Tras la masiva movilización en pedido de justicia por el crimen de Lucas González, este martes declararon Cintia López y Mario González, los padres del chico asesinado por la Policía porteña. Ante los fiscales que investigan el caso, reconstruyeron lo que vivieron el día del crimen, contaron cómo se enteraron de que su hijo había sido baleado y cómo lo encontraron en el Hospital Penna, cuando el chico fue internado como un "delincuente". Mientras la Justicia evalúa ampliar las imputaciones hacia otros agentes que intervinieron después de la balacera policial, Gregorio Dalbón, abogado de la familia, aseguró que “no nos vamos a quedar con estos tres policías solamente”.

"Que se haga justicia"

Pasadas las 11 de la mañana de este martes, Cintia y Mario ingresaron a las oficinas de la Fiscalía N°32 de la calle Tucumán al 900. Acompañados por Dalbón, los padres prestaron declaración frente al fiscal Leonel Gómez Barbella y Andrés Heim, de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin). También estuvo presente una profesional de la Dirección de Orientación, Acompañamiento y Protección a Víctimas (Dovic). "Queremos dejar en claro que mi hijo no era ningún delincuente. Vamos a poner la cara porque no tenemos nada que ocultar y queremos que se haga justicia", afirmó Mario antes de entrar a sede judicial.

Al terminar la declaración, el padre del chico asesinado dijo en rueda de prensa que "relaté mi vida habitual desde el momento en que Lucas se fue de la casa. Yo estaba haciendo un tratamiento de rehabilitación por ART y se me vino esta tormenta, esta pesadilla de la que no me puedo levantar". Como contó este lunes en el escenario de la marcha, Cintia aseguró que vio la noticia por televisión, cuando la Policía porteña difundía que un "delincuente" había sido baleado tras un enfrentamiento. "Mi hijo no era un delincuente", aseguró Cintia, que pidió que la declaración sea presencial para poder conocer personalmente a quienes llevan adelante la investigación. 

La confirmación de que el baleado era Lucas la recibió Mario a través de un amigo, quien los llevó al Hospital Penna. Allí, encontraron a su hijo ya con respirador. En el lugar se había dispuesto una consigna policial, ya que el chico ingresó al centro de salud en calidad de detenido y con la versión del "enfrentamiento" instalada por los tres policías ahora imputados, el inspector Gabriel Isassi, el oficial José Nieva y el oficial mayor Fabián López. Las circunstancias en las que Lucas ingresó al hospital y el tratamiento que recibió hasta que finalmente fue derivado al Hospital El Cruce de Florencio Varela todavía son materia de investigación.

"El hecho está esclarecido", dijo Dalbón a la prensa sobre el momento de la balacera policial. Las imágenes de las cámaras de seguridad, los testimonios de los chicos que viajaban junto a Lucas, las declaraciones de los propios policías que asumieron los disparos, tienden a conformar la escena de una ejecución. El abogado de la familia presentó un pedido para que se realice la reconstrucción de esa escena. De ella participarían los tres chicos sobrevivientes, que este lunes ratificaron ante la Justicia que los efectivos que circulaban de civil no se identificaron, no tenían chaleco reconocible, no hicieron sonar la sirena ni dieron la voz de alto.

"Vamos a ir hacia arriba"

A la espera de que el juez Martín del Viso defina las situaciones procesales de los tres detenidos, se abre la posibilidad de ampliar las acusaciones a otros policías además de Isassi, López y Nieva, imputados por los fiscales por el homicidio doblemente agravado de Lucas, la tentativa de matar a sus amigos, sus detenciones ilegales y "falsedad ideológica" por fraguar pruebas para presentar los hechos como un enfrentamiento. 

La réplica de arma de fuego encontrada en el Suran de los chicos es uno de los puntos centrales en este sentido. "Los que se encargaron de plantar el arma no son los mismos que se encargaron de matar a Lucas”, aseguró Dalbón este martes. En la ampliación de las acusaciones de los tres imputados, los fiscales ya habían señalado que, "dado todo lo producido hasta el momento en la investigación", la réplica "habría sido plantada en el lugar por el personal policial". Ninguno de los tres detenidos hizo mención al arma de mentira en sus indagatorias de este lunes.

"No nos vamos a quedar con estos tres policías”, dijo Dalbón que, aunque no dio detalles, fue elocuente al señalar que "vamos a ir hacia arriba". En sus declaraciones de este lunes, Julián, Niven y Joaquín ratificaron que, luego de la balacera, fueron detenidos por los otros efectivos policiales a los que pidieron auxilio. Joaquín y Julián fueron aprehendidos inmediatamente después de los disparos, mientras que Niven logró escapar hacia su casa y luego se presentó en la comisaría junto a su madre. Los tres quedaron detenidos.

En tanto, el abogado también confirmó que interpuso "formal juicio político al juez de menores que encarceló a los inocentes y liberó a los culpables", en referencia al juez Alejandro Cilleruelo, a cargo del Juzgado de Menores N°4, quien tuvo la causa en primera instancia. El juez sobreseyó a los chicos de la causa por "averiguación de ilícito" recién dos días después de la balacera. En cuanto a los tres policías ahora encarcelados, Cilleruelo les prohibió salir del país pero no ordenó su detención. 

Al cierre de esta edición, fuentes judiciales confirmaron que este martes se produjo la declaración de un testigo de los hechos. Se trata del hombre que paseaba a su perro cuando los policías interceptaron el auto de los chicos y que ya se había manifestado en declaraciones públicas. En diálogo con radio AM 1420, el hombre había asegurado que la brigada actuó como un "grupo comando". "Se le atravesó el auto que estaba completamente de civil a estos chicos, se cruzó abruptamente, se bajaron los policías armados", sostuvo y agregó que "no escuché ninguna sirena ni ningún tipo de voz de alto". En su declaración de este martes, el hombre ratificó lo que ya había denunciado.