Desde niña, Marta Litter se interesó por la música, el teatro y la literatura, pero también por la ciencia. Era una “devoradora de libros”, según sus propias palabras. Su vida está marcada por la educación pública: es doctora en Química por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y docente de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Su trayectoria le valió el reconocimiento nacional e internacional. Recientemente recibió el premio Latin American Women in Chemistry 2021. El galardón es otorgado por la American Chemical Society (ACS) y la Federación Latinoamericana de Asociaciones Químicas (FLAQ), que reconocen a mujeres científicas hispanohablantes que han contribuido a la química y, a la vez, promueven la igualdad de género en las ciencias.

Litter ganó en la categoría “Leadership in Academia”, que destaca recorridos comprobados en el ámbito académico y con impacto social en el campo de la investigación en química. El Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental (3iA) de la UNSAM, donde se desempeña como docente, impulsó la iniciativa. “Estoy muy orgullosa de haber obtenido el premio, porque en mi categoría hubo 36 candidatas muy profesionales. Todo mi entrenamiento se lo debo a la educación pública”, confesó al Suplemento Universidad.

Con más de 200 publicaciones científicas en revistas internacionales, libros y capítulos de libros, Litter es investigadora del CONICET e integrante de la Academia de Ciencias del Tercer Mundo (TWAS) y de la Academia de Ciencias de América Latina.

La lucha contra el machismo en los ámbitos científicos es un tema que la acompañó durante su trayectoria. Aún recuerda que en sus días de estudiante un docente desestimó su capacidad para estar al frente de un equipo de trabajo, cuando ella le manifestó su deseo de dedicarse a la química industrial. “Pero, Martita, usted va a tratar con obreros y no le van a hacer caso”, fue el comentario recibido.

Sin embargo, Litter no abandonó el interés por la química y en la actualidad se dedica al estudio de tecnologías no convencionales para la remoción de contaminantes tóxicos, como los metaloides, en el agua, el suelo y el aire. Este trabajo fue el que le permitió acceder al premio, ya que uno de sus estudios está orientado a trabajar sobre el arsénico, un metaloide muy tóxico, que se presenta en el agua y su ingesta puede causar trastornos en la piel hasta cáncer en diferentes órganos.

Debido a la poca información con relación a este químico y la falta de políticas públicas que contribuyan a su visibilización y concientización, la docente trabaja con métodos “accesibles y baratos” en poblaciones que no están conectadas a la red de agua potable. “Yo veo que nadie se ocupa cuando debería ser una política de Estado”, subrayó.

Litter destacó la creciente participación femenina en las distintas disciplinas científicas. Señaló que hasta no hace tanto tiempo, las mujeres “solo eran consideradas para actividades familiares''.

En ese sentido, advirtió sobre la desigualdad en los Premio Nobel, que reconoce a personas que lleven a cabo investigaciones, descubrimientos o contribuciones notables para la humanidad, pero relega el trabajo de muchas mujeres: “Hay que premiar a las mujeres por todo el esfuerzo en sus trabajos y darles más lugar, porque durante muchos años han sido desplazadas, como yo, que me he sentido en esa posición durante mi carrera”.