Desde Santiago 

Finalmente se despejó la incertidumbre electoral en Chile: Gabriel Boric representante de la nueva izquierda encarnada por el Frente Amplio junto al Partido Comunista y José Antonio Kast rostro de la ultraderecha más conservadora (Partido Republicano-Frente Social Cristiano) serán los candidatos de la segunda vuelta programada para cuatro semanas más, el 19 de diciembre. Dos proyectos políticos y formas de ver el mundo prácticamente sin puntos en común.

Con un 88,52% de mesas escrutadas, Kast obtuvo un 28% (1.725.653 votos) y Boric, 25,5% (1.573.004 votos). Una leve ventaja que para el candidato de la ultraderecha es sin duda un éxito considerando el 7,93% (523.213 votos) que obtuvo en las presidenciales de 2017. Algo que lo envalentonó en el discurso dado a sus adherentes en el barrio alto de Santiago a eso de las 22:00 horas donde agradeció a Dios, prometió mayor seguridad y luchar contra “el comunismo” y “el terrorismo”. Casi como siguiendo el guión de Bolsonaro y Trump. De momento, Sebastián Sichel, el candidato del oficialismo y favorito de Piñera que obtuvo apenas 12% lo felicitó y aseguró estar abierto a conversar con él.

Boric, que ya obtuvo el apoyo inmediato del Partido Socialista y Marco Enriquez Ominami (que quedó en sexto lugar con 7,6% en su cuarta aventura electoral), tomó la palabra más tarde, remarcando aún más la distancia con el populismo evangelista de esta versión de Kast. De hecho, partió diciendo que, a diferencia de su rival, él no quiere hablar mal de éste y que “la esperanza le ganará al miedo”.

“Hoy hemos recibido un mandato y una responsabilidad que es tremenda. Se nos ha encomendado liderar una disputa por la democracia, la inclusión, la justicia y el respeto a la dignidad de todos y de todas”, señaló visiblemente emocionado. “Tenemos que trabajar por la unidad de los demócratas. Quiero contagiarlos hoy día de energía y esperanza. Que se sienta esa energía y esperanza. Los resultados se siguen ajustando pero no va a ser la primera vez que partimos desde atrás. Lo hicimos cuando luchamos por la educación y no nos creían. Lo hicimos cuando rompimos el binominal. Lo hicimos para la junta de firmas, para la primaria. Y no me cabe ninguna duda que lo haremos para esta segunda vuelta con unidad. Pueblo de Chike: Vamos a ganar esta segunda vuelta.”.



Calor, colas y reordenamiento del Congreso

La jornada electoral estuvo marcada por el calor en la zona central. Cerca de 32 gratos y una alta radiación sumada a ciertos problemas de organización en los locales de votación, con zonas no habilitadas por protocolos Covid-19, generó malestar en los votantes que tuvieron que esperar en la calle lo que hizo que las mesas cerraran mucho más tarde que a las 18:00 horario donde generalmente se estaban cerrando los locales se votación. Sumémosle las cuatro papeletas que además de la presidencial incluía senadores, diputados y consejeros regionales.

Aunque el conteo de senadores y diputados ha sido más lento (a las 22:00 sólo estaba el 40% de la mesas escrutadas) hay al menos dos conclusiones básicas: en la Cámara baja hay una mayoría de izquierda con 35 integrantes del conglomerado Apruebo Dignidad, 35 de Nuevo Pacto Social, 3 de Dignidad Ahora y 3 del Partido Ecologista Verde. La derecha, tendría ya 56 integrantes bajo el conglomerado Chile Podemos + y el Frente Social Cristiano 14.

En la Cámara Alta, hay 24 senadores de Chile Podemos + más uno del Frente Social Cristiano frente a 18 del Nuevo Pacto Social y 5 de apruebo Dignidad. Un mapa que quedará más claro conforme avance el escrutinio.

Sin embargo se abren serios interrogantes. El principal: ¿Cómo un país que, hace apenas dos años, tuvo un estallido donde más de un millón de personas salió a la calle para protestar contra el modelo neoliberal heredado de la dictadura tiene como primera mayoría a un pinochetista declarado como Kast?

Además está el inesperado tercer lugar de Franco Parisi con 13% (802.212), un economista libertario, anti-elite, que hizo toda su campaña desde EE.UU. (se conoció hace un par de meses una orden de arraigo por el no pago de pensión alimenticia) sin figurar en encuestas y desplazando al favorito del oficialismo (y del presidente Sebastián Piñera), Sebastián Sichel (12,6%) y a la DC, Yasna Provoste (11,8%), la candidata de la centroizquierda con los partidos de la otrora exitosa Concertación que gobernó al país por veinte años desde el retorno a la democracia: Partido Socialista, Partido por la Democracia y Partido Radical. Justamente un conglomerado que la generación de Boric buscó desplazar primero en las grandes protestas estudiantiles de 2011 y luego en el Congreso a través del Frente Amplio que agrupaba a los partidos jóvenes de una nueva izquierda. Casi testimonailemente, el profesor representante de la izquierda más dura, Eduardo Artés un 1,5%.

La amenaza ultraderechista

Sólo hay una cosa que a Kast le molesta más que le digan “José”, omitiendo el “Antonio” (contrariando una costumbre arraigada en la clase alta chilena, como le hizo ver Boric en los debates televisados): que lo llamen ultraderechista y pinochetista.

