares en Argentina, buena parte de ese quiebre en algunos rubros particulares se debe, además, a una alteración de la provisión global.

El fenómeno, a priori y según diagnostican en UIA, se debe antes que nada a una recuperación de la demanda post COVID, de todos los países casi al mismo tiempo. De hecho, en la entidad ya recaban datos que reflejan que países como Alemania, uno de los gigantes fabriles europeos, también tiene problemas de provisión de algunos insumos como los chips para diferentes fabricaciones. En el caso argentino, según la central fabril, las preocupaciones están puestas en el sector de autos y la agroindustria, entre otros. Pero el más urgente es el tema de las cuatro ruedas, que ya fue conversado con funcionarios del Banco Central (BCRA) y el Ministerio de Desarrollo Productivo. Hoy se trabaja en tándem para ver caso por caso.

Los industriales especifican que, además, está pesando el efecto posterior al bloqueo al Canal de Suez, que impactó de lleno en la logística global; la crisis energética en China y hasta la menor cantidad de trabajadores que está en la actividad de “storage” en los Estados Unidos. Todo ese paquete, más la restricción externa, enciende por ahora señales de cuidado, para evitar que no se frene la recuperación.

Este contexto de conflicto global con insumos lo puso también de manifiesto el Fondo Monetario Internacional en uno de sus últimos informes, donde recortó un 0,1 por ciento su previsión de crecimiento anual por algunos factores. Entre ellos, la caída en las economías avanzadas por interrupciones en el suministro (Estados Unidos y Alemania) y nuevas olas de contagios (Japón).

Chimeneas humeantes

El 8 por ciento de alza en la industria que vislumbra la UIA tiene a dos tercios de los sectores creciendo, ergo, sigue siendo aún una recuperación fuerte pero heterogénea. Esto ocurre, sobre todo, por el peso que tiene la industria de la alimentación en el número final. Esa actividad recién hoy empieza a mover los engranajes como mayor fluídez, dado que están en plena reactivación rubros muy importantes para las ventas como la gastronomía, el turismo y la hotelería. Hoy, el sector tiene 62 por ciento de utilización de su capacidad instalada. 

Pero no sólo UIA y el INDEC reportan números de mejoras fabriles parecidos. El último trabajo de la consultora Orlando Ferreres y Asociados reportó un alza de 11,4 por ciento en septiembre, comparada con igual mes del año pasado, y acumula así una expansión de 14,5 por ciento para los primeros nueve meses del año. De este modo, ya es superior a los niveles de 2018. Asimismo, en la medición desestacionalizada, hubo una expansión de 1,4 por ciento respecto de agosto.

El informe destacó que la industria “ya ha superado no sólo el nivel de la pre-pandemia, sino también los dos años precios de crisis económica”. En ese sentido, el nivel de actividad de septiembre no solamente fue superior al mismo mes de 2020 en un 11,4 por ciento, sino también al de 2019 en 10,4 por ciento y al de 2018 en 8,8 por ciento.
En tanto, el registro se situó 1,9 por ciento por debajo del de septiembre de 2017.

Entre los sectores que impulsaron de forma positiva la actividad se destacaron el automotriz con un crecimiento de 35,4 por ciento interanual y su “mayor cifra de producción desde agosto de 2018” con 43.545 unidades producidas; y los metales básicos y plásticos con incrementos del 23,5 por ciento y 19,4 por ciento interanual respectivamente.