El presidente Alberto Fernández volvió a tener, en los últimos días, otro encuentro de la saga de reuniones con empresarios en las que se abordan una multiplicidad de temas, con eje en la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El viernes pasado, en absoluta reserva, sentó a la mesa en la Casa Rosada a Elbio Laucirica, dirigente de Coninagro y la Mesa de Enlace; los referentes de la Bolsa de Cereales, José Martins y de los exportadores de CIARA, Gustavo Idigoras; más Lorena Basso, encargada de la cuestión semillas de ACA. En esta edición de los mitines presidenciales, la deuda fue parte, pero también pesaron las cuestiones domésticas como los precios y las leyes de fomento al sector. 

Junto a Fernández estuvieron, además, los ministros de Economía, Martín Guzmán, de Agricultura, Julián Domínguez, y la encargada de negocios internacionales de la Cancillería, Cecilia Todesca, cada vez más protagonista en las reuniones a pedido del Presidente. El encuentro, en el que se comió carne con ensaladas y duró casi 3 horas, lo armó Guzmán, al igual que los convites anteriores con sectores empresarios que ocurrieron en Olivos o en Gobierno. 

Fuentes oficiales confiaron a Página I12 que el temario fue amplio. Sobre la negociación con el FMI, se pasó revista a los objetivos y hubo respaldo de los empresarios a avanzar en un acuerdo son condiciones, algo parecido a otros respaldos que el Gobierno buscó y consiguió del poder económico y los gremios, sobre todo la CGT. 

El mayor protagonismo lo tuvo Guzmán, que fue el más activo en explicaciones. Y los ministros explicaron además que la idea es que los empresarios den respaldo con el tema precios, dado que el Gobierno no tiene, por ahora, la idea de ir por las retenciones. Es que, según la visión oficial, más allá de las tensiones internas de la alianza gobernante sobre el tema de de los derechos de exportación, no hay mucha posibilidad de subirlos sin pasar por el Congreso, sobre todo en materia de granos. Ergo, con la nueva conformación de las cámaras, será una tarea compleja y de desgaste innecesario. "Queremos que se exporte más, pero siempre en equilibrio interno, es un diálogo que tenemos que tener entre todos para que esto se de", expresó uno de los funcionarios que almorzaron en la Rosasa. 

Los presentes allí por el sector privado manifestaron preocupación por la inflación, los precios, y pidieron previsibilidad. Todos son representantes de sectores estratégicos: Laucirica, de las cooperativas de Coninagro, no es el presidente de la entidad pero sí el que está trabajando en el tema carnes. Lorena Basso, en tanto, conoce el paño de la cuestión granaria; mientras que Martins e Idigoras comandan el Consejo Agroindustrial (CAA) y hace tiempo vienen articulando cuestiones con Guzmán y Domínguez. Lo mismo con Todesca, con quien se abordó hace tiempo la cuestión de la Ley Agroindustrial. 

De hecho, en la reunión del viernes, el Presidente mencionó el paquete de normas que el Gobierno pretende debatir antes de fin de año, y allí estaba el plan de estímulo que se negoció con la agroindustria y que tiene consenso de todo el Frente. Sin ir más lejos, la primera que lo conoció de manos del CAA fue la vicepresidenta, Cristina Fernández. Luego, la norma fue a manos del Presidente y, con posterioridad, llegó hasta el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y de la oposición y los gobernadores. El plan que plantea la ley le garantiza al Estado, en el mediano plazo, un ingreso voluminoso de divisas por la exportación de productores agropecuarios con agregado de valor local.

No es la primera vez que en los últimos tiempos el Gobierno Nacional comparte mesa con empresarios. Hace más de un mes, almorzaron en la Rosada dueños de empresas como los Bulgheroni (PAE), Francisco De Narváez (Híper Chango Más, ex Walmart), Alejandro Simón (Sancor Seguros) y directivos de Mercado Libre, entre otros. Luego, en otro evento también armado por Guzmán, se sentaron en Olivos cuatro ceos de empresas multinacionales. En aquel entonces, fueron seleccionados Antonio Aracre, el ceo de la firma agropecuaria Syngenta; Sergio Kauffman, del unicornio Accenture; Laura Barnator, de la compañía de alimentos y limpieza Unilever; y el titular de la automotríz Toyota, Daniel Herrero.