Sin embargo, hay demasiada evidencia que demuestra lo contrario: su programa propone achicar el estado, perseguir a disidentes políticos, cerrar el Instituto de Derechos Humanos junto al Ministerio de la Mujer y achicar el Estado sin profundizar bien de qué manera lo haría. También ha defendido públicamente el legado económico de Pinochet, se ha reconocido amigo del bestial militar Miguel Krassnoff (con cerca de 700 años de condena por diversos asesinatos y violaciones de DD.HH.), se opone al aborto, al matrimonio homosexual y, como si esto no fuera poco, defiende al rodeo y justifica la militarización de la Araucanía.

“Creo que hay varios factores que inciden en el alto nivel de preferencias obtuvo Kast”, señala Mariana Ardiles Thonet, integrante de la Red de Politólogas y docente de la Universidad de Chile. “Tradicionalmente en el país, la gente señala que la primera preocupación del gobierno debería ser la seguridad y los delitos”. Esto se grafica, dice la académica, en la encuesta CEP que sólo tras el Estallido Social, en la medición de diciembre de 2019, aparecieron en los primeros lugares temas ligados a derechos sociales, pero ya en 2021 volvió a aparecer el problema de la seguridad. “Y ese es exactamente uno de los principales temas de Kast. Él tiene una agenda de orden, de mano dura, de crear más cárceles, de criticar la situación de la Araucanía y de frenar la inmigración. Creo que esas ideas le resultan atractivas a un sector de la ciudadanía que resiente el estallido social, y que además tiene temor en el actual contexto de incertidumbre política y de crisis económica, ligada a la pandemia”.

Para el científico social y economista Ramón E. López que Kast lidere la primera vuelta es, sin dudas una mala noticia en un país que necesitaba cambios radicales y urgentes. “Es algo terrible. Chile es un país en la búsqueda de su propia destrucción y la tendrá. Una amiga me dice que esto es un Síndrome de Estocolmo: el pueblo apañando a aquellos los están abusando y empobreciendo. Un país con la desigualdad social y destrucción ambiental que ocurre en Chile no tiene buen fin. Este es un sistema social y ambientalmente insostenible. Un país que se da el lujo de regalarle miles de millones de dólares a los explotadores de sus recursos naturales y a la oligarquía dueña de los monopolios que asfixian a consumidores y pymes, no puede tener un buen vivir. En fin, la historia lo dirá claro, pero cuando ya sea demasiado tarde”.

Sobre la irrupción de Parisi para Ardiles tiene que ver conque ese tipo de candidatos logra atraer a un electorado que rechaza a los partidos y la política tradicional, que ve la independencia de estos espacios como una virtud per sé. “En Chile es muy alto el rechazo a los partidos y al Congreso, y la gran mayoría de las personas dice no identificarse con la izquierda ni con la derecha. Parisi se plantea como algo distinto a la élite y critica la idea de "los poderosos", trata de mostrarse en una relación directa con la gente, en una lógica neopopulista. Probablemente esto ha contribuido a su nivel de apoyo, pese a que resulta insólito que haya hecho su campaña sin estar en el país”.

La esperanza de Boric

A sus 35 años Gabriel Boric acumula una enorme experiencia política desde la vereda de la dirigencia estudiantil en la escuela de derecho de la U. de Chile para luego convertirse en diputado por el extremo sur de Chile, desde donde llegaron sus ancestros desde Croacia. Hábil en lograr acuerdos —aún a riesgo de ser criticado por su propio sector político— fue clave en articular el Acuerdo por la Paz en noviembre de 2019 allanando el camino para el plebiscito que finalmente aprobaría el cambio de Constitución un año después. Su programa está centrado en un cambio del modelo neoliberal a través de una matriz productiva tecnológica y científica (más allá del clásico modelo exportador de cobre y salmón que ha caracterizado al país), revisar las brechas en la distribución del ingreso y establecer el feminismo, el medio ambiente y la salud mental como prioridades de un Estado “cuidador”. Para López, el programa económico de Boric “debe mantenerse en una posición de izquierda. Por muchas volteretas que se de hacia el centro y la derecha no le va a resultar. Mejor caer con dignidad q arrodillarse ante la oligarquía”.

Ardiles dice que es muy difícil saber qué va a pasar en la segunda vuelta. “Tradicionalmente vota menos gente que en la primera vuelta. Parisi tiene una alta votación pero con un discurso antipartidos, antipolítica y no necesariamente todos sus votantes participarán en segunda vuelta. Sin embargo, creo que Kast podría atraer a parte de ese sector”.

Y concluye: “Estos resultados muestran una vez más la volatilidad del electorado chileno. También muestran el peso de la agenda de orden y seguridad que representa Kast, a pesar de que sus propuestas son contrarias a agendas progresistas que se han discutido bastante últimamente (aborto, matrimonio igualitario, alzas de impuestos, reforma policial, etc.). Kast además ya tiene el apoyo de Renovación Nacional. Otro aspecto que se ve en esta elección, y que se confirma una vez más, es el fin de la ex Concertación, que fue el conglomerado que gobernó Chile por 20 años tras el retorno de la democracia. Por último, el resultado muestra una segunda vuelta incierta, y que Boric, si bien ya tiene el respaldo del Partido Socialista, tiene un desafío muy grande para sumar apoyos desde el centro y la centro izquierda”